La mejor raqueta de Galicia
?scar Burrieza enfila el adi¨®s tras una carrera lastrada por las lesiones
Cada lunes, la Asociaci¨®n de Tenistas Profesionales actualiza su clasificaci¨®n, la misma que lidera Rafa Nadal y en el que Fernando Verdasco ha conseguido situarse en el top ten. M¨¢s abajo est¨¢ ?scar Burrieza, el tenista 822 del orbe. Es una an¨¦cdota, porque este lucense liviano y tenaz ya hace mucho que no mira esa clasificaci¨®n.
Hubo un tiempo en el que entrenaba, como poco, seis horas al d¨ªa para escalar en ella. Se qued¨® en el 126, tope que alcanz¨® en noviembre de 1997. Aquel a?o gan¨® el torneo de Manchester sobre hierba. Desde Santana y Gimeno ning¨²n espa?ol hab¨ªa sometido a sus rivales sobre pasto. Hasta que lleg¨® ¨¦l, r¨¢pido de desplazamientos y especialmente h¨¢bil al resto. Hubo que esperar al verano pasado para ver c¨®mo ganaba un espa?ol en hierba: Nadal venci¨® en Queen's, la v¨ªspera de su epopeya en Wimbledon.. Casi nadie se acord¨® entonces de Burrieza, ni siquiera los servicios de documentaci¨®n de las agencias de prensa, que glosaron que un espa?ol no ganaba un torneo en hierba desde que en 1972 Andr¨¦s Gimeno venciera en Eastbourne.
Siete operaciones de rodilla le retiraron, pero regres¨® tras tres a?os sin jugar
Burrieza lleg¨® a ser el 126 del mundo. "Pude estar entre los 50 primeros"
El mejor tenista gallego de la historia es un enamorado de Lugo que quiso demostrar que se pod¨ªa llegar a la elite sin necesidad de emigrar. "Y lo consegu¨ª", remarca, "porque aunque me qued¨¦ en el 126 ten¨ªa nivel para llegar a estar entre los cincuenta primeros". No le dejaron las lesiones. Dos a?os antes de su mejor temporada hab¨ªa pasado tres veces por el quir¨®fano. Luego lo hizo en cuatro ocasiones m¨¢s. Siete operaciones en la rodilla izquierda han hecho que ¨¦sta no se flexione. Dej¨® de jugar en 2001, cuando se someti¨® a un trasplante de menisco y en 2003 anunci¨® su retirada. Comenz¨® a entrenar promesas de la raqueta hasta que un d¨ªa, enfadado con ellos, jug¨® un set. "Me encontr¨¦ bien y segu¨ª", recuerda. Para entonces ya no hab¨ªa ni rastro del menisco trasplantado.
Han pasado cuatro a?os, el cart¨ªlago de su da?ada rodilla tambi¨¦n ha desaparecido, ha aprendido a gestionar el dolor y los antiinflamatorios, pero Burrieza desliza un mensaje apasionado en el que el tenis est¨¢ por encima de todo. "Estos ¨²ltimos a?os han sido un regalo. Lo que m¨¢s me gusta es competir y jugar y por eso me compensa estar en activo", explica.
No es s¨®lo cuesti¨®n de afici¨®n. Burrieza es un profesional que vive de la raqueta, de su trabajo como preparador de j¨®venes y de su participaci¨®n en torneos alejados de la ATP. "Jugu¨¦ en Primera Divisi¨®n, pero no pude hacerlo en el Madrid o el Bar?a, luego tuve que dejar de jugar y a los tres a?os volv¨ª para jugar en Segunda B", resume. El verano pasado se lo pas¨® en la carretera jugando torneos del circuito nacional en Soto del Real, Ponferrada, B¨¦jar y Villanueva de la Serena. O en Lugo. Competiciones que le pueden reportar entre 1.000 y 6.000 euros si sale vencedor o suponerle apenas 125 euros si queda apeado en primera ronda. Este a?o anuncia que bajar¨¢ el pist¨®n. Burrieza enfoca la retirada. Sobre la mesa del sal¨®n de su piso en Lugo reposan los apuntes de la diplomatura de Ciencias Empresariales, uno de sus ¨²ltimos objetivos. Tambi¨¦n ah¨ª regres¨® del pasado para buscarse el futuro y retom¨® los libros ocho a?os despu¨¦s de dejarlos de lado.
Porque Burrieza ya mira adelante. Tiene alguna oferta para trabajar cerca de otro tipo de raquetas y siempre ser¨¢ una referencia si alg¨²n d¨ªa empiezan a cuestionarse ciertos funcionamientos que propician que, ni antes ni despu¨¦s de ¨¦l, ning¨²n gallego haya llegado a la elite. "Es esencial el trabajo que se hace con los chicos de entre 14 y 18 a?os, pero hace falta una buena estructura, un staff t¨¦cnico en condiciones, rivales de nivel que garanticen entrenamientos de calidad, buenas instalaciones cubiertas", denuncia el tenista lucense, "en Lugo s¨®lo tenemos una y est¨¢ en Outeiro de Rei. En A Coru?a no hay".
La apuesta es fuerte y no todos los aspirantes a h¨¦roes del tenis, llegan. Hay algo de cainita e injusto en el individualizado mundo del tenis. El pa¨ªs se paraliza con los partidos de Rafa Nadal, pero Albert Monta?¨¦s, un catal¨¢n que es el n¨²mero 40 del mundo, puede pasearse por cualquier calle sin que nadie se gire a su paso. "Y el futbolista n¨²mero 40 del mundo es una estrella", lamenta Burrieza. Por seguir con el s¨ªmil, ?estar¨ªan Verd¨², Riki o Borja Oubi?a entre los mil mejores jugadores del mundo?
A Burrieza le quedan recuerdos. Los malos los lleva en la rodilla, los buenos en la cabeza y el coraz¨®n: la victoria en Manchester, verse en la lista de la ATP por delante de Agassi o, incluso las dos bolas de partido que se le escaparon ante Kafelnikov, entonces n¨²mero tres del mundo, o la derrota en Ourense nada m¨¢s volver en 2004 ante un escoc¨¦s llamado Andy Murray.
![?scar Burrieza posa en su casa de Lugo.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/3ODAYGSVRMEEPGKFPYYZGEXUHE.jpg?auth=d062ddd8fc406eb99f0b0d051a6604b86177f0481f8adc36f8d811ae6faf8f7f&width=414)
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