Espa?a consigue invitaci¨®n para la pr¨®xima cumbre del G-20 en Londres

Aunque Zapatero estaba convencido de su continuidad en el G-20, el club que re¨²ne a los pa¨ªses m¨¢s ricos y a las econom¨ªas emergentes, la confirmaci¨®n no lleg¨® hasta ayer por la ma?ana. La Canciller¨ªa alemana transmiti¨® al Gobierno, a trav¨¦s de la Embajada de Espa?a en Berl¨ªn, la invitaci¨®n para participar en la reuni¨®n que el pr¨®ximo d¨ªa 22 celebrar¨¢n en la capital germana los jefes de Estado y de Gobierno de los pa¨ªses europeos que asistir¨¢n el 2 de abril a la Cumbre del G-20 en Londres.

En otras palabras: Zapatero acudir¨¢ a la minicumbre europea de Berl¨ªn porque estar¨¢ en la cumbre mundial de Londres. Y si la canciller alemana, Angela Merkel, lo ha invitado es porque el premier brit¨¢nico, Gordon Brown, le ha dicho que lo haga.

El portavoz del Gobierno alem¨¢n, Thomas Steg, anunci¨® ayer la fecha de la cumbre de Berl¨ªn y confirm¨® que se invitar¨¢ "a los pa¨ªses europeos que ya participaron en la cumbre de Washington". Es decir: a los del G-7 (Francia, Alemania, Reino Unido e Italia), m¨¢s Espa?a, Holanda y la Rep¨²blica Checa. En realidad, esta ¨²ltima ya ten¨ªa su participaci¨®n asegurada, pues ejerce la presidencia de turno de la UE. Los dos pa¨ªses que se han convertido en miembros de facto del G-20, sin pertenecer al mismo, son Espa?a y Holanda.

Su presencia no era, ni mucho menos, obvia. Zapatero y el holand¨¦s Jan Peter Balkenende fueron a Washington porque el presidente franc¨¦s, Nicol¨¢s Sarkozy, hizo malabarismos con las sillas de su doble delegaci¨®n (la francesa y la de la presidencia de turno de la UE) para contentar a todos. Ahora, Espa?a y Holanda tendr¨¢n asiento propio.

La reuni¨®n de Londres reviste especial importancia porque servir¨¢ de arranque para la primera gira por Europa del presidente de EE UU, Barack Obama. Y ser¨¢ la primera ocasi¨®n en que Zapatero y ¨¦l se vean las caras.

En Londres se examinar¨¢n los resultados de los grupos de trabajo que se crearon en Washington para estudiar la reforma del sistema financiero mundial y la crisis econ¨®mica que ya entonces empezaba a afectar a los pa¨ªses en desarrollo. Espa?a no participa en esos grupos pero, seg¨²n fuentes gubernamentales, les hace llegar sus ideas.