"Me siento como un personaje de c¨®mic"
Lily Allen es la primera celebridad salida de MySpace y, con permiso de Amy Winehouse, la cantante m¨¢s perseguida y pol¨¦mica de Reino Unido. Con s¨®lo 23 a?os y otro disco bajo el brazo, lo sabe todo sobre el estrellato pop. Y nos lo cuenta
LlLY Allen apareci¨® de golpe en 2006. 21 a?os, compositora pegadiza con una voz original, opiniones bordes y un estilo despreocupado. Era una estrella del pop: brillante, nueva y hecha a s¨ª misma a pesar de su extra?a ni?ez plagada de celebridades. Lily es hija del actor, humorista y presentador ingl¨¦s Keith Allen. Joe Strummer, l¨ªder de The Clash, fue su padrino. La gente no lo sab¨ªa cuando ella empez¨®. Al toparse con la indiferencia de los sellos ante sus melod¨ªas reggae, Lily lanz¨® su m¨²sica a trav¨¦s de su MySpace. Sin embargo, una vez se dio a conocer, fue como si con chasquear los dedos el mundo se enamorara de ella.
Despu¨¦s de eso, durante los ¨²ltimos dos a?os y medio, ha cambiado. No tanto por s¨ª misma ?hoy, bebiendo t¨¦ y gritando a su perro, resulta tan divertida como siempre, aunque m¨¢s glamourosa? como por la forma en que la vemos. Ha pasado de novedosa a ubicua, de sensaci¨®n alternativa a habitual de las revistas de cotilleos.M¨¢s a¨²n, tras haber sido una estrella en un firmamento pop de dos (la otra es Amy Winehouse), a Lily la han seguido r¨¢pidamente otras j¨®venes artistas: Adele, Duffy y otras que llegar¨¢n el a?o que viene como Little Boots y La Roux.
Hemos estado viviendo en Lilylandia. Sabemos todo lo que ha hecho. Tocar en el escenario principal de Glastonbury, romper con uno de los Chemical Brothers, intercambiar insultos con Elton John en una entrega de premios, presentar un programa de entrevistas, tener crisis de confianza a trav¨¦s de Internet, sufrir un aborto: toda su vida parece haber sido aireada, discutida y analizada en p¨²blico. Debe de ser muy raro. "Me he convertido en un personaje de c¨®mic. As¨ª es como me siento. ?Y un personaje que siempre est¨¢ borracho! Me gustar¨ªa que mi imagen no fuese as¨ª, pero no puedo hacer nada".
Hoy est¨¢ sentada en la mesa de la cocina de su nuevo piso londinense. Lo compr¨® en 2007, pero ha tardado un a?o en decorarlo. "?Quieres que te lo ense?e?", pregunta, y all¨¢ va, diciendo "?hola!" por la enorme cocina/sala de estar, haciendo un gesto con la mano ante sus pinturas religiosas mexicanas y su perra Mabel. El dormitorio, azul oscuro, se completa con un cuarto de ba?o unido a ¨¦l y varias bragas esparcidas decorativamente por el suelo. En el cuarto de invitados est¨¢n sus platos de dj para vinilos y CD. En un ba?o, una foto suya tocando en su primer concierto importante, en Bush Hall, Londres, en julio de 2006. Y tiene un vestidor abarrotado hasta el techo de ropa multicolor y calzado absurdo, todo manga por hombro y accesible mediante una vieja escalera destartalada.
En realidad, hace unos meses que ha dejado la bebida. "Desde el 22 de septiembre", dice con orgullo. Ahora, cuando va a fiestas y le hacen una fotograf¨ªa se esfuerza por no parpadear, para que no puedan sacar una imagen suya con aspecto de estar colocada. "Parezco un conejo deslumbrado al que acaban de dar un susto".
Qu¨¦ ir¨®nico. Una de las primeras canciones que Lily escribi¨® para su nuevo disco se llama Everyone's at it [Todo el mundo le da]. Habla de tomar drogas, por diversi¨®n o prescripci¨®n: No pretendo decir que yo huela a rosas / pero ?cu¨¢ndo nos vamos a hartar de poner mierda bajo nuestras narices? "No intento cambiar nada con esa canci¨®n. Las drogas son ilegales, malas y arruinan la vida de la gente, pero son muy llamativas. No tengo intenci¨®n de volver a tomar drogas por el momento. Pero no puedo decir 'nunca m¨¢s', porque no s¨¦ dentro de 10 a?os. Y sin duda, volver¨¦ a beber en el futuro, aunque no por ahora". Con su actual abstinencia, Lily se queda en casa mucho m¨¢s los fines de semana. Salir ha perdido su encanto. "Muchas de las personas que conozco son drogadictas. As¨ª que no resulta muy divertido, porque no hacen m¨¢s que hablar muy alto sobre cosas que a ti no te emocionan tanto ni de lejos. Hace ya tiempo, estaba en los aseos con alguien que me dijo: 'Hace casi 10 a?os que estoy limpia". Y yo pens¨¦: '?Y qu¨¦ crees que estamos haciendo aqu¨ª?".
Con 23 a?os, Lily sigue pareciendo incapaz de censurarse, aunque insiste en que es m¨¢s cuidadosa que cuando empez¨®. Bromea diciendo que se va a hacer un tatuaje que diga "c¨¢llate". As¨ª, cuando empiece a beber de nuevo, al mover los brazos podr¨¢ verlo y espera seguir el consejo. "Me resulta dif¨ªcil medir estas cosas. Qu¨¦ decir, qu¨¦ guardarme". Durante alg¨²n tiempo, se desahog¨® en su (muy divertido) blog, pero ya lo hace menos. "Por muy trivial que sea cualquier cosa que escriba ah¨ª, se convierte en noticia. Es deprimente. Ojal¨¢ pudiera hablar sin parar como sol¨ªa hacer, sin que me hicieran parecer idiota".
Su mayor error del blog lo cometi¨® en mayo de 2007, cuando, sinti¨¦ndose sola mientras estaba en Estados Unidos, escribi¨® una triste y corta nota en la que se llamaba a s¨ª misma "gorda, fea y m¨¢s mierda que Winehouse". Recibi¨® miles de respuestas de apoyo, pero no volver¨¢ a hacerlo. "No hay mucho que decir, salvo que fue dif¨ªcil. Mi madre siempre me dec¨ªa: 'Eres preciosa, eres mi ni?ita bonita'. Y, de repente, no lo era. Le¨ª todo eso que la gente escrib¨ªa sobre m¨ª y empec¨¦ a verlo desde otra perspectiva. Quiero decir que nunca pens¨¦ que fuese una supermodelo, ?pero no pensaba que fuese tan poco atractiva como la gente dec¨ªa! Y hab¨ªa muchas personas que no eran especialmente atractivas, pero a ellas no las criticaban como a m¨ª; y lo que yo ve¨ªa era que eran delgadas. As¨ª que pens¨¦: 'Tal vez, si no fuese gorda, la gente no dir¨ªa que soy fea'. Ten¨ªa sentimientos encontrados respecto a ello. Sent¨ªa que no quer¨ªa cambiar para sentirme mejor, pero tambi¨¦n me dec¨ªan una y otra vez que era horrorosa. Hab¨ªa momentos en que estaba tan deprimida y triste que no pod¨ªa soportarlo m¨¢s y... Aun as¨ª, esa sensaci¨®n negativa s¨®lo dura un par de horas. Normalmente".
Puede verse en su nuevo disco It's not me, it's you [No soy yo, eres t¨²]. A diferencia de Alright, still, que ten¨ªa diversos productores, esta vez ha trabajado exclusivamente con Greg Kurstin, de Los ?ngeles, quien tambi¨¦n ha producido a Kylie y Peaches. Su primera sesi¨®n dio cinco nuevas canciones. El sello se entusiasm¨® y se fij¨® una fecha para la publicaci¨®n del disco. Pero entonces se encontr¨® con que no era capaz de seguir. Demasiada presi¨®n. Tard¨® semanas en recuperar la confianza.
Hoy est¨¢ entusiasmada con el disco y deseando tocarlo en directo. Pero tambi¨¦n asustada. Adem¨¢s, ahora que sabe lo que es estar bajo la mirada feroz de los medios de comunicaci¨®n, Lily se pregunta sinceramente si hacer m¨²sica compensa tantas molestias. "A veces, me siento como si ya hubiese tenido suficiente. Y no soy alguien que come, vive y respira m¨²sica; no la amo lo suficiente como para seguir aguantando todo esto".
Pero con todo sigue siendo una gran retratista. Es el caso del amante perezoso de Not fair: Estoy tumbada en la zona h¨²meda que hay en mitad de la cama / Me siento bastante harta de que me traten as¨ª, me he pasado siglos chup¨¢ndotela. "La persona en cuesti¨®n es demasiado arrogante como para siquiera pensar que podr¨ªa tratar sobre ¨¦l. No se le pasar¨ªa por la mente ni por un instante. La ha o¨ªdo, la ha tocado para ¨¦l. Y no tiene ni idea. Ni siquiera lo ha preguntado. Realmente no hay nadie que me guste. Me gustan los hombres mayores".
Uno de esos hombres mayores ha sido Ed Simons, una de las mitades de Chemical Brothers (tiene 38 a?os). Lily y ¨¦l mantuvieron una relaci¨®n seria aunque intermitente que finalmente se rompi¨® despu¨¦s de que ella perdiera al beb¨¦ que esperaban a comienzos de este a?o. Pero, al menos en este asunto, no suelta prenda. "No voy a hablar de eso", sentencia, "tengo un terapeuta estupendo al que veo una vez a la semana". Es todo lo que est¨¢ dispuesta a decir hoy al respecto.
Lily va cambiando. Sigue siendo la misma chica alegre (la mayor¨ªa de sus frases terminan con una carcajada), pero hay una cierta sensaci¨®n de soledad en ella. Puede que sea porque ya no vive con su madre y su hermano.
Habla de un paparazzo que casi la atropella, y que luego, cuando ella protest¨®, la llam¨® escoria y le dijo que se alejara de una maldita vez de su coche. Lo cual, como ella se?ala, es escandaloso, ya que era ¨¦l quien la segu¨ªa a todas partes. Dice que el paparazzo le dijo que convertir¨ªa su vida en "un verdadero infierno". Uno de sus camaradas estaba tomando fotograf¨ªas de la reacci¨®n de Lily. Al d¨ªa siguiente aparecieron en el peri¨®dico.
En otra ocasi¨®n, Lily asegura que ten¨ªa la ventana de su coche rota por culpa de otro fot¨®grafo, que hab¨ªa chocado contra ella al dar marcha atr¨¢s. Y que tambi¨¦n suele recibir insultos groseros. Pero no puede denunciarlos a todos porque es demasiado caro (alrededor de 27.500 euros cada vez) y no tiene sentido (si un paparazzo se va, la agencia manda otro y ya est¨¢). Y porque su sello discogr¨¢fico y su representante le han recomendado que no lo haga para evitar represalias que podr¨ªan afectar a otros artistas. "Si intentase denunciar a News of the world [un tabloide brit¨¢nico], mi representante tendr¨ªa que actuar como testigo. Pero resulta que ¨¦l tambi¨¦n representa a James Blunt; ?y qu¨¦ pasa si ¨¦l va a sacar un disco? ?O si el sello tiene que promocionar el disco de Kylie?".
No es una visi¨®n agradable: una mujer joven sola acechada por un grupo de hombres mayores, todos desesperados por comprometerla para as¨ª poder ganar m¨¢s dinero. Pero as¨ª es como funciona la fama hoy en d¨ªa. Y son las nuevas tecnolog¨ªas las que lanzaron a Lily; por eso ahora sabemos tanto de ella. Todos los perifollos de sus Facebook y MySpace originan un goteo continuo de datos triviales para la prensa, a los que luego se a?ade un flujo constante de im¨¢genes. Hay muchos m¨¢s paparazzi en Londres de los que sol¨ªa haber porque cualquiera puede usar una c¨¢mara digital y la mayor¨ªa de las publicaciones est¨¢n dispuestas a comprar las fotos. Y eso por no hablar de los v¨ªdeos grabados con tel¨¦fonos m¨®viles por aficionados. Ese zumbido constante sobre Lily (o Amy Winehouse, Kate Moss o la tambi¨¦n modelo Agyness Deyn) en nuestras cabezas lo han provocado casi enteramente los sistemas de comunicaci¨®n modernos.
Con todo, hay una parte de Lily a la que s¨ª le gusta que le presten atenci¨®n. Si ha tomado alguna copa, se divierte con los paparazzi ?hay un v¨ªdeo en YouTube en el que aparece charlando con ellos fuera de Groucho, un club de Londres, pidiendo fuego y declarando: "Me siento muy feliz en este momento"?. Y aunque al principio se metiera con la Spice pija por mirarse al espejo antes de ponerse delante de los fot¨®grafos al salir de un restaurante, ahora reconoce alegremente: "?Eso es lo que hago ahora! ?Por qu¨¦ no asegurarte de que est¨¢s bien antes de que te fotograf¨ªen?".
Por eso es rid¨ªculo escribir un ar?t¨ªculo haci¨¦ndola parecer desgraciada, cuando estamos sentadas en su precioso piso, hablando sobre su nuevo disco y su nueva vida.
Lily recuerda un d¨ªa desastroso en el que intentaba escribir m¨²sica con Damon Albarn, el l¨ªder de Blur. Le dijo que le gustaba trabajar con loops y samples, pero ¨¦l no hac¨ªa m¨¢s que aporrear el piano diciendo, una y otra vez, "?tienes algo ya?". Ella no lo ten¨ªa. Y entonces, cuando se puso de pie para irse, dos de los botones de su blusa se rompieron, dejando al descubierto su pecho sin sost¨¦n. "Soy taaaan guaaaay", recuerda riendo.
Es la misma, pero diferente. Le pregunto a Lily por el momento que m¨¢s destacar¨ªa de los dos ¨²ltimos a?os. "Glastonbury", responde, refiri¨¦ndose a su actuaci¨®n en el escenario principal del famoso festival brit¨¢nico en 2007. "Toda mi familia estaba all¨ª: mi madre, mi padre y el beb¨¦. Y he estado en ese mismo escenario principal desde que nac¨ª, viendo a New Order y a Joe [Strummer], y delante de ¨¦l viendo a Oasis, que era mi grupo preferido. As¨ª que tocar en ¨¦l fue una experiencia emocionante y fant¨¢stica".
Yo vi ese concierto. Estuvo estupenda, a la multitud le encant¨®. No hay motivo para preocuparse por Lily, creo yo. Hace lo que quiere y, al margen de c¨®mo reaccione la prensa, a much¨ªsima gente le gusta. Est¨¢ bien, todav¨ªa.
Entrevista originalmente publicada en 'The Guardian'. It's not me it's you se publica el martes en Emi.
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