?Refer¨¦ndum en la Diagonal?
El Ayuntamiento de Barcelona ha anunciado una reforma de la Diagonal que incluye el paso de un nuevo tranv¨ªa en toda la longitud de su tramo central. Adem¨¢s se ha comprometido a hacer una consulta p¨²blica para participar de manera m¨¢s o menos vinculante en las decisiones finales del proyecto. Que la Diagonal necesita una renovaci¨®n para mantenerse como un espacio p¨²blico eficaz y representativo me parece evidente. Que se tome como un punto de partida la incorporaci¨®n del trazado del tranv¨ªa me parece discutible y, probablemente, equivocado. Que se convoque una consulta p¨²blica en estas condiciones y que se conf¨ªe en su eficacia o se apruebe su validez puede ser un error y, quiz¨¢, un ejemplo pernicioso.
Que se convoque una consulta p¨²blica y se conf¨ªe en su eficacia puede ser un error
Es cierto que algunos tramos de la Diagonal est¨¢n deteriorados y que las superposiciones de diversas especializaciones funcionales la hacen a veces incomprensible. Por ejemplo, las indecisiones planteadas por el carril bici, la circulaci¨®n peatonal y las barreras verdes, la falta de coherencia espacial entre el paseo y el acceso a los comercios, y el deterioro paisaj¨ªstico de alg¨²n punto singular. Conseguir la mejora de estos aspectos se puede hacer con una operaci¨®n relativamente sencilla que ni siquiera modifique gravemente el actual tono urbano ni altere una imagen global que ya hemos asimilado como una permanencia hist¨®rica significativa de la ciudad moderna. Si s¨®lo se tratara de esto, incluso la consulta p¨²blica se justificar¨ªa, porque la opini¨®n popular se podr¨ªa centrar en temas popularmente opinables, es decir, en funcionalidades expl¨ªcitas, en control econ¨®mico, en est¨¦ticas comprensibles e, incluso, en gustos personales y leg¨ªtimos intereses gremiales.
Pero el problema se complica cuando aparece como dato fundamental el trazado del tranv¨ªa, que implica muchas consideraciones de distinta ¨ªndole y previas al proyecto. Lo primero que hay que plantearse es el dilema tranv¨ªa s¨ª, tranv¨ªa no. ?Una red de tranv¨ªa fija y segregada es un sistema de transporte adecuado y generalizable en una ciudad como Barcelona? ?Las pretendidas ventajas econ¨®micas respecto al coste de construcci¨®n del metro siguen siendo v¨¢lidas cuando la l¨ªnea segregada del tranv¨ªa exige tantos cambios en la configuraci¨®n de la superficie urbana y una ocupaci¨®n extraordinaria del escaso espacio vial? ?No hay presiones econ¨®micas por parte de las compa?¨ªas concesionarias? Y concretamente, ?la Diagonal -un eje del que depende toda la red circulatoria de la ciudad- puede transformarse en una barrera en medio de la continuidad del Eixample?
Se habla y ya se discute fr¨ªvolamente sobre las secciones transversales que se proponen, de la l¨ªnea de ¨¢rboles que habr¨¢ que suprimir, de la expansi¨®n peatonal de las aceras, pero previamente hay que discutir dos temas m¨¢s transcendentales: ?c¨®mo afectar¨¢ a la circulaci¨®n del Eixample -ahora en un equilibrio fr¨¢gil pero sostenible- la barrera del tranv¨ªa y la reducci¨®n del espacio vehicular a lo largo de la Diagonal? ?Y qu¨¦ ocurrir¨¢ en cada uno de los cruces con la cuadr¨ªcula de Cerd¨¤, sobre todo los que se han convertido ya en plazas significativas, como las de Maci¨¤, Joan Carles I y Verdaguer? ?Habr¨¢ que resolver esos puntos tan problem¨¢ticos con tramos subterr¨¢neos y largu¨ªsimas rampas que completar¨¢n las barreras circulatorias y reducir¨¢n el tono urbano de la avenida? Por otra parte, si se articula una red de tranv¨ªas de alcance casi metropolitano, hay que plantearse una duda metodol¨®gica m¨¢s general: ?ser¨¢n ¨²tiles y rentables los trayectos tan largos, como el empalme de las dos l¨ªneas actuales, o ser¨¢ mejor fraccionarlos en itinerarios m¨¢s breves, reservando para el metro las largas distancias?
Todos estos temas tienen que ser estudiados en profundidad por t¨¦cnicos especialistas responsables con visi¨®n pol¨ªtica de la ciudad, y seguramente sus conclusiones ser¨¢n dif¨ªciles de discutir en una consulta popular. Y ah¨ª est¨¢ el peligro: ante la dificultad de poner en discusi¨®n los temas esenciales, demasiado complejos y tecnificados, habr¨¢ la tentaci¨®n de hacer una consulta s¨®lo sobre los temas secundarios -formas y funciones de la superficie urbana m¨¢s f¨¢ciles de entender y juzgar- habiendo decidido previamente y sin consulta los m¨¢s b¨¢sicos como es la presencia del tranv¨ªa. Los temas secundarios son, al fin, tambi¨¦n muy importantes, pero en buena parte vienen condicionados por decisiones que afectan a toda la ciudad y cuya discusi¨®n es dif¨ªcil ordenar en t¨¦rminos de refer¨¦ndum. Y puede ocurrir que con toda la voluntad pol¨ªtica a favor de la "proximidad" se enga?e a la ciudadan¨ªa que cree que est¨¢ decidiendo, cuando lo importante ya est¨¢ decidido.
Hace un par de d¨ªas Jordi Borja publicaba en estas p¨¢ginas el art¨ªculo Participaci¨®n, tomar el nombre en vano, en el que apuntaba el peligro de la falsa participaci¨®n cuando no hay un engranaje social continuo y una capacidad para seleccionar los temas opinables y encauzarlos debidamente para evitar el error y la final frustraci¨®n colectiva. Es dif¨ªcil, pero ahora el Ayuntamiento de Barcelona tendr¨¢ la ocasi¨®n de ensayarlo si empieza con un estudio solvente de los temas generales previos, los expone y los explica debidamente, decide las l¨ªneas maestras y plantea luego una consulta p¨²blica dentro de las limitaciones operativas y conceptuales que corresponden de los criterios masificados no especializados. Es decir, sin demagogia ni tergiversaci¨®n de contenidos.
Oriol Bohigas es arquitecto.
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