Inocente o delatora

La reina de la belleza recobr¨® ayer una libertad dif¨ªcil. Laura Elena Z¨²?iga Hu¨ªzar, de 24 a?os y un espl¨¦ndido curr¨ªculo como miss y modelo, fue detenida hace 40 d¨ªas junto a su novio, uno de los dirigentes del sanguinario cartel de Ju¨¢rez, cuando viajaban -en compa?¨ªa de otros seis hombres- a bordo de camionetas repletas de armas y dinero. La polic¨ªa mexicana se apresur¨® a difundir su imagen demacrada como prueba de un nuevo ¨¦xito contra el narcotr¨¢fico. Miss Sinaloa fue exhibida despeinada y cabizbaja, con las manos esposadas por delante y flanqueada por sus seis acompa?antes, a cual peor encarado. Despu¨¦s de un mes largo de detenci¨®n, un juez acaba de ponerla en libertad sin cargos, mientras que ha prorrogado la prisi¨®n provisional para sus seis acompa?antes. Laura Elena Z¨²?iga se enfrenta ahora a una libertad dif¨ªcil y peligrosa. No s¨®lo tendr¨¢ que luchar contra la mala fama para volver a pisar las pasarelas. Tambi¨¦n deber¨¢ lidiar con una sospecha en forma de pregunta: ?qu¨¦ le ha contado a la polic¨ªa para obtener su libertad? De lo primero depende su trabajo. De lo segundo, su vida.

La polic¨ªa prometi¨® a Elena Z¨²?iga un trato de testigo si le daba informaci¨®n

La amenaza no es peque?a. M¨¦xico sigue sumergido en la misma espiral de violencia que despidi¨® 2008, el peor a?o que se recuerda, con m¨¢s de 6.000 muertos relacionados con el narcotr¨¢fico. El viernes se contabilizaron 31 asesinatos m¨¢s, 11 de ellos en Ciudad Ju¨¢rez, la localidad del norte?o Estado de Chihuahua que da nombre al cartel al que pertenece Orlando Gracia Urquiza, el novio de la modelo.

Muchos de esos cr¨ªmenes responden a ajustes de cuentas entre malhechores, y la forma de presentar los cad¨¢veres -con la cabeza cortada, sin lengua- no s¨®lo busca aterrorizar al enemigo, sino tambi¨¦n informar de por qu¨¦ fue ultimado: por traidor, por chivato... Seg¨²n fuentes de la investigaci¨®n, la ex Miss Sinaloa -fue despose¨ªda de la corona al poco de ser detenida- ha sido interrogada durante todo este tiempo con un fin muy claro: "T¨² no has hecho, pero has visto. Si nos dices lo que has visto, te trataremos como testigo. Si callas, ser¨¢s c¨®mplice".

Como todo el que entra de una u otra forma en el c¨ªrculo del crimen, Laura Elena tuvo que elegir. Plata o plomo. Confesi¨®n o c¨¢rcel. Z¨²?iga Hu¨ªzar fue detenida el 23 de diciembre en Zapopan, a las afueras de Guadalajara (Jalisco), en compa?¨ªa de su novio y de otros seis hombres. Viajaban a bordo de dos camionetas cargadas con dos rifles de asalto R-15, tres pistolas, nueve cargadores, m¨¢s de 600 cartuchos de diferentes calibres, 16 tel¨¦fonos m¨®viles y m¨¢s de 45.000 d¨®lares. La polic¨ªa lleg¨® a ellos gracias a una llamada an¨®nima. El jefe de la expedici¨®n era el mism¨ªsimo Orlando Garc¨ªa, hermano de Ricardo Garc¨ªa, alias El Doctor, famoso narcotraficante. De Orlando la polic¨ªa no tiene dudas: se trata de uno de los l¨ªderes del cartel de Ju¨¢rez y ha llegado a establecer alianzas con Los Zetas, el grupo de sicarios m¨¢s temible (que ya es decir) del narcotr¨¢fico mexicano. Aquel 23 de diciembre, cuando la polic¨ªa le pregunt¨® a Laura Elena ad¨®nde se dirig¨ªa tan bien acompa?ada, ella respondi¨®: "A Bolivia y a Colombia, de compras...".

Durante 40 largos d¨ªas, los investigadores han sopesado si aquella respuesta pertenec¨ªa a un alma casi c¨¢ndida o al desplante de una mujer joven pero ya bragada en los quehaceres del narcotr¨¢fico como aquella Teresa Mendoza, tambi¨¦n nacida en Sinaloa, que retrat¨® Arturo P¨¦rez-Reverte en su novela La Reina del Sur. A juzgar por su puesta en libertad, la polic¨ªa ha preferido confiar en su inocencia. Ahora s¨®lo falta saber si todav¨ªa siguen confiando en ella sus viejos compa?eros de viaje.