Si hay cipreses, hoy comemos
?rboles con lenguaje propio de la ¨¦poca medieval. Si son tres, el pueblo depara agua, comida y cama. Escondidos en el Ampurd¨¢n, enclaves en perfecto estado de revista
En una primera visita al Alto Ampurd¨¢n (Girona) hay paradas obligatorias: el encanto bohemio de Cadaqu¨¦s, el surrealismo de Figueras, el rom¨¢nico impresionante de San Pere de Rodes, las espectaculares ruinas de Ampurias, e incluso el muy conocido castillo de Perelada. En una segunda vuelta quiz¨¢s optar¨ªamos por L'Escala, San Pere Pescador o Castell¨® de Empuries, con un divertido y animado mercadillo dominical de pulgas. Pero el Alto Ampurd¨¢n es mucho m¨¢s. Y ese mucho m¨¢s se encuentra adentr¨¢ndose en carreteras secundarias, descubriendo, investigando, dej¨¢ndose llevar, parando el coche y paseando por las calles de peque?os pueblos, admirando mas¨ªas perdidas dedicadas -a pesar de la presi¨®n de las segundas residencias- a la agricultura y ganader¨ªa; palacios y castillos medievales que hablan de lo importante que fue la sociedad feudal en esta zona; iglesias rom¨¢nicas, can¨®nicas y un paisaje humano peculiar que tan bien describe Pedro Zarraluki en su ¨²ltima novela, Eso que tanto nos gusta (Destino), donde los protagonistas encuentran su para¨ªso en uno de estos pueblos. Tal cual.
As¨ª que no tenga prisa, d¨¦ al intermitente y abandone la v¨ªa principal e intente disfrutar de las peque?as cosas. Sin duda, una de las carreteras secundarias con m¨¢s encanto es la GI-622, que atraviesa Vila¨¹r, Sant Mori y llega hasta Sant Miquel de Fluvi¨¤. Son pueblos medievales, en perfecto estado de revista, con la mayor¨ªa de sus casas en manos de los "de la ciudad". Podemos parar en cualquiera de ellos porque todos lo merecen, o seguir camino hac¨ªa Figueras por la N-II y desviarnos por un camino que termina en Vilajoan, una veintena de casas fant¨¢sticas, perfectamente conservadas y restauradas, entre la que destaca un castillo g¨®tico del siglo XV y una peque?a iglesia rom¨¢nica (de los siglos X al XII). El silencio reina entre semana. La tranquilidad es tal que da casi apuro pasear por las calles sin asfaltar de este coqueto pueblo.
As¨ª que con el silencio como acompa?ante continuamos ruta. Estamos muy cerca de Figueras, fuera de nuestros objetivos, as¨ª que mejor volver a la red secundaria en busca de otra ruta sin salida. Atravesamos Ordis, Navata, Cabanelles y la ¨²ltima parada: Llad¨®. Aqu¨ª hay vida, vecinos (581 habitantes), carnicer¨ªa, escuela, biblioteca y una hermosa plaza con dos restaurantes. En la plaza llama la atenci¨®n la portada de la iglesia de Santa Mar¨ªa, que pertenec¨ªa a la antigua can¨®nica de agustinos (que se distinguen de los monasterios porque viv¨ªan can¨®nicos regulares, es decir, que no eran frailes). Junto a la iglesia un arco medieval de grandes dimensiones da entrada a lo que eran antes las dependencias de los agustinos y que ahora alojan al Ayuntamiento y otro tipo de servicios. Si se quiere ver la iglesia del siglo XII, que merece la pena, pida por la hermana Mar¨ªa Fernanda, una carmelita de 82 a?os que vive con otras dos hermanas. No tenga prisa porque Mar¨ªa Fernanda es una gu¨ªa excelente que le contar¨¢, si usted quiere, desde la vida de San Roque, que pas¨® por Llad¨® en su peregrinaje buscando a Dios acompa?ado de su perro, hasta el lenguaje de los cipreses en ¨¦poca medieval -un cipr¨¦s a la entrada significaba agua potable; dos, agua y comida; tres, agua, comida y cama; y cuatro, agua, comida, cama y hospital-. Llad¨® contaba con cuatro cipreses. Desde luego hospitalarios son.
Una boda muy sonada
Si le han quedado ganas de seguir descubriendo arquitectura religiosa, dir¨ªjase a Vilabertran y no dude en entrar a la Can¨®nica de Santa Mar¨ªa habitada hasta la desamortizaci¨®n tambi¨¦n por los agustinos, y que ahora, despu¨¦s de muchos avatares -cuartel en la Guerra Civil, entre otros- depende de la Administraci¨®n. El conjunto est¨¢ considerado como uno de los "mejores ejemplos conservados en Catalu?a de la arquitectura de las can¨®nicas regulares medievales", y entre los hitos m¨¢s conocidos de su historia destaca la boda en 1295 de Jaume II y Blanca de Anjou, lo que da una idea de su importancia en el pasado.
Pero volvamos al camino. Esta ¨²ltima ruta les descubrir¨¢ otro Alto Ampurd¨¢n, m¨¢s monta?oso, m¨¢s boscoso. La ruta se adentra en el estrecho valle que forma el r¨ªo Muga. Hay que buscar la carretera que sale de Llers, que responde al nombre de GI-510 y tiene unas cuantas curvas. Atravesamos Terradas, un pueblo agr¨ªcola y ganadero con unas cerezas dignas de menci¨®n y casas de piedra de los siglos XVI y XVII, que permanecen impasibles al paso del tiempo. El r¨ªo nos acompa?a hasta Sant Lloren? de la Muga. Parada obligatoria en este delicioso pueblo medieval amurallado, caf¨¦ en el casino de la plaza y paseo por la orilla del r¨ªo. Una delicia. Y seguimos hasta el final del camino, hasta el ¨²ltimo enclave, a pocos kil¨®metros ya de la frontera con Francia. Estamos en Albany¨¤, un precioso y diminuto pueblo en el que est¨¢n construyendo unas inapropiadas casas de dos alturas. Los alrededores del pueblo cuentan con unas doce ermitas y dos monasterios, pero quiz¨¢s es mejor relajarse de tanta arquitectura religiosa contemplando las pozas que forma el r¨ªo. La vuelta tendr¨¢ que ser por la misma carretera secundaria. No hay salida.
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Gu¨ªa
Comer
? La Fornal dels Ferrers.
(972 56 90 95; www.lafornal.com). Calle Mayor, 31. Terradas. Comida tradicional del Ampurd¨¢n. Unos 25 euros.
? L'hostal del Aigua (972 56 92 25; www.hostaldelaigua.com). Alzines, 2. San Lloren? de la Muga. Hostal-restaurante con comida por unos 20 euros. Abre el 1 de marzo.
? Pera Batlla (972 79 32 55; www.perabatlla.com). Plaza Mayor, 2. Ventall¨®. Cocina casera con cuidados detalles y presentaci¨®n. Unos 35 euros. Abre el 5 de marzo.
? Can Kiku (972 56 51 04) Plaza Mayor, 1. Ll¨¢d¨®. Local dedicado a catalanes ilustres donde se pueden comer platos de temporada por unos 24 euros.
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