Educaci¨®n vial y ciudadana
Nadie parece aplicar mejor que los conductores la vieja m¨¢xima de que la cultura es lo que queda despu¨¦s de olvidar lo que te han ense?ado. Tanto, que el 96,5%
de las personas que
se ponen al volante no aprobar¨ªan el examen te¨®rico que superaron en el momento de obtener el permiso. Y
el porcentaje es mayor entre las personas que llevan m¨¢s a?os conduciendo. As¨ª se ha puesto de relieve esta semana al proponer a los ciudadanos que rellenaran a trav¨¦s de la Red tests como los utilizados por la Direcci¨®n General de Tr¨¢fico para obtener el permiso de conducir.
Obviamente, la mayor¨ªa de quienes han realizado ese pasatiempo ha suspendido. Como mero divertimento, puede ser hasta entretenido. Sin embargo, se ha llegado demasiado r¨¢pidamente a la conclusi¨®n de que los espa?oles no sabemos conducir porque no respondemos adecuadamente a cuestiones como la siguiente: "Circula a 60 por hora y aumenta su velocidad hasta 120. ?La distancia de frenado aumenta al doble?" Las tres alternativas que se ofrecen en los tests son, en ocasiones, entre surrealistas y tramposas.
La educaci¨®n vial de los conductores espa?oles deja mucho que desear. Todos los esfuerzos en ese terreno ser¨¢n siempre bienvenidos. Por eso, la formaci¨®n y los ex¨¢menes de acceso al permiso de conducir deben ser perfeccionados.
Las autoescuelas entrenan a los j¨®venes con todos los trucos adecuados para superar esos tests -un m¨¦todo cuestionado-, pero eso no es sin¨®nimo de haber formado buenos conductores. Ni se convierten en ignorantes conductores quienes a?os despu¨¦s de haber obtenido el permiso no recuerdan cu¨¢ntos metros exactamente recorre un autom¨®vil antes de detenerse tras pisar el freno.
La seguridad vial depende mucho m¨¢s de la educaci¨®n de los automovilistas, algo que debe afrontarse desde la escuela.
Ahora que la siniestralidad en las carreteras ha dejado de considerarse
una fatalidad, Administraci¨®n, autoescuelas, compa?¨ªas de seguros
y otras instancias se plantean la necesidad de revisar la formaci¨®n de los conductores. Lo que, desde luego, pasa tanto por una educaci¨®n vial como por una educaci¨®n ciudadana.
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