Acampados, con deudas y sin pisos
500 propietarios de Arroyomolinos llevan dos a?os esperando recibir sus casas
Dos euros y medio por cabeza. Susana se encarga de recoger el dinero y comprar la comida. Algo de embutido, pan... "?y chuches!", le recuerda Noem¨ª. Es mediod¨ªa de s¨¢bado y, como el fin de semana pasado, algunos propietarios de las promociones Zarzalejo I, II y III, en Arroyomolinos (11.800 habitantes), se disponen a comer enfrente de sus casas. A la intemperie, porque no pueden entrar en ellas todav¨ªa, aunque est¨¢n acabadas.
Los pisos, de protecci¨®n p¨²blica, no se entregan porque a la constructora, Edisan, las tres promociones (513 viviendas) le deben 7,5 millones de euros. Los afectados compraron sus casas, sin saberlo, bajo la f¨®rmula de comunidad de propietarios, algo parecido a una cooperativa pero sin personalidad jur¨ªdica y que, en la pr¨¢ctica, encarga a otra empresa todas las gestiones relacionadas con la construcci¨®n. Esa gestora es Bitango, que tambi¨¦n dice que no tiene dinero.
La constructora no entrega las viviendas porque reclama 7,5 millones de euros
?scar y Virginia, que est¨¢ embarazada, se han ido a vivir con sus padres
Los propietarios ahora son, por tanto, tambi¨¦n acreedores, y acusan a Bitango de que no act¨²a como gestora, sino como promotora encubierta. La empresa acumula 225 expedientes sancionadores por fraude y sobreprecio.
"Nadie nos dijo que esto era una comunidad de propietarios", explica Jes¨²s Blazquez indignado. Como ¨¦l, la mayor¨ªa de los afectados compraron sus casas en 2003. Dos a?os despu¨¦s de la fecha prevista, y a punto de casarse, Jes¨²s todav¨ªa no sabe cu¨¢ndo le dar¨¢n su piso.
Los ni?os juegan mientras los mayores esperan la comida y comentan c¨®mo han pasado la noche en las tiendas. El paisaje alrededor es mon¨®tono. Gr¨²as, carreteras y calles vac¨ªas; rotondas por aqu¨ª y por all¨¢. Carteles de pr¨®xima apertura de negocios. Chalets, edificios de tres plantas, unifamiliares... Barrios y barrios de apariencia id¨¦ntica. Y, en medio, cinco tiendas de campa?a desafiando al viento. Los propietarios, hartos de esperar una soluci¨®n, decidieron acampar all¨ª los fines de semana para protestar.
Durante el d¨ªa se juntan unas 50 personas, pero por la noche s¨®lo se quedan unas 10. "Yo vengo un rato para apoyar, pero en mi estado...". Virginia Mar¨ªn se acaricia la barriga mientras explica su situaci¨®n: "Yo vivo en Madrid con mis padres y ?scar [su pareja] en M¨®stoles con los suyos. En abril nacer¨¢ Sara y me veo cri¨¢ndola en casa de mi madre". Ten¨ªan un piso en Oca?a, pero tuvieron que venderlo al firmar con Bitingo, ya que su nueva vivienda es de protecci¨®n p¨²blica, otra sorpresa que se llevaron la mayor¨ªa de propietarios afectados. "Yo me enter¨¦ cuando est¨¢bamos en el notario y lo ley¨® en la escritura", se lamenta Julio Mart¨ªnez. Tambi¨¦n tuvo que vender su piso y lleva tres a?os viviendo con sus dos hijos en un estudio de 40 metros cuadrados de su madre.
"?Hay platos y cubiertos para 50!". Susana L¨®pez lleva la voz cantante en el grupo. Es la que ha asistido a las reuniones de las ¨²ltimas semanas para encontrar una soluci¨®n. La que les han dado a los afectados de Zarzalejo II pasa por poner cerca de 7.000 euros m¨¢s por cabeza y hacerse cargo de unas plazas de garaje vac¨ªas para intentar venderlas y conseguir dinero para Edisan. Pero est¨¢n cansados de dar dinero. Adem¨¢s de la hipoteca individual, al ser una comunidad de propietarios cada uno debe aportar su parte de los intereses de pr¨¦stamos bancarios.
"Al principio pusimos 10 millones de pesetas, de los que Bitango se quedaba cuatro, y ahora no tienen dinero. Y eso que firmamos un contrato con precio cerrado...". Habla Jes¨²s Bl¨¢zquez y asienten a su alrededor. Ariadna corretea entre los mayores. Vive con sus padres, Noem¨ª y Eduardo, en casa de sus abuelos en Madrid. "Pero viene aqu¨ª al cole", dice su madre, "la matriculamos este curso pensando que ya vivir¨ªamos aqu¨ª". Elo¨ªsa Fern¨¢ndez tambi¨¦n est¨¢ preocupada por sus peque?as: "Llevamos dos a?os de alquiler porque vendimos nuestro piso para pagar la hipoteca, ya no s¨¦ ni d¨®nde matricular a las ni?as".
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