Bilbao se asoma con angustia a su R¨ªa
Las lluvias torrenciales causan dos heridos y m¨²ltiples afecciones ciudadanas
Sin apenas tiempo para sobreponerse al ex¨®tico, pero furibundo paso de un cicl¨®n, que el s¨¢bado dej¨® r¨¢fagas de hasta 167 kil¨®metros por hora, Euskadi, y muy en especial Bilbao, vivi¨® ayer otra jornada angustiosa, motivada por un fen¨®meno m¨¢s familiar, pero no menos inquietante: unas lluvias torrenciales que oblig¨® a activar todas las alertas en la capital vizca¨ªna. Fueron evacuados colegios y centros deportivos, cerrados comercios y garajes, retirados centenares de veh¨ªculos y desalojados el Mercado de la Ribera -el mayor de la ciudad-, el Teatro Arriaga y la Biblioteca de Bidebarrieta.
Se inundaron bajos, brotaron torrenteras donde antes s¨®lo hab¨ªa asfalto y se repartieron tablones entre los comerciantes de las zonas m¨¢s bajas de la villa. Se vivieron horas de ansiedad antes del mediod¨ªa, cuando la lluvia cay¨® con mayor intensidad, y en las horas aleda?as a la pleamar, registrada a las 17.23. Como ocurre cada vez que el cielo se abre sobre Bilbao y crece su R¨ªa, el recuerdo de las dram¨¢ticas inundaciones de 1983 -en 36 horas llovi¨® 1,5 veces m¨¢s que en todo un a?o, murieron 34 personas, cinco desaparecieron y las p¨¦rdidas en la villa superaron los 60 millones de euros- sobrevol¨® la ciudad.
La Mesa de Crisis decret¨® la alerta m¨¢xima y tom¨® medidas dr¨¢sticas
Las precipitaciones cesaron a mediod¨ªa, lo que mitig¨® el efecto de la pleamar
La alarma no resulta injustificada. 25 a?os despu¨¦s de la tragedia, Bilbao carece a¨²n hoy de la gran obra contra las inundaciones anunciada en 2001, consistente en dos t¨²neles de 3,7 kil¨®metros de longitud que detraer¨ªan el caudal entre La Pe?a y Olabeaga. Las instituciones locales culpan al Gobierno central.
Hac¨ªa 30 a?os que no llov¨ªa tanto entre septiembre y enero. Ayer, se recogieron en unas pocas horas m¨¢s de 60 litros de agua por metro cuadrado en las cuencas del Ibaizabal y del Nervi¨®n, que convergen en Basauri y atraviesan el coraz¨®n de Bilbao en su descenso al Cant¨¢brico. Ante tan desolador panorama, la Mesa de Crisis qued¨® constituida hacia las 11.00. ?sta, en coordinaci¨®n con bomberos, Protecci¨®n Civil y Urgencias de Acci¨®n Social y Espacio P¨²blico decret¨® la alerta m¨¢xima.
En el puente del Arenal y en el muelle de La Naja se apostaron centenares de curiosos que, c¨¢mara en mano, trataban de registrar la fiereza de las aguas, que arrastraban troncos, arbustos y todo tipo de desperdicios. Todos desoyeron el consejo de la Polic¨ªa Municipal de no asomarse a la R¨ªa. "Si alguien se cae, seguro que no le podremos sacar", explicaba una agente. "Algunos comercios han colocado sacos de tierra en las puertas, pero no servir¨ªan de nada si pasase algo como lo del 83", explicaba un empleado del Arriaga. "Pues a m¨ª s¨ª me recuerda a lo del 83, y eso que a¨²n no ha llegado la pleamar", comentaba a mediod¨ªa Javier, jubilado.
La tensi¨®n fue m¨¢xima hasta la subida de la marea. Por fortuna, las precipitaciones cesaron hacia las 12.30, lo que propici¨® que el momento cr¨ªtico se solventara sin que la R¨ªa se desbordase, salvo en alguna zona muy puntual del barrio de La Pe?a. A la hora punta, la R¨ªa qued¨® a un metro de desbocarse en el muelle de Ripa, y a metro y medio en la bajera del Arriaga.
Hacia las 18.15, el Ayuntamiento de Bilbao desactiv¨® la alerta y decidi¨® el retorno a la normalidad, si bien mantuvo un ret¨¦n de trabajadores. Andoni Aldekoa, director del Gabinete de la Alcald¨ªa, precis¨® a EL PA?S que s¨®lo hubo que lamentar dos heridos. Una mujer qued¨® atrapada en un corrimiento de tierras en el monte Kobeta, y fue trasladada al Hospital de Basurto con lesiones graves en las piernas y una herida en la cabeza. Su vida no corre peligro. Y un operario que trabajaba en el Pe?ascal se fractur¨® una pierna cuando colocaba defensas para evitar que el agua se desbordara. Su pron¨®stico es leve.
Uno de los episodios m¨¢s espectaculares se registr¨® en Rekalde, originado por el agua procedente de los montes circundantes. La calle Gord¨®niz se convirti¨® durante dos horas (de 10 a 12) en un r¨ªo de diez metros de anchura y medio metro de altura. Los comercios y bares del barrio trataron, con sacos y tablones, de evitar, sin ¨¦xito, la inundaci¨®n de sus locales.
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