La 'narco' Paca, el polic¨ªa Pepote y su novia abogada
El macrojuicio contra un clan de traficantes en Baleares deriva en un enredo de gui¨®n de pel¨ªcula
La Paca se sac¨® un c¨²ter del delantal y raj¨® una oreja a Tom¨¢s, un yonqui al que su banda de narcos ten¨ªa encadenado en el poblado chabolista de Son Banya, de Palma. Al herirle, quiso lanzar un mensaje cruel a quienes le hab¨ªan robado 6,7 millones de euros, un bot¨ªn de dinero sucio, procedente de la droga, oculto en un agujero. "Se relata como un alarde de hegemon¨ªa", explic¨® uno de los abogados de Francisca Cort¨¦s, de 53 a?os, viuda, jefa del clan de La Paca, que re¨²ne a seis hijos y cinco hermanos, adem¨¢s de cu?ados, sobrinos y primos.
La matriarca inici¨® su escalada delictiva en los a?os 70 al escabullirse con un carro y un jamelgo por el campo y dejar tiradas a tres patrullas de la polic¨ªa. Ahora, en su caseta con techo de uralita, con paredes revestidas de estucado veneciano, ten¨ªa un mono domesticado. Al ser detenida, grit¨®: "?No, por favor, no os llev¨¦is mi mono! Es bueno. Duerme conmigo en la cama. Le pongo dodotis". Adem¨¢s del mandril mordedor, guardaba 300.000 euros en billetes; la caja que genera un mercado cautivo: los cientos de drogodependientes que se abastecen en el s¨²per marginal.
La polic¨ªa asegura que es la narcotraficante m¨¢s conocida de Espa?a
"De fechas no me hablen, no s¨¦ ni cuando par¨ª a mis hijos", dijo Cort¨¦s, analfabeta funcional, de apariencia modesta, vestida con rebecas de color fucsia. "Es una persona lista, inteligente y tiene habilidades sociales. No todo el grupo es como ella", detall¨® su defensor, Carlos Portalo.
"?Un poco de formalidad!", suplic¨® La Paca en el banquillo a su familia, inquieta tras dos semanas de juicio en el que afrontan penas de entre 28 y seis a?os de c¨¢rcel. "Se?or¨ªa", dijo al juez, "?puede pasar El Ico [uno de sus hijos] atr¨¢s". El joven, de 22 a?os y m¨¢s de 140 kilos, tampoco sabe leer, pero conduc¨ªa sin carn¨¦ un Ferrari rojo y el Jeep Hummer que fue del futbolista Eto'o. En un pub dispar¨® a un camarero, lo que qued¨® grabado en las c¨¢maras de seguridad, y en otra ocasi¨®n embisti¨® a un coche policial.
Cort¨¦s reconoce que en una ¨¦poca se dedic¨® "a la maldad" y asume que rob¨® "para dar de comer" a sus hijos. Se cas¨® a los 14 a?os y qued¨® viuda a los 30. Su marido, El Nano, y un hijo murieron v¨ªctimas de la droga. Cuando ten¨ªan el mono, ella les ataba a la cama. Otro hijo qued¨® incapaz. Ha sido detenida 11 veces -seis por tr¨¢fico de drogas- y tiene cinco condenas desde 1990: una por robo, a cuatro a?os de c¨¢rcel, y cuatro por narcotr¨¢fico, que suman once a?os.
"Es dura y sensiblera y, sobre todo, siente p¨¢nico a la c¨¢rcel", anot¨® un comisario. Por ello, en 2006, pact¨® un acuerdo con la fiscal¨ªa y asumi¨® -con su clan- embargos y multas por blanqueo de capitales del narcotr¨¢fico. El auto desgrana la compleja malla de dispersi¨®n del patrimonio, a trav¨¦s de testaferros -menores, incapacitados, empleados- titulares de sus bienes: casas, terrenos, coches, cuentas, fondos del Tesoro, por valor de ocho millones.
La Paca y los suyos han visto volar varias veces su fortuna, decomisada. Y el clan dej¨® de invertir en bienes y acumul¨® los nuevos capitales fuera del sistema bancario: bajo tierra y en los falsos techos de las chabolas. Un hermano de la narco quiso comprar una finca "para los pobres" en Paraguay. La jefa est¨¢ pagando una pena de 608.000 euros por blanqueo.
"Es la narcotraficante m¨¢s conocida de Espa?a y una confidente de muchos a?os", reconoci¨® ante un juez el jefe policial antiatracos Jos¨¦ G¨®mez, Pepote. La llamaba "mi amiga" y confesaba una "relaci¨®n muy estrecha". Pero existi¨® una traici¨®n rec¨ªproca, palabras y pactos al otro lado de la ley. Ocurri¨® a ra¨ªz del robo, en 2006, de los 6,7 millones de dinero negro del clan, seguido del secuestro y tortura en Son Banya del grupo de supuestos ladrones.
El suceso casi fue p¨²blico, con carreras callejeras, asaltos a casas y hoteles, partes de hospital. El caso hizo saltar las alarmas. La razzia y las represalias a seis personas -con la mutilaci¨®n de la oreja- las dirigi¨® Cort¨¦s, rodeada de su gente. "Cuando La Paca lo ordenaba, me pegaban", dijo una v¨ªctima. Y otra narr¨®: "Un hijo par¨® los palos: 'la mamma ha dicho que no le toquen m¨¢s".
Narcos, ladrones, un polic¨ªa y un abogado acabaron en el mismo banquillo: La Paca, el inspector Pepote El Guapo -que ten¨ªa fama de valeroso en la comisar¨ªa- y su novia abogada, Mar¨ªa ?ngeles L¨®pez, han sido sometidos en un macrojuicio con otros 22 familiares del clan. El fiscal Adri¨¢n Salazar defini¨® el asunto como "un puzzle de gui¨®n cinematogr¨¢fico".
La Paca y Pepote, confidente y polic¨ªa, se buscaron y pactaron. La narco quer¨ªa borrar el grave esc¨¢ndalo y soborn¨® al funcionario con 600.000 euros, pero ella le grab¨® la conversaci¨®n donde se tram¨® el pago. "?Hasta cu¨¢nto puedes pagar? ?Les digo que [ser¨¢n] 150 [millones de pesetas] la semana que viene?", inquiri¨® el inspector. El dinero sucio era para su pareja, la abogada, quien deb¨ªa indemnizar a los secuestrados. "?Co?o!, joder, qui¨¦n se come los 15 a?os de prisi¨®n", chill¨® Pepote. La Paca sinti¨® que el polic¨ªa "le met¨ªa miedo (...) porque no era un cualquiera".
El operativo y la sangre fr¨ªa de Francisca Cort¨¦s para cazar a Pepote son de cine: la matriarca de Son Banya le cit¨® en una plaza, contact¨® con un polic¨ªa local para que registrase el encuentro en v¨ªdeo y habl¨® con un guardia civil retirado para que desde lejos controlara el encuentro.
La grabaci¨®n de la charla la efectu¨® Manuela, La Guapi, -hija de Cort¨¦s-, joven y muy gruesa, que se escondi¨® el aparato -un Mp3- entre los senos. Durante la charla, el polic¨ªa recibi¨® una llamada al m¨®vil y su interlocutor not¨® interferencias. Las emit¨ªa el Mp3 que acunaba La Guapi, que sinti¨® p¨¢nico.
Por su seguridad, la matriarca puso el aparato a buen recaudo, lejos de Palma; lo custodi¨® un familiar en Valencia. La grabadora con la larga y clara conversaci¨®n lleg¨® a manos de un juez, envuelta en algodones de maquillaje. La Paca ejecut¨® su vendetta por hast¨ªo: porque se cans¨® de pagar fajos de billetes en mochilas escolares.
Primero abon¨® en una chabola 300.000 euros a la letrada L¨®pez, en presencia de otros dos abogados. Un fajo de 6.000 euros cay¨® debajo de la mesa. Despu¨¦s se consum¨® otra entrega de 300.000 euros a Pepote, que dej¨® dos huellas en un sobre del dinero incautado. Hubo otra petici¨®n. La primera exigencia fue de 2,1 millones de euros y el fiscal cree que el clan los pag¨®. El polic¨ªa niega haber tocado un euro.
"Yo he pagado 100 millones de pesetas y si hubiera una m¨¢quina de la verdad meter¨ªa la mano", concluy¨® La Paca ante el tribunal y asumi¨® su delito de cohecho. La novia del polic¨ªa dice que s¨®lo existi¨® una negociaci¨®n entre abogados. "Do?a Francisca me llenaba el despacho de flores y plantas en agradecimiento", apunt¨®.
Loros, caballos y gallos de pelea
La Paca, la jefa del clan de la droga, ten¨ªa un mandril. Pero en el degradado poblado de Son Banya se re¨²nen bastantes animales, ex¨®ticos o no. Hay caros loros habladores y guacamayos azules y muchos jilgueros cantadores criados a palillo.
Las peleas de gallos y las apuestas desatan pasi¨®n entre miembros de la etnia gitana: se evidenci¨® al hallarse un gallero clandestino en el centro de Mallorca, donde se jugaban 24.000 euros, hab¨ªa 120 aficionados y decenas de gallos de combate. Uno de los secuestrados por los narcos narr¨® que fue torturado en el gallero de Son Banya y otro quiso escudarse de un delito explicando que el d¨ªa de autos estaba en otro pueblo, pelando los muslos y cortando los espolones de las aves de pelea.
Los animales m¨¢s valiosos y notorios est¨¢n en las cuadras. Son los caballos trotones de carreras que el hermano de la Paca, Isidro, El Moreno, y otro familiar apodado Juan, El Loco, poseen y exhiben en el hip¨®dromo de Palma. Sus ejemplares han triunfado ante las autoridades, a¨²n con los due?os en la c¨¢rcel. Desde hace m¨¢s de 20 a?os es un secreto a voces.
La Fiscal¨ªa Anticorrupci¨®n intervino 10 trotones de la primitiva Pe?a Cort¨¦s que pas¨® a denominarse Pe?a Holly, siendo traspasada a un cuidador sin bienes.
De los caballos embargados, la mitad murieron porque el encargado de cuidarlos los abandon¨® por falta de fondos oficiales. La Paca va de austera. Oculta su fortuna. Su hijo, El Ico, contrat¨® una vez una limusina con ch¨®fer para ir a una actuaci¨®n de Farruquito.
Ella nunca dej¨® el control del poblado ni la propiedad del bar club social, una tapadera, que es el ¨²nico caf¨¦ de Mallorca donde no se sirve caf¨¦. Su barrio es su feudo, donde apenas puede entrar la polic¨ªa. Francisca sostiene que sus millones proceden de la venta ambulante en mercadillos.
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