El negocio de las c¨¦lulas corre m¨¢s que la ciencia
El se?uelo: el futuro avance de la medicina - La realidad: bancos privados de grasa, dientes de leche o sangre de dudosa utilidad
El negocio de las c¨¦lulas madre corre m¨¢s deprisa que los avances cient¨ªficos. Cada vez m¨¢s empresas ofrecen almacenarlas para un uso m¨¦dico incierto en el futuro a pesar de que muchos cient¨ªficos dudan de su utilidad. Junto a los bancos privados de cord¨®n umbilical, que llevan a?os funcionando, han surgido compa?¨ªas que conservan c¨¦lulas obtenidas de dientes de leche, de sangre menstrual e incluso de grasa corporal para un eventual uso del donante cuando se desarrollen aplicaciones terap¨¦uticas.
A d¨ªa de hoy, la realidad indica que de todas estas c¨¦lulas madre adultas s¨®lo tienen uso cl¨ªnico para la misma persona las del cord¨®n umbilical -para tratar algunas leucemias-, y en casos excepcionales. Y respecto a sus futuras aplicaciones, buena parte de la comunidad cient¨ªfica sostiene que las muestras conservadas en bancos privados no se usar¨¢n jam¨¢s. Entre otras cosas, porque los trabajos m¨¢s ilusionantes van por un camino distinto al de las c¨¦lulas madre adultas (tipolog¨ªa que almacenan estos bancos privados y que presentan limitaciones).
S¨®lo existe uso cl¨ªnico actual para el cord¨®n umbilical, y es limitado
El lema 'Tu milagro mensual' sirve para captar fluido menstrual
Sin embargo, el entusiasmo por todo lo que envuelve a las c¨¦lulas madre, sumado a una publicidad que, en muchos casos, confunde realidad y ficci¨®n, y unos precios asumibles para muchas familias han convertido la opci¨®n de remitir estas muestras a bancos privados en un recurso cada vez m¨¢s habitual.
Unas 25.600 familias espa?olas han enviado las c¨¦lulas de cord¨®n umbilical de sus hijos a bancos privados por unos precios que oscilan entre 1.300 y 2.000 euros de conservaci¨®n durante 20 a?os.
A pesar de que estas instalaciones existen en Espa?a, la aplastante mayor¨ªa de ellas (unas 25.000) han optado por centros en el extranjero para esquivar la normativa nacional que obliga a compartir estas muestras con quien las necesite y asegurarse as¨ª que s¨®lo podr¨¢n ser usadas por sus hijos si las necesitaran.
Jos¨¦ Mar¨ªa Ferrer y Raquel Prat son una de estas parejas. Ellos confiaron a un banco belga la conservaci¨®n de las c¨¦lulas madre de su hija Vega. "Nos dijeron que en el futuro se podr¨¢n usar para crear tejidos o curar enfermedades y que ya sirven para tratar leucemias", apunta su madre.
El cord¨®n de Vega no ten¨ªa suficiente n¨²mero de c¨¦lulas como para que compensara almacenarlo. Pero si sus padres siguen con la idea de guardar c¨¦lulas de la peque?a, lo podr¨¢n hacer dentro de unos a?os cuando a Vega se le caiga su primer diente de leche.
Los bancos de cord¨®n son los m¨¢s extendidos. En Espa?a hay una docena de empresas que se dedican a este negocio. Pero existen otras modalidades distintas de almacenamiento.
Bioeden es una empresa estadounidense que se dedica a procesar las c¨¦lulas madre de la ra¨ªz de estas piezas dentales y congelarlas en bancos similares a los de cord¨®n umbilical. "Alg¨²n d¨ªa, el Hada de los Dientes (la versi¨®n anglosajona del Ratoncito P¨¦rez) le podr¨ªa salvar la vida a tus hijos", reza la publicidad de esta firma en su p¨¢gina web. La tarifa desde Europa es de 1.000 euros por diente m¨¢s 95 anuales.
A¨²n m¨¢s ex¨®tica es la oferta de C'Elle que, bajo el eslogan "tu milagro mensual", se dedica a almacenar el fluido menstrual (378 euros por muestra y 75 al a?o) para preservar las c¨¦lulas madre que contiene y que "potencialmente podr¨ªan salvarte la vida". Otras empresas, como la Cl¨ªnica Planas, han dado una vuelta de tuerca m¨¢s a este negocio. Este centro espa?ol ofrece a los clientes que se someten a una liposucci¨®n la posibilidad de conservar esta grasa y extraer de ella c¨¦lulas madre "para beneficiarse de las aplicaciones de la medicina regenerativa" en un futuro "m¨¢s o menos pr¨®ximo" por unos 1.500 euros y una cuota anual de 100.
El optimismo que transmiten los mensajes comerciales de estas firmas choca con la utilidad que la ciencia hoy por hoy puede darles a estas c¨¦lulas. Las ¨²nicas aplicaciones terap¨¦uticas de las c¨¦lulas madre que se almacenan en los bancos son las relacionadas con las procedentes de cord¨®n umbilical.
Estas c¨¦lulas sirven para tratar personas con enfermedades de la m¨¦dula ¨®sea, como, por ejemplo, leucemias. Pero -aqu¨ª est¨¢ el problema- las c¨¦lulas madre se emplean para curar m¨¦dulas ajenas y muy raramente propias. En todo el mundo hay registrados m¨¢s de 8.000 trasplantes con sangre donada por otros frente a cuatro casos de autotrasplante (con c¨¦lulas propias procedentes de bancos privados). Con estos datos, "los expertos no aconsejan guardar la sangre de cord¨®n, tenemos un excepcional banco p¨²blico en Espa?a que cubre las necesidades", comenta Jos¨¦ L¨®pez Barneo, director del Instituto de Biomedicina de Sevilla.
Esto por lo que respecta a las c¨¦lulas de cord¨®n, las mejor situadas en lo que se refiere a aplicaciones cl¨ªnicas. En el caso de las c¨¦lulas mesenquimales, obtenidas de la grasa, las de fluido menstrual o de la pulpa de dientes de leche, lo que hay es, en el mejor de los casos, ensayos cl¨ªnicos. Algunos de los m¨¢s interesantes son los que se desarrollan con tejido adiposo para mejorar la cicatrizaci¨®n en intervenciones quir¨²rgicas o los relacionados con rellenos para cirug¨ªa est¨¦tica, como se?ala Carlos Sim¨®n, director del Banco Nacional de L¨ªneas Celulares del Centro de Investigaci¨®n Pr¨ªncipe Felipe de Valencia.
?ste es el presente. El futuro est¨¢ por ver. El principal se?uelo comercial de los bancos privados de c¨¦lulas madre est¨¢ en los posibles avances cient¨ªficos que se pueden desarrollar en los pr¨®ximos a?os relacionados con la medicina regenerativa, aquella que pretende manipular las c¨¦lulas madre para curar tejidos y ¨®rganos. Pero es bastante probable que las terapias que puedan surgir relacionadas con esta tecnolog¨ªa no pasen por las muestras almacenadas en los bancos.
Hay varios argumentos que apoyan esta tesis. Alguno, "interesado", como reconoce su autor, el director del Centro de Medicina Regenerativa de Barcelona (CMRB), Juan Carlos Izpis¨²a, que es quien lo lanza: el trabajo realizado hasta ahora con las c¨¦lulas madre adultas (las congeladas) "todav¨ªa est¨¢ lejos de la cl¨ªnica". Izpis¨²a se ha centrado en las embrionarias, de ah¨ª su inter¨¦s.
Sin embargo, hay otro motivo de mucho mayor peso. Se trata de la t¨¦cnica que hace un a?o ha revolucionado la medicina regenerativa. Este procedimiento consiste en reprogramar c¨¦lulas adultas para transformarlas en c¨¦lulas madre que se comportan como embrionarias (capaces de convertirse en los 220 distintos tipos celulares y, por ello, de crear todo tipo de tejidos). Y para eso no hace falta recurrir a ninguna c¨¦lula congelada ni a complejos procedimientos. Por sencillo que parezca, basta con obtener las c¨¦lulas de un simple pelo y manipularlas para, en una especie de viaje en el tiempo, hacer el camino inverso al de su desarrollo biol¨®gico y devolverlas al estado de c¨¦lulas madre con capacidad de evolucionar hacia cualquier tejido con la misma versatilidad de las c¨¦lulas embrionarias. Y esto est¨¢ dejando de ser ciencia-ficci¨®n sanitaria, al contrario de lo que sucede con muchos de los anuncios de los bancos de c¨¦lulas privados.
"En 10 a?os de investigaci¨®n con c¨¦lulas madre no hemos curado ninguna enfermedad, y ahora con la reprogramaci¨®n se podr¨ªa hacer", apunta Izpis¨²a. Su laboratorio, en colaboraci¨®n con el de Juan Bueren en el Centro de Investigaciones Energ¨¦ticas, Medioambientales y Tecnol¨®gicas (Ciemat) en Madrid, es uno de los que m¨¢s lejos han llegado con esta t¨¦cnica. Hasta el punto de desarrollar en el laboratorio todos los pasos que permiten, partiendo de una c¨¦lula de un pelo de una persona con una enfermedad gen¨¦tica de la sangre (anemia de Fanconi), devolverla a un estado equivalente al de una c¨¦lula madre embrionaria. Pero a¨²n va m¨¢s all¨¢ al poder corregir la alteraci¨®n gen¨¦tica que produc¨ªa la enfermedad y transformarla en una c¨¦lula de la sangre capaz de producir todo tipo de linaje celular (gl¨®bulos rojos, blancos y plaquetas) y de, en teor¨ªa, usarla para curar a quien se le quit¨® el pelo. As¨ª lo sostiene Izpis¨²a, que est¨¢ pendiente de publicar sus ¨²ltimos resultados en una prestigiosa revista cient¨ªfica. "Creo que es el momento de empezar un di¨¢logo entre el laboratorio de ciencia b¨¢sica y la cl¨ªnica".
Este camino borrar¨ªa de un plumazo la necesidad de almacenar c¨¦lulas madre para hipot¨¦ticas aplicaciones en medicina regenerativa. ?Para qu¨¦ pagar por guardar c¨¦lulas madre adultas si se puede tener c¨¦lulas capaces de generar cualquier tejido a partir de un simple pelo?
Entonces ?nos olvidamos de los bancos privados? "Yo no ser¨ªa tan tajante", comenta Izpis¨²a. "Si puedo pagarlo, ?por qu¨¦ no hacerlo? Es cierto que ahora mismo no hay evidencias claras de que puedan servir estas c¨¦lulas, pero nunca se sabe. Hay que estar siempre abierto a la ciencia". La opini¨®n de Carlos Sim¨®n es parecida. "Deber¨ªa existir una indicaci¨®n clara del uso terap¨¦utico actual de estas c¨¦lulas y del futuro. Explicarlas con honestidad y transparencia. A partir de ah¨ª, que la gente decida".
Jos¨¦ L¨®pez Barneo da un paso m¨¢s. "Siempre que me preguntan, respondo que no creo necesario guardar las c¨¦lulas de cord¨®n. Hace poco he tenido un nieto y no hemos guardado sus c¨¦lulas", apunta. "Si ma?ana se descubre una utilidad, cambiar¨¦ de opini¨®n, pero hasta el momento, no hay base cient¨ªfica para hacerlo".
El director de la Organizaci¨®n Nacional de Trasplantes, Rafael Matesanz, tiene una interpretaci¨®n que va m¨¢s all¨¢ de lo estrictamente sanitario y entra de lleno en la sociolog¨ªa: "Este fen¨®meno de guardar cada vez m¨¢s muestras biol¨®gicas encaja en toda una filosof¨ªa de sociedad rica". Matesanz no va nada desencaminado al considerar esta pr¨¢ctica como un elemento de consumo m¨¢s. Cada vez es m¨¢s frecuente que el coste de la donaci¨®n de cord¨®n umbilical lo asuman los abuelos, t¨ªos o padrinos del reci¨¦n nacido, como se hace en muchas familias con el carrito del beb¨¦, la cuna o el resto del ajuar del lactante.
Charlatanes del siglo XXI
A finales del siglo XIX, la Kickapoo Indian Medical Company Show -entre otros grupos de curanderos que alcanzaron notoriedad- se hizo famosa en Estados Unidos con los espect¨¢culos que desplegaban sus charlatanes para vender elixires milagrosos que lo curaban absolutamente todo.
Dos siglos despu¨¦s, a¨²n hay quien ofrece el remedio de todos los males. Ya no hacen falta caravanas para recorrer el Lejano Oeste y llegar a miles de personas. Basta con Internet. Tampoco est¨¢n de moda los remedios basados en la sabidur¨ªa ancestral de los indios americanos. Ahora lo que de verdad vende son las c¨¦lulas madre.
Hay compa?¨ªas que ofrecen a trav¨¦s de la Red prodigiosos preparados de c¨¦lulas madre procedentes de fetos [no dicen c¨®mo los consiguen] que sirven para tratar desde enfermos de c¨¢ncer a afectados de lesiones medulares, epilepsia y, ya puestos, incluso a personas con s¨ªndrome de Down. "Son aut¨¦nticos charlatanes, no ofrecen ni una explicaci¨®n cient¨ªfica de unos tratamientos por los que cobran 25.000 euros cada inyecci¨®n", apunta Carlos Sim¨®n, director del Banco Nacional de L¨ªneas Celulares del Centro de Investigaci¨®n Pr¨ªncipe Felipe, de Valencia.
?stos son los casos extremos. Sin embargo, no es extra?o observar en p¨¢ginas web de algunos bancos de c¨¦lulas madre privados medias verdades o argumentos confusos e imprecisos amparados en la ilusi¨®n que despierta la medicina regenerativa. Es el caso, por ejemplo, de la empresa Bioeden, un banco de c¨¦lulas de dientes de leche cuya sede est¨¢ en Estados Unidos, cuando habla de que "las investigaciones con las c¨¦lulas madre son la v¨ªa m¨¢s esperanzadora para curar enfermedades severas". O que "pueden ofrecer un remedio al p¨¢rkinson, alzh¨¦imer, diabetes juvenil, lesiones de columna, esclerosis m¨²ltiples, esclerosis lateral amiotr¨®fica, incluso c¨¢ncer o enfermedades cardiacas". Pueden ofrecerlo en el futuro o no. Y de momento, la realidad dice que no.
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