Terrina de jabal¨ª y Riesling en la sala

"Esta noche vamos a ver una pel¨ªcula, luego a comer y, finalmente, a debatir acerca de lo que hemos visto. Es importante no mezclar las tres cosas. ?Buen filme y buen apetito!". Con estas palabras, Thomas Struck, exc¨¦ntrico director de la secci¨®n Cine Culinario de la Berlinale, present¨® el martes por la noche la pel¨ªcula Dieta mediterr¨¢nea, de Joaqu¨ªn Oristrell, con Olivia Molina y Paco Le¨®n. Otras cuatro pel¨ªculas y cinco documentales se han proyectado en este apartado del festival berlin¨¦s dedicado a la gastronom¨ªa.

Esta secci¨®n, cuyas entradas se agotaron a principios de la semana, combina la proyecci¨®n de una pel¨ªcula (protagonizada por la comida) con una cena tem¨¢tica y, como postre, debate con los directores. En el caso de Dieta mediterr¨¢nea, la historia de un atormentado tri¨¢ngulo amoroso que se teje alrededor de una cocinera de talento, el banquete consisti¨® en un homenaje a la cocina catalana realizado por el chef berlin¨¦s Kolja Beerberg, que bautiz¨® Desayuno catal¨¢n para tres. Arranc¨® con una terrina de jabal¨ª y membrillo de entrada, seguida por un arroz con mejillones y bratw¨¹rst, todo acompa?ado por abundante vino Riesling.

La gente comi¨® y bebi¨® tan a gusto que, a la hora del debate, pas¨® por encima de la pel¨ªcula para terminar hablando de Ferran Adri¨¤, de la l¨ªnea que separa (o no) arte y cocina y de los tr¨ªos amorosos, un tema que se le ocurri¨® a Oristrell tras vivir una temporada en una comuna hippie. "Hay que darse uno permiso, pues en otras facetas de la vida nos pasa lo mismo que en la comida: nos gusta probar de todo", dijo el director.

Lo cierto es que la Berlinale ha apostado por el cine culinario como g¨¦nero noble del s¨¦ptimo arte. La idea de promover un concurso cinematogr¨¢fico cuyo tema fuera la comida naci¨® hace algunos a?os en el pueblo italiano de Bra, en Piamonte, por iniciativa de Slow Food, asociaci¨®n internacional que defiende la ecogastronom¨ªa. De all¨ª a Berl¨ªn el paso fue r¨¢pido. "?bamos buscando ese sabor", dice Thomas Struck director de la iniciativa, "pues cine y cocina son dos caras de la misma moneda: la Berlinale apunta a la diversidad cultural, nosotros a la biodiversidad", y Slow Food era un socio imprescindible.

El ciclo del cine culinario se abri¨® el domingo con Food Inc., de Robert Kenner, y se cierra esta noche con el documental Terra Madre, de Ermanno Olmi, que ir¨¢ acompa?ado de una selecci¨®n de pasta italiana que ser¨¢ realizada por la cocinera Cornelia Poletto.