"Suena fuerte que te digan: c¨¢ncer"
David Ca?ada, pura cabezoner¨ªa, pelea para superar un melanoma y volver a la bicicleta
Cuando empez¨® en el ciclismo, David Ca?ada (Zaragoza, 1975) iba para estrella, pero a punto de cumplir los 34 a?os echa la vista a su carrera, hace cuentas y llega a una constataci¨®n desalentadora. "La verdad es que he dado m¨¢s publicidad a mis equipos por temas de salud que por otros", dice el corredor aragon¨¦s, que la pasada semana anunci¨® que sufre c¨¢ncer de piel; "he tenido mala suerte, pero no me quejo. He tenido m¨¢s infortunios que la mayor¨ªa de mis colegas. Eso ha afectado a mi actividad. Pero otras veces he tenido suerte, como cuando gan¨¦ la Volta a Catalunya por dos segundos. Si no, no seguir¨ªa. Llam¨¦moslo cabezoner¨ªa".
Por cabezoner¨ªa aguant¨® todo el Tour de 2000, el de su debut. Era el mejor joven, el maillot blanco, que perdi¨® esperando en una cuneta, como Ren¨¦ Vietto, una rueda de repuesto que tard¨® horas en llegar. Termin¨® el 33? y se fue del equipo ONCE. Se march¨® al Mapei, en el que le detectaron una anomal¨ªa cardiaca, el s¨ªndrome de Wolff-Parkinson-White, que hac¨ªa que su coraz¨®n se disparara sin previo aviso a m¨¢s de 200 latidos por minuto. Le intentaron operar en Mil¨¢n, pero el cat¨¦ter que le introdujeron para arreglar el contacto el¨¦ctrico no encontr¨® su objetivo. Sigui¨® corriendo, pero cinco a?os despu¨¦s, cuando ya lo hac¨ªa en el Saunier Duval, en una etapa de la Vuelta de 2006, su coraz¨®n volvi¨® a enloquecerse. Le operaron en Madrid, en este caso con ¨¦xito.
"He dado m¨¢s publicidad a mis equipos por temas de salud que deportivos"
El a?o siguiente, 2007, a Ca?ada -ojos azules, tez clara, horas y horas diarias de exposici¨®n al sol: c¨®ctel ideal para desarrollar el c¨¢ncer- le extirparon un lunar de la espalda. Un melanoma. "Segu¨ª corriendo. Me cuid¨¦. A partir de entonces me embadurnaba a tope de protector solar, aunque el sudor entorpec¨ªa la protecci¨®n. Pero este invierno empec¨¦ a notarme un bulto en la axila. Met¨¢stasis. Me extirparon ocho ganglios y me han dicho que el resto del cuerpo est¨¢ limpio. No se ha extendido. Tambi¨¦n empec¨¦ enseguida un ciclo de quimio", dice Ca?ada, quien en su mejor ¨¦poca luc¨ªa una espl¨¦ndida melena, como le recuerda su espejo estos d¨ªas cuando le devuelve el reflejo de un cr¨¢neo casi rasurado. "No me lo he rapado al cero. S¨®lo lo hice una vez, a los 14 a?os, y no me qued¨® nada bien. Suena fuerte que te digan de entrada que tienes c¨¢ncer, pero luego me lo explicaron y no es tan grave como parece. Ahora he empezado un tratamiento con Interfer¨®n que durar¨¢ hasta enero de 2010. Y tengo impaciencia por ver si los efectos secundarios, aparte de la p¨¦rdida de pelo y todo eso, no me machacan mucho y puedo seguir entren¨¢ndome durante el tratamiento porque, ?sabe?, soy un cabezota y quiero volver a la competici¨®n en la segunda parte de la temporada. Ya ahora, que el mal tiempo me impide salir, estoy haciendo rodillo", explica.
Hablar de c¨¢ncer y ciclismo es hablar de Lance Armstrong, que super¨® un tumor testicular. "Claro que conozco su historia, pero, para ser sinceros, no he le¨ªdo su libro", dice Ca?ada, a quien la vida le ha obligado a abrazar el estoicismo y no cree necesitar m¨¢s motivaci¨®n para pelear. A Armstrong su equipo de entonces, el Cofidis, le despidi¨® por no confiar en su recuperaci¨®n: "Pero a m¨ª me han respetado el contrato. Me guardan el hueco en el Fuji".
Ca?ada podr¨ªa tambi¨¦n leer las historias del tenista F¨¦lix Mantilla o de la maratoniana norteamericana Deena Kastor, bronce ol¨ªmpico en Atenas 2004, que superaron un melanoma. Y tambi¨¦n, aunque le entristecer¨ªa, la del triatleta madrile?o Daniel Guzm¨¢n Pegaso, a quien no se le detect¨® a tiempo otro que le mat¨® a los 24 a?os, en 2007.
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