Sin bancos no hay para¨ªso
Con su autorizaci¨®n no me resisto a tomar prestado este titular de una excelente presentaci¨®n del economista espa?ol Jos¨¦ Juan Ruiz, que en breve presentar¨¢ sus propias reflexiones sobre los cr¨¦ditos en tiempos de crisis en estas mismas p¨¢ginas. La percepci¨®n muy mayoritaria que existe hoy sobre el angostamiento del mercado de pr¨¦stamos bancarios a peque?as y medianas empresas (pymes) y a ciudadanos en general ha adquirido carta de naturaleza con dos recientes encuestas.
La primera, de las c¨¢maras de comercio, indica que cuatro de cada cinco pymes que en los ¨²ltimos tres meses han pedido financiaci¨®n al sector (bancos, cajas de ahorros y cooperativas de cr¨¦dito) han tenido problemas para obtenerla; que el 17% de las peticiones han sido rechazadas (apenas unas semanas antes ese porcentaje era s¨®lo del 12%); que para el 76% de las empresas los gastos y comisiones se encarecieron; que la mitad tuvo problemas con su entidad habitual; y que en el 59% de los casos el volumen de financiaci¨®n se redujo, al igual que el plazo de devoluci¨®n. La segunda encuesta, del Banco Central Europeo (BCE), se hizo al otro lado de la barrera, entre 112 entidades prestamistas: dos de cada tres bancos endurecieron las condiciones de los cr¨¦ditos a las empresas, y casi la mitad fue m¨¢s r¨ªgida con los particulares. Y ello a pesar de la bajada de los tipos de inter¨¦s.
El ciudadano s¨®lo apoyar¨¢ las muletas p¨²blicas si la banca le presta dinero cuando tiene dificultades Dos de cada tres hipotecas de los bancos espa?oles estaban financiadas en los mercados internacionales
Al tiempo que se concretaba ese malestar nada difuso, al menos dos representantes de la banca espa?ola daban sus argumentos. En la presentaci¨®n de los resultados del banco (m¨¢s de 8.400 millones de euros), Emilio Bot¨ªn, presidente del Santander, se explicaba: no se ha cerrado el grifo del cr¨¦dito, sino que se ha reducido el ritmo conforme la recesi¨®n reduce la demanda y se incrementa la morosidad; flaco favor har¨ªamos las entidades financieras a la econom¨ªa espa?ola si aument¨¢ramos el cr¨¦dito de forma irresponsable, poniendo en peligro la solvencia del sistema, como ha ocurrido en otros pa¨ªses. Y Miguel Mart¨ªn, presidente de la patronal bancaria (AEB), en una controvertida intervenci¨®n ante el Grupo Parlamentario Socialista, reiter¨® que el sector bancario sigue siendo el principal activo con que cuenta la econom¨ªa real, y que es ¨¦sta la que ha perjudicado al sector bancario y no al rev¨¦s.
El tercer actor de la tragedia, en una econom¨ªa que necesita de guardias de circulaci¨®n para agilizar el tr¨¢fico, es el Gobierno. M¨¢s all¨¢ de las diferencias ret¨®ricas entre algunos de sus miembros, la misi¨®n del Ejecutivo es doble y dial¨¦ctica: convencer al contribuyente de que las ayudas a la banca (a trav¨¦s de la compra de activos, de los avales e incluso de su recapitalizaci¨®n p¨²blica) no son sino el medio de evitar males mayores, pero al tiempo recordar a las entidades del sector que su obligaci¨®n es prestar. Los ciudadanos s¨®lo apoyar¨¢n las muletas p¨²blicas si la banca privada les presta dinero cuando tienen dificultades y no s¨®lo en tiempos de bonanza.
El origen de la sequ¨ªa de cr¨¦ditos est¨¢ en el mercado al por mayor. Las entidades financieras espa?olas acudieron al mercado internacional para complementar la insuficiencia de ahorro nacional. El resultado es que el 40% de su balance depende de la financiaci¨®n en los mercados mayoristas. Casi dos de cada tres hipotecas concedidas se financiaban en estos mercados, que han estado pr¨¢cticamente cerrados desde el inicio de la crisis de las hipotecas subprime en agosto de 2007. Los bancos deben hacer frente a las obligaciones adquiridas (emisiones de t¨ªtulos de renta fija de distinto tipo) en estos mercados, que se cuantifican en 100.000 millones de euros en el a?o en curso y casi en 500.000 millones m¨¢s hasta el a?o 2015.
Un catedr¨¢tico de Historia e Instituciones Econ¨®micas escribe a EL PA?S para explicar lo que sucede: en el capitalismo, las empresas son maximizadoras y reaccionan a los incentivos y desincentivos; la raz¨®n por la cual la ayuda p¨²blica a los bancos no ha aumentado la inversi¨®n crediticia es porque los Gobiernos no han puesto como condici¨®n que tengan que hacerlo para ser beneficiarios de estos apoyos. Los bancos han hecho lo esperable: utilizar las ayudas para sanear su balance y/o realizar inversiones de bajo riesgo, no para aumentar el cr¨¦dito a empresas y familias de comprometida solvencia.
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