Psiquiatr¨ªa del horror
El doctor Sehwail ayuda desde hace veinte a?os a palestinos v¨ªctimas de la ocupaci¨®n o la tortura
Los ojos vendados. Una oscura celda que parece una tumba. La palestina Sawson Dawod permaneci¨® dos a?os encerrada en una c¨¢rcel israel¨ª cuando ten¨ªa 14. Sus recuerdos est¨¢n hechos de golpes, grilletes y botas de soldados.
Su historia no es ¨²nica. El doctor Mahmud Sehwail, fundador y director del Centro de Tratamiento y Rehabilitaci¨®n para V¨ªctimas de la Tortura (TRC) de Ramallah, se enfrenta cada a?o a miles de casos como el de Sawson. "M¨¢s del 40% de los hombres palestinos ha sido detenido al menos una vez, y el 70% de los ni?os presencia violencia o la padece. El da?o psicol¨®gico sufrido por la poblaci¨®n palestina es muy grande. Es una poblaci¨®n traumatizada en masa", explica Sehwail, que mantiene en pie el centro desde 1997 a pesar de las dificultades econ¨®micas a las que se enfrenta.
"M¨¢s del 40% de los hombres en Palestina ha sido detenido al menos una vez", dice el doctor Sehwail
Sawson, la chica palestina, contin¨²a con su relato: "Me insultaron y golpearon. Tras una huelga de hambre, un enfermero que ten¨ªa que atenderme tambi¨¦n me golpe¨®. Me interrogaron esposada, con grilletes en los pies y los ojos vendados. Hab¨ªa varios interrogadores, y el interrogatorio se alarg¨® durante horas. Permanec¨ª 20 d¨ªas incomunicada, sin abogado, sin derecho a llamadas y sin atenci¨®n m¨¦dica, en una h¨²meda y oscura celda. Nadie pod¨ªa o¨ªr mis gritos". Todav¨ªa no sabe cu¨¢les eran los cargos que hab¨ªa contra ella. Lo ¨²nico que hab¨ªa hecho, seg¨²n cuenta, es echar a correr al o¨ªr disparos en un control militar en Hebr¨®n. "En la c¨¢rcel conoc¨ª a personas que hab¨ªan sufrido abusos sexuales y ve¨ªa c¨®mo mujeres embarazadas daban a luz esposadas. Algunas murieron en el parto".
Estamos en Ramallah, donde el doctor Sehwail cre¨® el TRC tras haber estudiado psiquiatr¨ªa en la Universidad de Zaragoza y hacer el posgrado. Ahora cuenta con sucursales en Gaza, Nablus y Jenin. Sehwail dirige, desde hace m¨¢s de 20 a?os, un equipo formado por psic¨®logos, psiquiatras, asistentes sociales y voluntarios que intentan enfrentarse a los problemas mentales originados por la ocupaci¨®n, la violencia, los bombardeos y las torturas en las c¨¢rceles.
"Las aut¨¦nticas armas de destrucci¨®n masiva son las que avivan los conflictos, la pobreza y los abusos contra los derechos humanos en todo el mundo", ha escrito Irene Khan, secretaria general de Amnist¨ªa Internacional. Torturar a una persona es infligirle un sufrimiento f¨ªsico y/o psicol¨®gico —intenso y continuado— para castigarla, obtener informaci¨®n o intimidarla. Cuando quienes torturan son personas al servicio de un Estado, la tortura toma car¨¢cter pol¨ªtico.
Seg¨²n explica un profesor de historia de la Universidad de Bel¨¦n, "hay unos 11.000 palestinos en c¨¢rceles israel¨ªes; no se conocen los nombres de muchos ni sus causas, pero sabemos que no pocos han sufrido el sabaj (colgar al interrogado, desnudo, con los brazos a la espalda o sobre la cabeza)".
El doctor Sehwail suele tener muchas dificultades para entrar en las prisiones, pero contin¨²a intent¨¢ndolo y, a veces, lo consigue. Aunque su trabajo no s¨®lo est¨¢ dirigido a las personas torturadas en c¨¢rceles. "Hay un programa continuo para ni?os. Millares de menores palestinos han visto morir a sus amigos, presencian los bombardeos". Los ni?os palestinos tienen armas de juguete; basta dirigirse con una c¨¢mara de fotos a un grupo de cr¨ªos para que posen con sus pistolas. Imagino que los ni?os —que juegan en calles empapeladas con las fotos de m¨¢rtires— crecen rodeados de odio, en un ambiente propicio para que se conviertan en personas muy agresivas, tal vez en hombres y mujeres dispuestos a inmolarse.
"Yo he conocido a las familias de suicidas", dice Mahmud Sehwail, "y en muchos casos no hay motivo religioso ni pol¨ªtico. La frustraci¨®n y la desesperaci¨®n son las verdaderas causas del suicidio. Hace unos a?os me invitaron a un programa de radio. Un hombre llam¨® diciendo que sus hijos presenciaron c¨®mo un soldado israel¨ª mat¨® a su madre. El hombre pidi¨® ayuda psicol¨®gica. Un mes m¨¢s tarde supimos que aquel hombre se hab¨ªa volado a s¨ª mismo en Israel, matando a varias personas. No pudo manejar sus problemas".
El doctor Sehwail no es optimista; reclama ayuda internacional. "La ocupaci¨®n, el empobrecimiento de los palestinos, las humillaciones y la violencia deben terminar, y hay que derribar el muro que nos ha encerrado en una c¨¢rcel. Sin esto no habr¨¢ paz jam¨¢s. Y creo que conseguir la paz no es una responsabilidad local, es una responsabilidad internacional". Hace suyas las palabras de Gandhi: "Me opongo a la violencia porque cuando parece causar el bien se trata s¨®lo de algo temporal, el mal que causa es permanente".
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