Mejor dentro del euro que fuera
El aut¨¦ntico dilema de la econom¨ªa espa?ola no es mantenerse o no en la moneda com¨²n, sino aumentar la productividad y la competitividad de las exportaciones e impulsar la inversi¨®n en educaci¨®n y en innovaci¨®n
La dureza de la crisis econ¨®mica, sumada a la reciente rebaja de la calificaci¨®n crediticia espa?ola por parte de S&P, han precipitado una avalancha de reacciones tanto en el Foro Econ¨®mico Mundial de Davos como en la prensa internacional que sugieren que Espa?a estar¨ªa mejor fuera del euro. Sostienen que si conservara su soberan¨ªa monetaria y cambiaria, podr¨ªa dejar que su moneda se depreciara, lo que dinamizar¨ªa las exportaciones y facilitar¨ªa la salida de la crisis.
Esas mismas voces afirman que Reino Unido, que no pertenece al euro, est¨¢ mejor preparado para afrontar la recesi¨®n porque la libra esterlina puede caer con respecto a otras monedas (y de hecho lo est¨¢ haciendo de forma vertiginosa), lo que podr¨ªa ayudar a la recuperaci¨®n mediante el canal exportador. Y lo hacen a pesar de que las ¨²ltimas previsiones del FMI anuncian una ca¨ªda de la producci¨®n en Reino Unido en 2009 del 2,8%, la mayor de todas las econom¨ªas avanzadas y m¨¢s de un punto por encima de la espa?ola. Adem¨¢s, el Gobierno brit¨¢nico se est¨¢ teniendo que plantear una completa nacionalizaci¨®n del sistema bancario, algo que no ha sucedido en Espa?a.
Ante una recesi¨®n global, la flexibilidad cambiaria no es una soluci¨®n m¨¢gica para evitar ajustes
Sin la moneda com¨²n, ser¨ªa probable una huida de capitales seguida de una espiral inflacionista
M¨¢s all¨¢ de que la sugerencia de que Espa?a estar¨ªa mejor fuera del euro deba leerse en clave de pol¨ªtica interna brit¨¢nica, el debate al que lleva no refleja de forma realista los costes y beneficios asociados a la pertenencia al euro. El aut¨¦ntico dilema de la econom¨ªa espa?ola no es mantenerse o no en el euro, sino aumentar la productividad y la competitividad de las exportaciones al tiempo que se aprovechan las ventajas de tener una moneda fuerte.
La moneda com¨²n ha proporcionado a Espa?a una estabilidad financiera sin precedentes y, al reducir los tipos de inter¨¦s, ha sido una de las claves del fuerte crecimiento de los ¨²ltimos 15 a?os. Adem¨¢s, el euro ha sido la mejor protecci¨®n tanto contra las crisis financieras como contra las devaluaciones forzadas que tan bien conoce la econom¨ªa espa?ola por su traum¨¢tica experiencia durante la primera mitad de los a?os noventa.
Gracias a la creaci¨®n de la moneda ¨²nica, la econom¨ªa espa?ola dio un salto cualitativo mejorando su credibilidad y consolidando pol¨ªticas macroecon¨®micas responsables. Como consecuencia, se redujo la inflaci¨®n y la deuda p¨²blica obtuvo una calificaci¨®n crediticia de AAA, lo que redujo su coste de financiaci¨®n. Espa?a se convirti¨® en el pa¨ªs europeo que m¨¢s empleos cre¨® en la ¨²ltima d¨¦cada (por delante de Reino Unido) y lo hizo financi¨¢ndose en el exterior, pero al abrigo de crisis externas.
En el contexto actual de recesi¨®n global la econom¨ªa espa?ola va a sufrir un severo ajuste, igual que lo har¨¢n todos los dem¨¢s pa¨ªses. Pero estar dentro del euro es una enorme protecci¨®n contra una huida de capitales. La incertidumbre asociada a la crisis lleva a los inversores a refugiarse en monedas fuertes, como demuestran la apreciaci¨®n del d¨®lar a pesar de la dureza de la crisis en Estados Unidos y las r¨¢pidas ca¨ªdas de pr¨¢cticamente todas las dem¨¢s monedas que flotan libremente menos el euro.
La econom¨ªa espa?ola tiene m¨¢s margen de maniobra que otras para afrontar la crisis gracias al super¨¢vit p¨²blico acumulado durante la anterior fase de crecimiento, que lleg¨® al 2% del PIB justo antes del estallido de la crisis. Esta pol¨ªtica de consolidaci¨®n fiscal supone un cambio fundamental en relaci¨®n con los a?os ochenta y noventa, cambio que estuvo motivado por la entrada en la moneda ¨²nica. Tanto Espa?a como otros pa¨ªses de la zona euro podr¨ªan haber hecho mayores esfuerzos y acumular un mayor super¨¢vit p¨²blico durante el ¨²ltimo boom para compensar el impacto expansivo de la laxa pol¨ªtica monetaria del Banco Central Europeo, que en el caso espa?ol se tradujo en tipos de inter¨¦s reales negativos.
Espa?a tambi¨¦n estar¨ªa mejor preparada para afrontar el ajuste si hubiera avanzado m¨¢s en las reformas estructurales, sobre todo en los mercados de trabajo y servicios. La insuficiente competencia en estos mercados provoca que la inflaci¨®n espa?ola se sit¨²e constantemente por encima de la media de la zona euro, lo que mina la competitividad-precio de sus exportaciones.
Sin embargo, no haber hecho mayores esfuerzos en los ¨²ltimos a?os en estos campos no implica que ahora la pol¨ªtica adecuada para Espa?a sea abandonar el euro. Ante una recesi¨®n global, la flexibilidad cambiaria no es una soluci¨®n m¨¢gica que permite evitar un severo ajuste ni puede sustituir a la disciplina macroecon¨®mica y a la flexibilidad interna de precios y salarios. Sin estas pol¨ªticas cualquier econom¨ªa tendr¨¢ problemas para salir de la recesi¨®n con o sin flexibilidad cambiaria, sobre todo si se trata de un pa¨ªs peque?o y muy abierto al exterior como Espa?a.
Si se abandonara el euro cre¨¢ndose una nueva moneda, con un d¨¦ficit por cuenta corriente de cerca del 10% del PIB, lo m¨¢s probable es que Espa?a sufriera una huida de capitales seguida de una espiral inflacionista, que obligar¨ªa al Banco de Espa?a a elevar dr¨¢sticamente los tipos de inter¨¦s y har¨ªa m¨¢s profunda la recesi¨®n y la ca¨ªda del empleo. La deseada depreciaci¨®n para recuperar las exportaciones no ser¨ªa suave, sino que tomar¨ªa la forma de una abrupta ca¨ªda que precipitar¨ªa una crisis financiera. En definitiva, Espa?a no ganar¨ªa nada saliendo del euro.
Para hacer frente a esta recesi¨®n es necesario un est¨ªmulo macroecon¨®mico coordinado a nivel global. Los pa¨ªses como Espa?a, que tienen bajos niveles de deuda p¨²blica sobre el PIB, son los que mayor margen de maniobra tienen para llevarlo a cabo, en parte porque redujeron sus deudas durante el boom anterior. Pero hay que tener en cuenta que si Espa?a saliera del euro la depreciaci¨®n forzada llevar¨ªa a aumentar el peso real de la deuda externa, lo que limitar¨ªa enormemente la capacidad para poner en marcha el imprescindible est¨ªmulo fiscal contrac¨ªclico. Por tanto, ampliar el gasto p¨²blico es sin duda m¨¢s efectivo que a?orar la flexibilidad del tipo de cambio, m¨¢xime cuando m¨¢s del 60% del comercio exterior espa?ol tiene lugar con la zona euro, por lo que no se est¨¢ viendo afectado por la fortaleza de la moneda ¨²nica.
Un debate distinto es a qu¨¦ deber¨ªa destinarse el est¨ªmulo fiscal. La baja productividad de la econom¨ªa espa?ola sugiere que deber¨ªa impulsarse la inversi¨®n en educaci¨®n e I+D en mayor medida que las infraestructuras. No debe olvidarse que el aut¨¦ntico reto de la econom¨ªa espa?ola a largo plazo es recuperar competitividad frente a los dem¨¢s miembros de la zona euro, es decir, tener un tipo de cambio efectivo real competitivo. La forma de hacerlo no es volviendo al sistema de moneda d¨¦bil y devaluaciones, sino con la mejora de la productividad, el aumento de la innovaci¨®n y la flexibilidad de los mercados.
Por otra parte, no se puede afirmar que Espa?a deber¨ªa tener flexibilidad cambiaria sin decir tambi¨¦n que a todos los pa¨ªses les interesar¨ªa tenerla. Pero este argumento esconde una falacia porque la depreciaci¨®n de una moneda supone la apreciaci¨®n de otra. No olvidemos que la principal lecci¨®n de la Gran Depresi¨®n es que el abaratamiento del tipo de cambio para luchar contra la recesi¨®n posiblemente llevar¨¢ a una espiral de devaluaciones competitivas y brotes proteccionistas que se neutralizar¨¢n mutuamente y har¨¢n m¨¢s profunda tanto la ca¨ªda de la actividad como la del empleo.
Ning¨²n miembro de la zona euro contempla seriamente la posibilidad de abandonar la Uni¨®n Monetaria, porque, aparte del impulso pol¨ªtico que proporcion¨® a la integraci¨®n europea, la moneda ¨²nica tambi¨¦n se cre¨® por motivos econ¨®micos. Por ¨²ltimo, m¨¢s all¨¢ de los argumentos econ¨®micos tambi¨¦n es importante subrayar que el pa¨ªs que quisiera abandonar el euro tambi¨¦n tendr¨ªa que dejar la Uni¨®n Europea (al igual que Florida o California no pueden salir del d¨®lar sin abandonar Estados Unidos). Si lo hiciera tendr¨ªa que abrir interminables negociaciones con la Uni¨®n, lo que sin duda tendr¨ªa efectos profundamente adversos, tanto econ¨®micos como pol¨ªticos.
Paul Isbell y Federico Steinberg son investigadores principales del Real Instituto Elcano de Estudios Internacionales y Estrat¨¦gicos.
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