Ese hospital que nadie usa

En la maternidad del hospital G¨®mez Ulla no se oyen llantos de beb¨¦. Tampoco se amontonan los pacientes en las urgencias, reci¨¦n renovadas. El quiosco cerr¨®. En el bar se puede escoger mesa. Cualquier mesa. La peluquera ojea con desgana una revista. La dependienta de la tienda bazar ni siquiera est¨¢ tras el mostrador. Es raro cruzarse con alguien en los pasillos. Hay al menos tres plantas enteras vac¨ªas, cerradas a cal y canto. El hospital, una mole de 22 pisos enclavada entre los dos distritos m¨¢s populosos de Madrid, Carabanchel y Latina, languidece. De las m¨¢s de 1.000 camas que podr¨ªa albergar, s¨®lo est¨¢n ocupadas algo m¨¢s de 300.

"La sensaci¨®n es como de liquidaci¨®n. Cada d¨ªa menos gente, menos pacientes, menos trabajo... Cada d¨ªa est¨¢ m¨¢s desangelado", se lamenta un m¨¦dico civil mientras mira por la ventana y se?ala otra mole, ¨¦sta m¨¢s modesta, cinco kil¨®metros al suroeste. "Y seguro que el 12 de Octubre tiene ahora mismo las urgencias llenas...". Precisamente all¨ª es adonde tienen que desplazarse los vecinos de Carabanchel. Recorren cinco kil¨®metros en coche -once paradas y un transbordo en metro- cuando necesitan acudir a un hospital. Peor lo tienen los de Aluche, cuyo centro de referencia es el Cl¨ªnico, a siete kil¨®metros. Tienen un hospital al lado de casa, pero no pueden utilizarlo.

Los vecinos m¨¢s cercanos s¨®lo pueden ir para casos de urgencia

"Es triste verlo as¨ª", confiesa un m¨¦dico militar que lleva toda la vida en el G¨®mez Ulla, el hospital general de la Defensa, ¨²nico superviviente del cierre de centros militares que emprendi¨® el entonces ministro Federico Trillo entre 2000 y 2004. "Antes ten¨ªa una influencia de 300.000 personas, pero desde que desaparecieron los soldados de reemplazo ha ido hacia abajo". Sin apenas poblaci¨®n militar a la que atender, el G¨®mez Ulla s¨®lo tiene una esperanza de futuro: tratar a civiles. Es lo que llevan dos d¨¦cadas reclamando los vecinos de Carabanchel. Sin ¨¦xito. El ¨²ltimo convenio que firm¨® Defensa con el Servicio Madrile?o de Salud (Sermas), el 13 de abril de 2007, no se ha cumplido.

Lo denunci¨® el gerente del hospital, ?ngel Fern¨¢ndez, en su comparecencia del 21 de enero en la comisi¨®n de sanidad de la Asamblea. "La cl¨¢usula segunda ha sido incumplida a d¨ªa de hoy". Seg¨²n esa cl¨¢usula, el Sermas se compromet¨ªa a ofertar la "adscripci¨®n voluntaria" al hospital "aplicando criterios de proximidad" a una poblaci¨®n de 110.000 habitantes a partir del 1 de enero de 2008. Es decir, que los vecinos de los barrios m¨¢s cercanos iban a tener al G¨®mez Ulla como su hospital de referencia.

Nunca se desarroll¨® esa disposici¨®n. Ni siquiera se cre¨® la comisi¨®n que ten¨ªa que estudiarla, y eso que el entonces consejero de Sanidad, Manuel Lamela, incluso envi¨® cartas a los vecinos para darles la buena noticia de que iban a poder utilizar el hospital del barrio. Hoy el G¨®mez Ulla atiende las urgencias de una poblaci¨®n de 95.000 habitantes y recibe derivaciones de los hospitales 12 de Octubre y Cl¨ªnico.

De las aproximadamente 500 camas que tiene operativas hoy d¨ªa el hospital, s¨®lo unas 100 est¨¢n ocupadas por pacientes del Sermas. "Nos mandan mucho abuelito que no quieren en otros sitios. Los derivan cuando prev¨¦n que van a estar un tiempo ingresados", explica un facultativo. Gracias a eso, las especialidades m¨¦dicas siguen teniendo actividad. El problema es para las quir¨²rgicas. "Pr¨¢cticamente no operamos. Hacemos algo de la lista de espera que ofrece la comunidad, pero suelen ser intervenciones sencillas, rutinarias, y un cirujano necesita pr¨¢ctica", se queja el m¨¦dico civil.

Con los pacientes, tambi¨¦n se han ido marchando los profesionales. "En 1981, cuando entr¨¦, ¨¦ramos 3.500 de plantilla; ahora somos 2.200", se?ala Saturnino L¨®pez, representante de CC OO en el hospital.Los facultativos militares se van. "El futuro aqu¨ª es muy incierto", asegura el m¨¦dico castrense. "As¨ª que intentan sacar plaza en la seguridad social, sobre todo en los nuevos hospitales". No s¨®lo ganan m¨¢s; tambi¨¦n se aseguran de que no les mandar¨¢n a misiones en el extranjero.

"Es lamentable que se gaste tanto dinero para mantener un hospital que da tan poco servicio", critica L¨®pez. El G¨®mez Ulla atiende, de media, entre 100 y 115 urgencias al d¨ªa, seg¨²n datos de CC OO. Este peri¨®dico no obtuvo, pese a solicitarlos durante dos d¨ªas, los datos oficiales del Ministerio de Defensa. Una decena de personas aguardaba el mi¨¦rcoles en la sala de espera llena de sillas vac¨ªas. Dentro, el panorama en los boxes era similar. Nada que ver con sus hospitales vecinos: el Gregorio Mara?¨®n recibi¨® a 670 pacientes diarios de media en sus urgencias en los 33 primeros d¨ªas de este a?o.

Todo el mundo coincide: el G¨®mez Ulla est¨¢ infrautilizado. Los vecinos no entienden por qu¨¦, con la saturaci¨®n que padecen los hospitales, no se aprovecha un centro ya construido y que, a decir de varios de sus 2.200 trabajadores, sigue siendo "magn¨ªfico". S¨®lo hay que echar un vistazo a las instalaciones de rehabilitaci¨®n: amplias, bien dotadas, con dos piscinas enormes. El hospital general de la Defensa es una peque?a ciudad de 20 hect¨¢reas, 20 campos de f¨²tbol. Tiene helipuerto, tanatorio, edificio de maternidad, de consultas, una unidad puntera de telemedicina, central t¨¦rmica... Y todo medio vac¨ªo. Hasta tiene un pinar en la parte trasera, desde donde se divisa media ciudad.

"Reivindicamos que pase a la red de hospitales p¨²blicos", pide el secretario de Administraci¨®n del Estado de UGT, Ferm¨ªn Arias. Lo mismo quiere la Coordinadora de Asociaciones de Carabanchel, la m¨¢s beligerante y m¨¢s tenaz para exigir que el centro sea hospital de referencia para sus vecinos. Esa petici¨®n podr¨ªa verse satisfecha pronto. Al menos eso cree el gerente del G¨®mez Ulla, que en su comparecencia anunci¨® que tiene el "compromiso personal" del director de Hospitales, Antonio Burgue?o, de unir el hospital a la red p¨²blica dentro del decreto de libre elecci¨®n que est¨¢ elaborando Sanidad.

La consejer¨ªa ni confirma ni desmiente. "El acuerdo no est¨¢ cerrado", aseguran fuentes del departamento, que reconocen que el G¨®mez Ulla les es muy ¨²til para derivar pacientes de otros centros, como hospital de apoyo. "Nuestra necesidad fundamental es la hospitalizaci¨®n derivada de urgencias". Sanidad tambi¨¦n se lamenta de que el centro militar no acepte a todos los enfermos: "Casi todos los d¨ªas solicitamos hospitalizaciones y no las tenemos. Podr¨ªamos ingresar a m¨¢s pacientes".

Los trabajadores no saben a qu¨¦ atenerse. Creen que la construcci¨®n de un hospital en los terrenos de la antigua c¨¢rcel de Carabanchel, que Esperanza Aguirre prometi¨® para esta legislatura, es una amenaza para el futuro del G¨®mez Ulla. Tambi¨¦n sospechan que Defensa no quiere conservar el hospital, pese a que sigue invirtiendo dinero en ¨¦l, como en la renovaci¨®n de las urgencias. "Es absurdo hacer otro tan cerca", coinciden el m¨¦dico civil y el militar. Sanidad responde que "s¨ª tiene sentido, porque es una zona muy congestionada". Y mientras, los vecinos de Aluche y Carabanchel siguen sin poder usar el hospital del barrio.