?Qui¨¦n vigila el contenido?

Una cosa es sentenciar sobre la legalidad de una norma y otra muy distinta sobre los contenidos de una asignatura. La treintena de jueces del Supremo que est¨¢n estudiando las denuncias sobre Educaci¨®n para la Ciudadan¨ªa, al analizar hasta los libros de texto, est¨¢n actuando en la misma l¨ªnea que lo hicieran sus hom¨®logos del Tribunal Constitucional alem¨¢n y del Europeo de Derechos Humanos cuando se manifestaron sobre casos similares. Es decir, est¨¢n haciendo uso del denominado "arbitrio judicial", potestad que les permite ponderar, valorar y enjuiciar c¨®mo se adecuan los contenidos de algo (en este caso, de la asignatura) a las normas. Esa tarea de enjuiciar est¨¢ limitada a se?alar si son adecuados a lo establecido en la norma, pero no puede entrar en c¨®mo se debe solucionar el problema, es decir, en qu¨¦ se debe hacer con esos libros. El fin es comprobar si son plurales y no discriminatorios.

En cualquier caso, lo que los jueces vigilan es la legalidad de la norma. Y es evidente que un incorrecto desarrollo de una norma no pone en cuesti¨®n la legalidad de ¨¦sta. La norma puede ser legal y su desarrollo (decretos, libros...) incorrecto. Pero corresponde vigilar si es as¨ª, en el caso de contenidos relacionados con supuestos adoctrinamientos o errores cient¨ªficos, a la inspecci¨®n educativa. ?sta deber¨ªa haber intervenido ante la edici¨®n de libros con contenidos desequilibrados y poco respetuosos con la pluralidad ideol¨®gica. De haberlo hecho, la clara politizaci¨®n que rodea este tema se podr¨ªa haber evitado (o al menos rebajado) y, con ello, el perjuicio que se est¨¢ causando a los m¨¢s indefensos, los alumnos.