"Pertenezco a una generaci¨®n llena de dudas y eso no es malo"
Olivier Besancenot se ha convertido en el l¨ªder de referencia de la extrema izquierda francesa. La semana que viene crear¨¢ el Partido Anticapitalista. "Pertenezco a una generaci¨®n llena de dudas", dice.
A Besancenot hay que entrevistarle en lunes o en martes. El resto de la semana trabaja de cartero, con su bicicleta amarilla de La Poste, en la muy burguesa y rica localidad de Neully-sur-Seine, pegada a Par¨ªs. Cuando va de cartero viste con el chaleco reflectante; cuando va de dirigente pol¨ªtico, viste a su estilo: vaqueros normales y una camiseta negra. El pelo corto, la cara redonda, como un Tint¨ªn de 35 a?os. Es al¨¦rgico a las fotos y abomina de la pol¨ªtica profesional, seg¨²n dice. "Yo soy cartero; no s¨¦ si estar¨¦ de cartero toda mi vida. Lo que s¨ª s¨¦ es que no estar¨¦ en la pol¨ªtica toda mi vida", afirma.
"No soportamos la sociedad actual, que produce m¨¢s de lo necesario"
"Asumimos que el ideal por el que luchamos a lo mejor no existe"
Se le encuentra en las pancartas de todas las manifestaciones parisinas, en todas las f¨¢bricas en huelga de Francia. Sonr¨ªe poco y habla a velocidad mete¨®rica. Es el l¨ªder de la Liga Comunista Revolucionaria, un partido marginal de extrema izquierda que Besancenot y sus compa?eros van a refundar en un congreso que se celebrar¨¢ la semana que viene. La Liga se convertir¨¢, ali¨¢ndose con otras formaciones pol¨ªticas, en el Partido Anticapitalista.
Y no ser¨¢ tan marginal. Un sondeo elaborado hace dos meses por el instituto Opini¨®n Way revelaba que el 13% de los votantes elegir¨ªa a Besancenot en la primera ronda de unas elecciones generales, fuera el que fuera el candidato socialista. El 69% de los simpatizantes de izquierda considera que es un buen l¨ªder. El 89% que es simp¨¢tico, pr¨®ximo a la gente y valiente.
La derecha le mira de reojo porque sabe que es capaz de sacar a la gente a la calle. Por otro lado lo tolera con una media sonrisa complaciente, ya que su ascensi¨®n es resultado de una herida creciente en la izquierda. El Partido Socialista franc¨¦s (PS) ve que este joven con cara de ni?o bueno muerde en la tarta de su electorado natural.
El conocido como cartero rojo lo sintetiza as¨ª: "Hay espacio a la izquierda de la izquierda; hay movimientos sociales que se desarrollan en la calle que no encuentran respuesta en la izquierda institucional".
?Pero qu¨¦ entiende un hombre de la generaci¨®n que ten¨ªa 15 a?os cuando cay¨® el muro de Berl¨ªn por anticapitalismo?
"Pues que no soportamos la sociedad actual, que produce m¨¢s de lo necesario, y que debemos crear algo nuevo donde vivir".
Al principio no se le tomaba en serio. Pero poco a poco fue ganando peso en debates televisados en los que sus oponentes pasaban de responder con cierto paternalismo a defenderse a manotazos de las pullas de ese entrometido con el que no contaban. El a?o pasado, una portada del diario Le Monde, con un dibujo del humorista Plantu, le entroniz¨® como un superm¨¢n vistiendo el ch¨¢ndal de La Poste. El titular era revelador: "Besancenot sacude la izquierda".
?l considera que el modelo de producci¨®n actual est¨¢ agotado y que el cambio clim¨¢tico y la actual crisis econ¨®mica lo demuestran. Reclama una subida salarial de 300 euros al mes para cada trabajador franc¨¦s (incluidos los que cobran subsidios sociales), el embargo de los edificios vac¨ªos, la prohibici¨®n expresa de los despidos masivos, especialmente en multinacionales, y una suerte de nacionalizaci¨®n de la banca.
Sabe que suena algo dogm¨¢tico y a?ade: "Pertenezco a una generaci¨®n llena de dudas. Y esto no tiene necesariamente que ser malo".
Se han escrito ya varios libros sobre ¨¦l, intentando explicar el fen¨®meno pol¨ªtico y social de que este hombre -listo pero no m¨¢s que sus predecesores, sin ¨ªnfulas intelectuales y amante del rap y del f¨²tbol- haya conseguido aglutinar una buena porci¨®n de seguidores en muy pocos a?os.
Algunos lo atribuyen a que, de verdad, es un tipo de iguales caracter¨ªsticas a quienes le escuchan, un cartero mileurista (gana 1.058 euros en La Poste) con el que se identifica buena parte de la poblaci¨®n. Otros no olvidan que su discurso puede llegar a sonar muy rancio. El Gobierno de Nicolas Sarkozy adem¨¢s recuerda que coquetea con movimientos de izquierda pr¨®ximos a la violencia. ?l lo niega. Y vuelve a asegurar que lo que busca es entresacar algo nuevo, "un socialismo del siglo XXI", situado en un terreno a¨²n desconocido entre el "capitalismo y el estalinismo".
Luego a?ade: "Observamos y estudiamos todo lo que, por tradici¨®n obrera y anticapitalista, nos es af¨ªn: el r¨¦gimen venezolano, el cubano, el vietnamita, el chino, el guevarismo, el troskismo, los movimientos obreros, los movimientos ecologistas, feministas... Asumiendo que la sociedad ideal por la que luchamos a lo mejor no existe".
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