Marcianitos con Chopin
Las bandas sonoras de los videojuegos buscan cl¨¢sicos
En Eternal Sonata, el protagonista dispara flechas contra un drag¨®n. De fondo, una melod¨ªa de Chopin. En Battlefield: Bad company, los soldados empu?an las armas mientras suena Bela B¨¢rtok. Y en World of Warcraft, el tema principal, Wrath of the Lich King, acompa?a con arpas y gaitas las peripecias de enanos, orcos o troles.
Las bandas sonoras de los videojuegos han alcanzado la categor¨ªa de arte. Orquestas, partituras y premios se entremezclan con personajes, gr¨¢ficas y tramas. Gonzo Su¨¢rez, creador barcelon¨¦s de juegos como Commandos, lo tiene claro: "Desde hace unos siete a?os se compone m¨²sica de alta calidad. Es normal involucrar a m¨²sicos prestigiosos en un videojuego".
Muchos de los compositores que trabajaban en este sector hace una d¨¦cada lo hac¨ªan cabizbajos. Era un premio de consolaci¨®n, la ¨²nica salida. Ahora son de los mejor pagados y varios reciben trato de estrellas. Seg¨²n el diario The New York Times, el sueldo de un compositor ronda los 780 euros por minuto compuesto. Los m¨¢s c¨¦lebres cobran 1.560 euros. Lo que significa que por escribir la banda sonora de un videojuego (dura entre una y dos horas), un compositor se embolsa entre 46.860 y 187.265 euros. La industria ha atra¨ªdo a grandes compositores de cine como Dany Elfman, Howard Shore o Hans Zimmer. Y algunas escuelas como Berklee College of Music de Boston han incluido en sus programas una materia sobre el tema. Adem¨¢s, la lista de premios es interminable: la MTV, los brit¨¢nicos BAFTA o la Academia de las Artes y las Ciencias Interactivas. En los IGN 2008 (los oscar del gremio), los galardones fueron para t¨ªtulos como Eternal Sonata de Namco Bandai (sobre las ¨²ltimas tres horas de vida de Chopin), Fable II de Lion Head, Super Smash Bros Brawl de Nintendo, Patapon de Pyramid y Space Invaders Extreme. Russell Brower, director de audio de la compa?¨ªa Blizzard y ganador de un Emmy, es toda una eminencia "Las herramientas para acoplar la m¨²sica con el videojuego han mejorado y los presupuestos han crecido. Las diferencias entre componer temas para un medio tradicional y para un videojuego est¨¢n desapareciendo". Brower, responsable de War of Warcraft, subraya: "Afortunadamente en la ¨²ltima d¨¦cada, las habilidades del guionista y la sensibilidad del m¨²sico y del compositor son primordiales. Ya no es necesario ser un entendido o un freaky de los ordenadores para firmar la m¨²sica de un t¨ªtulo".
Los compositores han pasado de trabajar cabizbajos a recibir trato de estrellas
Un factor que ha influido ha sido la trama. Como explica Daniel S¨¢nchez-Crespo, comisario de videojuegos en Art Futura y jefe de proyectos de la catalana Novarama: "Las historias se complican cada vez m¨¢s, existen dilemas y los personajes son m¨¢s complejos". En Battlefield: Bad Company, una orquesta de 70 m¨²sicos dirigidos por Alan Pierson interpretan la partitura del reconocido Mikael Karlsson. De los chelos melanc¨®licos se encarga Wolfram Koessel, miembro del American String Quartet. "Las mejores bandas sonoras son aquellas en las que uno no se da cuenta de que est¨¢n all¨ª", concluye Carlos Gonz¨¢lez Tard¨®n, coordinador de la asesor¨ªa People & Videogames y docente en la Casa Asia.
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