La crisis alienta el nacionalismo econ¨®mico en la Uni¨®n Europea

La crisis econ¨®mica y la consiguiente destrucci¨®n de puestos de trabajo est¨¢n socavando principios sagrados de la Uni¨®n Europea como el libre movimiento de trabajadores o la circulaci¨®n de productos en un mercado ¨²nico por encima de las fronteras. La huelga salvaje de trabajadores brit¨¢nicos de la refiner¨ªa Lindsey en Killingholme contra el empleo temporal de otros italianos y portugueses por la francesa Total -"los empleos brit¨¢nicos para trabajadores brit¨¢nicos", es el lema de los manifestantes- ha sido la punta de un iceberg que recorre toda Europa.

El comisario de Trabajo, el checo Vladimir Spidla, se vio ayer obligado a salir en defensa de ese pilar b¨¢sico del libre movimiento de trabajadores europeos. "?se es un valor fundamental de la Uni¨®n", subray¨®. "Levantando barreras y restringiendo el mercado interior no nos protegeremos de la crisis. Erigir barreras no crear¨¢ ni un solo empleo". Spidla intent¨® as¨ª calmar la tormenta desatada por un comentario hecho el d¨ªa anterior por ¨¦l mismo, cuando, al hilo de la citada huelga salvaje en Reino Unido, el comisario asumi¨® que Bruselas estaba preparado para "estudiar cualquier medida necesaria en un mundo cambiante".

La huelga xen¨®foba brit¨¢nica es la punta de un iceberg que recorre el continente

"Vamos a vivir a?os de desintegraci¨®n en la UE", advierte un analista

"No movamos los palos de la porter¨ªa", declar¨® ayer el portavoz de la Comisi¨®n, Johannes Laitenberger. "No es la libertad de movimiento de trabajadores comunitarios lo que est¨¢ causando problemas", agreg¨®. Bruselas se apresur¨® a destacar que esa libre circulaci¨®n de trabajadores ha creado m¨¢s de 10 millones de empleos en la UE en los ¨²ltimos 10 a?os.

El conflicto en Reino Unido entr¨® ayer en fase de soluci¨®n bajo el compromiso de que la mitad de trabajadores que contratar¨¢ Total en Killingholme ser¨¢n brit¨¢nicos, pero lo ocurrido en esa localidad del este de Inglaterra ha puesto de manifiesto la b¨²squeda de refugios nacionalistas econ¨®micos en plena recesi¨®n.

Los Gobiernos de Francia y Suecia ya han anunciado que condicionar¨¢n las ayudas a sus industrias automovilistas: s¨®lo podr¨¢n beneficiar a centros ubicados en sus respectivos pa¨ªses. En paralelo, ya se han producido diversas llamadas gubernamentales en diferentes pa¨ªses para animar al consumo de productos nacionales, como ha llegado a ocurrir en Espa?a. Grecia ha prohibido a sus bancos que socorran a las sucursales en otros pa¨ªses balc¨¢nicos.

El polit¨®logo Karel Lannoo, director del Centro de Estudios de Pol¨ªtica Europea, un gabinete independiente de Bruselas, cree que "la integraci¨®n europea podr¨ªa sufrir" por estas tensiones proteccionistas y nacionalistas. "Me temo que vamos a vivir dos o tres a?os de desintegraci¨®n europea", dice. En su opini¨®n, los Gobiernos han arrinconado en 2008 a la Comisi¨®n para convertirse en los aut¨¦nticos gestores de la Uni¨®n. Lannoo ve como real el peligro de una fractura en Europa, puesto de manifiesto con la aprobaci¨®n por la Comisi¨®n de programas de salvamento bancario presentados por algunos Gobiernos en beneficio s¨®lo de sus bancos.

La Comisi¨®n Europea dice comprender "la frustraci¨®n de los ciudadanos y se compromete a usar los mecanismos a su disposici¨®n para mantener los empleos", entre los que, aparentemente, no se encuentra el de modificar la directiva sobre los trabajadores desplazados que ha provocado la huelga brit¨¢nica.

"La Comisi¨®n no contempla ninguna revisi¨®n de esa directiva", asegura un portavoz. "Sabemos que hay problemas en su aplicaci¨®n pr¨¢ctica que habr¨¢ que resolver caso por caso".

La directiva ha sido apoyada por el Tribunal de Justicia de la Uni¨®n y la Comisi¨®n estudia ahora sus efectos, seg¨²n el comisario Spidla, "para tener m¨¢s elementos de juicio y ver si hace falta una revisi¨®n".

Algunas especulaciones apuntan a que se podr¨ªa dejar margen de maniobra a los Gobiernos en la aplicaci¨®n de la directiva. "?sa no es la soluci¨®n, porque con diferentes aplicaciones se ir¨¢ contra el esp¨ªritu y la letra. Debe ser igual en toda la UE", replica Mar¨ªa Helena Andr¨¦, secretaria general adjunta de la Confederaci¨®n Europea de Sindicatos (CES). Lo que la CES reclama es que las instituciones fijen con precisi¨®n los derechos y deberes de los trabajadores trasnacionales, para evitar abusos.

"Se puede comprender el proteccionismo, pero no es la soluci¨®n", se?ala Andr¨¦. "Lo peor que puede ocurrir en Europa es que todos nos volvamos proteccionistas, que cada cual apele al inter¨¦s nacional y la gente olvide que todos dependemos de todos", dice. "Hay que estar atentos para evitar la cadena proteccionismo, nacionalismo y xenofobia". "Los sindicatos est¨¢n dispuestos a protegerse de este proteccionismo, porque el de Reino Unido es un fen¨®meno que puede repetirse", alerta.