La renuncia de dos altos cargos genera dudas sobre la ¨¦tica de la era Obama
Daschle rechaza la Secretar¨ªa de Salud porque no pag¨® todos sus impuestos - Killefer no acceder¨¢, por el mismo motivo, a la Oficina de Presupuestos
Se acab¨® la luna de miel. Dos semanas despu¨¦s de su jura, Barack Obama se enfrenta a la primera tormenta pol¨ªtica de su gesti¨®n tras la dimisi¨®n ayer de dos altos cargos de su Gobierno, entre ellos el nominado para la Secretar¨ªa de Salud, Tom Daschle, por impago de impuestos. El presidente de EE UU intenta salir al paso de una ola de cr¨ªticas por el incumplimiento de su promesa de elevar el list¨®n ¨¦tico de la Administraci¨®n.
"He cometido un error y asumo la responsabilidad por ello. Quiero mandar un claro mensaje de que no voy a permitir un doble rasero, uno para el p¨²blico en general y otro para los miembros de mi Administraci¨®n", dijo Obama anoche en una entrevista en la cadena CNN.
El presidente opta por designar a un republicano al frente de Comercio
La dimisi¨®n de Daschle, un respetado ex senador a quien se hab¨ªa encargado la trascendental tarea de la reforma sanitaria, se produjo pocas horas despu¨¦s de la renuncia de Nancy Killefer, que hab¨ªa sido elegida para ocupar un puesto muy relevante en la Oficina de Presupuestos de la Casa Blanca. Ambos cargos requieren ratificaci¨®n del Congreso.
En realidad, una dimisi¨®n arrastr¨® a la otra. Despu¨¦s de que el presidente aceptase la renuncia de Killefer, que ten¨ªa una deuda de 946 d¨®lares (unos 731 euros) con el distrito de Columbia por el impago de una tasa de desempleo por una empleada de hogar, le resultaba imposible seguir apoyando a Daschle, que hab¨ªa retrasado durante meses el pago de 128.000 d¨®lares (unos 100.000 euros) de impuestos.
Ambos casos, unidos al de Tim Geithner, que fue ratificado como secretario del Tesoro pese al olvido de una deuda con Hacienda de 34.000 d¨®lares (26.000 euros), empezaban a convertir la pr¨¢ctica de eludir impuestos en un patr¨®n de conducta de esta Administraci¨®n.
Tanto Daschle como Killefer argumentaron sus dimisiones como un sacrificio para evitar servir de distracci¨®n en la agenda pol¨ªtica del Gobierno. Daschle se enfrentaba a un duro proceso de confirmaci¨®n en el Senado, del que, de haber sobrevivido, lo habr¨ªa hecho a costa de enormes tensiones y con un rotundo corte partidista.
Cuando Obama defendi¨® p¨²blicamente su nombramiento, el lunes, Daschle era ya el blanco de un acoso por parte de la oposici¨®n y de los periodistas, que acusaban al presidente de estar favoreciendo la desmotivaci¨®n ciudadana a cumplir con sus obligaciones fiscales. "Ser¨ªa un terrible mensaje al p¨²blico si ignoramos el fallo de otro alto cargo en cumplir con las leyes fiscales", advert¨ªa ayer un editorial de The New York Times que ped¨ªa la dimisi¨®n del nominado.
Como es evidente, esto de que los responsables pol¨ªticos se olviden de pagar impuestos despierta una enorme sensibilidad popular, m¨¢xime en un momento en el que todas las familias se empobrecen y el Estado se endeuda para acudir al rescate de la econom¨ªa. El prestigio de Obama puede sufrir el impacto de este asunto, como demostraban ayer los abundantes mensajes de queja que recib¨ªan los medios de comunicaci¨®n digital.
Despu¨¦s de la renuncia de Bill Richardson por problemas m¨¢s serios relacionados con las concesiones de contratos en el Estado del que es gobernador, esta sucesi¨®n de problemas fiscales en las ¨²ltimas semanas ha puesto en evidencia la dificultad de cumplir, una vez en el poder, las exigentes reglas de limpieza y transparencia que Obama se hab¨ªa marcado durante la campa?a.
Es m¨¢s complicado de lo que parece encontrar un veterano de la pol¨ªtica en Washington que no haya tenido un desliz ¨¦tico en alg¨²n momento de su carrera. La prensa lleva d¨ªas, por ejemplo, pidiendo explicaciones sobre William Lynn, subsecretario del Departamento de Defensa, que hab¨ªa trabajado previamente para un grupo de presi¨®n (lobby) en la industria militar.
El mismo Daschle, seg¨²n han revelado los medios de comunicaci¨®n, asesor¨® a varios lobbies relacionados con la industria sanitaria despu¨¦s de dejar su esca?o. "Proclamar altos niveles morales y despu¨¦s renunciar a ellos expone a Obama a la cr¨ªtica de que es un hip¨®crita o un torpe", afirmaba ayer el diario Chicago Tribune, que tambi¨¦n se pronunci¨® editorialmente en contra de Daschle. "El presidente entiende que no va a cambiar la forma de hacer pol¨ªtica en Washington en uno, en dos o en 15 d¨ªas; es un proyecto de largo plazo", contest¨® el portavoz de la Casa Blanca, Robert Gibbs.
Uno de los perjuicios a?adidos de esta pol¨¦mica ha sido el de haber ocultado el verdadero gran problema nacional: las diferencias en el Congreso para sacar adelante el plan de est¨ªmulo econ¨®mico que la Casa Blanca necesita urgentemente para hacer frente a la crisis.
Obama intent¨® ayer desesperadamente dejar atr¨¢s esta tormenta. "Ahora hay que seguir adelante", manifest¨® en un comunicado hecho p¨²blico tras las dimisiones anunciadas. Por la noche, compareci¨® en distintas entrevistas en los principales informativos de la televisi¨®n para defender su iniciativa en este momento en discusi¨®n en el Senado.
Tampoco est¨¢ c¨®modo Obama en esa misi¨®n. La situaci¨®n se ve relativamente atascada y las cr¨ªticas al plan, por su dispersi¨®n y escasez de acciones inmediatas para crear empleo, han ido al alza en los ¨²ltimos d¨ªas. Pese a la emergencia a la que Obama aludi¨® constantemente en sus entrevistas de ayer, los senadores parecen dispuestos a tomarse su tiempo antes de decidir sobre el futuro de esa ley.
El presidente hizo ayer un importante aliado para su causa en el Congreso al nombrar al destacado senador republicano por New Hampshire, Judd Gregg, nuevo secretario de Comercio. "?ste no es el momento para luchas partidistas", declar¨® Gregg al aceptar su nombramiento.
Tampoco este caso es ajeno a la pol¨¦mica. A las quejas de los comentaristas de izquierda, que recuerdan las convicciones conservadoras que Gregg, el tercer republicano en el Gobierno, ha exhibido a lo largo de toda su carrera, se suman las peculiares circunstancias en las que ha sido elegido: un acuerdo de dudosa calidad ¨¦tica por el que los republicanos garantizan que el puesto vacante en el Senado ser¨¢ ocupado por otra persona de la misma formaci¨®n y no dem¨®crata, como el gobernador de New Hampshire, encargado de designar al sustituto.
Cuatro reveses para la nueva Administraci¨®n estadounidense
- Tom Daschle. El hombre elegido por Barack Obama como secretario de Salud retir¨® ayer su candidatura tras varios d¨ªas de tensiones debidas a un impago de impuestos por un valor de unos 100.000 euros entre 2005 y 2007. Daschle, de 61 a?os, admiti¨® en una carta al Senado no haber incluido "por error" en su declaraci¨®n de la renta algunos ingresos y servicios sometidos a imposici¨®n fiscal. El pol¨ªtico subsan¨® los impagos el pasado 2 de enero. Obama reiter¨® su apoyo a la candidatura, pero Daschle la retir¨® ayer ante la creciente tensi¨®n pol¨ªtica.
- Nancy Killefer. Poco antes de que Daschle retirara su candidatura, otra importante pieza
en el equipo seleccionado por Obama hab¨ªa dado ya un paso atr¨¢s. Nancy Killefer, de 55 a?os, aspirante al cargo de supervisora de la eficiencia del gasto de la Casa Blanca, comunic¨® su renuncia a causa de un asunto fiscal pendiente. Killefer omiti¨® pagar impuestos derivados de la contrataci¨®n de una empleada de hogar. El impago no llega a los 750 euros, pero Killefer consider¨® que el caso crear¨ªa "el g¨¦nero de distracciones y retrasos que su cargo debe eliminar".
- Bill Richardson. El gobernador del Estado de Nuevo M¨¦xico, de 61 a?os, fue el primer elegido por Barack Obama para dirigir el Departamento de Comercio. Richardson retir¨® su candidatura el pasado 4 de enero, antes de someterse al juicio del Congreso y de que Obama tomara posesi¨®n, a causa de una investigaci¨®n pendiente acerca de contratos adjudicados por el Gobierno de Nuevo M¨¦xico a una compa?¨ªa californiana que hab¨ªa financiado la actividad pol¨ªtica del gobernador. El importe de los contratos ascendi¨® a algo m¨¢s de un mill¨®n de euros.
- Timothy Geithner. El nuevo secretario del Tesoro, de 47 a?os, asumi¨® el cargo el pasado 26 de enero tras una tensa sesi¨®n de escrutinio en el Senado, de la que sali¨® confirmado por 60 votos a 34. La candidatura del ex presidente de la Reserva Federal de Nueva York fue cuestionada por el impago de impuestos a la Seguridad Social entre 2001 y 2004 por un valor de 26.000 euros. Una inspecci¨®n fiscal detect¨® en 2006 el impago de 2003 y 2004, que Geithner subsan¨® entonces. El equipo de Obama descubri¨® luego el mismo problema para los a?os 2001 y 2002.
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