Alhaur¨ªn, un avispero tras las rejas
Los incidentes en la c¨¢rcel malague?a crecen por el hacinamiento y las mafias
"?De qui¨¦n es esto?", pregunt¨® el funcionario Juan a los dos reclusos. Los barrotes de la ventana estaban en su sitio, pero rotos, y en el suelo de la celda hab¨ªa unas s¨¢banas anudadas y con palos atravesados a modo de escala. "Es m¨ªo", reconoci¨® fr¨ªamente uno de ellos, un ucraniano compacto. Fueron las ¨²ltimas palabras que Juan (nombre ficticio) escuch¨® de su boca. El ucraniano, que adem¨¢s de fr¨ªo y compacto es aficionado al boxeo, le dej¨® inconsciente de un derechazo. Ahora Juan reposa en un hospital con la mand¨ªbula hecha trizas y problemas de visi¨®n.
La escena ocurri¨® el pasado martes, sobre las 20.45, en el m¨®dulo dos de la prisi¨®n de Alhaur¨ªn de la Torre, dise?ado para 70 presos, ocupado por 140, y vigilado por s¨®lo dos funcionarios. Esta es la ¨²ltima de una larga serie de incidentes y agresiones sufridas por los trabajadores de la c¨¢rcel malague?a, que en 2008 denunciaron un total de 16 ataques, seg¨²n los sindicatos. El pasado diciembre, pr¨¢cticamente todos los presos del m¨®dulo 9, ocupado por internos de origen ¨¢rabe y magreb¨ª, participaron en una pelea. En enero hubo otra refriega a la hora del almuerzo...
"Hoy por hoy, es la peor c¨¢rcel despu¨¦s de Picassent; es un aut¨¦ntico polvor¨ªn"
"Los presos del crimen organizado est¨¢n habituados a la violencia"
La c¨¢rcel de Alhaur¨ªn contaba el pasado viernes con 2.106 internos que ocupan las 837 individuales. "Hoy por hoy, esta es la peor c¨¢rcel despu¨¦s de Picassent (Valencia), es un aut¨¦ntico polvor¨ªn, no hay espacio y los presos se pelean incluso en las celdas", asegura Antonio Gonz¨¢lez, delegado sindical por UGT. "El hacinamiento impide que los funcionarios podamos atender necesidades tan b¨¢sicas de los presos como las comunicaciones, la lavander¨ªa o los vis-¨¤-vis", asegura.
Gonz¨¢lez a?ade otro factor de conflictividad: "en Alhaur¨ªn hay muchos presos de bandas de crimen organizado de la Costa del Sol. Son gente del este de Europa o de Latinoam¨¦rica muy acostumbrada a la violencia. Adem¨¢s se agrupan por nacionalidades. Si, por ejemplo, un d¨ªa un ruso pegara a un colombiano se podr¨ªa formar algo impresionante".
Francisco S¨¢nchez, del sindicato de funcionarios de prisiones Acaip, afirma que ahora hay "m¨¢s incidentes y m¨¢s graves". Su trabajo consiste, entre otras tareas en "observar y conocer a los presos para emitir informes de conducta". Sin embargo, como M¨¢laga es una de las provincias m¨¢s activas de Espa?a desde el punto policial y judicial "de un d¨ªa para otro cambian medio m¨®dulo y ya no se sabe cu¨¢les son las relaciones entre ellos o las posibles fuentes de conflicto".
Muchos de los problemas surgen, seg¨²n Gonz¨¢lez, cuando el preso se ve sorprendido en alg¨²n registro, en el que se incautan peque?as cantidades de droga o tel¨¦fonos m¨®viles -uno cada cinco d¨ªas entre marzo de 2007 y marzo de 2008, pese a que los inhibidores de frecuencia cortan toda la cobertura- "Cuando se sienten descubiertos se vuelven agresivos, adem¨¢s, hay muchas personas con enfermedad mental camufladas en los distintos m¨®dulos".
Adem¨¢s del hacinamiento, los sindicatos denuncian graves carencias materiales. "Cuando llueve se anegan los m¨®dulos y tenemos que tirar de presos de confianza para achicar agua", afirma Gonz¨¢lez. "El otro d¨ªa, los 168 internos del m¨®dulo 1 se ten¨ªan que cobijar de la lluvia bajo un tejado de 60 metros cuadrados. Muchos llegaron al m¨¦dico chorreando", recuerda S¨¢nchez.
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