Zapatero en el plat¨®
La virtualidad de programas como Tengo una pregunta para usted es la posibilidad de lo imprevisto: de que alguien logre burlar las defensas del pol¨ªtico y le plantee algo que no pueda contestar con las respuestas ensayadas. En su anterior presencia en ese programa, a Zapatero le sorprendieron pregunt¨¢ndole por el precio de un caf¨¦. Eso fue en marzo de 2007. Por entonces la econom¨ªa estaba creciendo al 4%, despu¨¦s de m¨¢s de 40 trimestres de crecimiento sostenido. Ahora, este lunes, el programa se emit¨ªa en medio de la peor crisis en mucho tiempo, con m¨¢s de 3,2 millones de parados.
Una empresa demosc¨®pica hab¨ªa seleccionado a los particulares encargados de formular las preguntas, atendiendo
a criterios de g¨¦nero, procedencia, afinidades pol¨ªticas, situaci¨®n laboral. Hab¨ªa cinco parados, pero enseguida se vio que muchos m¨¢s de los presentes figuraban entre las personas temerosas de perder tambi¨¦n ellas su empleo en los pr¨®ximos meses. Que ¨¦sa es la preocupaci¨®n mayor de los espa?oles ya se sab¨ªa, pero el tono de las interpelaciones a Zapatero fue ins¨®lito.
No s¨®lo se le ped¨ªan explicaciones sobre la crisis, sino cuentas por los efectos personales de la misma: no haber avisado de la que ven¨ªa antes de que el interpelante se decidiera a crear una empresa; y soluciones tambi¨¦n personalizadas: una desempleada quer¨ªa saber si Zapatero le iba a proporcionar un puesto de trabajo. Puede ser el precio por haber presentado el fuerte crecimiento del empleo en la legislatura pasada como resultado de sus acertadas decisiones. Por eso no piensa relevar a sus 77 asesores: ellos ya estaban all¨ª cuando la econom¨ªa espa?ola crec¨ªa m¨¢s que cualquier otra.
El pol¨ªtico democr¨¢tico adopta pol¨ªticas de acuerdo con las se?ales que recibe de los ciudadanos: en las elecciones, pero tambi¨¦n por otras v¨ªas, como las encuestas, movilizaciones, medios; y en programas como ¨¦ste, pero sin que se les pueda considerar un sustitutivo de los debates parlamentarios.
Improvisar respuestas restallantes a cuestiones complejas es propio de caudillos populistas. Zapatero no es Dem¨®stenes,
pero tampoco Hugo Ch¨¢vez, afortunadamente.
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