Azpeitia cambia sin Inaxio

Azpeitia es muy distinta desde el asesinato del empresario Ignacio Uria, de 71 a?os, vecino de la localidad y muy querido en su entorno. ETA le mat¨® el pasado 3 de diciembre porque su empresa, la constructora Altuna y Uria, est¨¢ trabajando en las obras de AVE vasco. Aquella muerte tan brutal alter¨® por completo la vida del pueblo, as¨ª en la calle como en el Ayuntamiento. Azpeitia es el primer municipio donde los dem¨®cratas han logrado arrebatar una alcald¨ªa a los radicales.

No se ha cumplido un mes a¨²n desde el d¨ªa en que ANV fue despose¨ªdo de la alcald¨ªa. Aquel 17 de enero, fecha en la que prosper¨® la moci¨®n de censura contra el alcalde I?aki Errazkin, se vivi¨® un pleno municipal de una tremenda tensi¨®n, como jam¨¢s hab¨ªa ocurrido. Los insultos y los gritos cargados de odio que se cruzaron los simpatizantes de la izquierda abertzale y del PNV fueron constantes. Todo hac¨ªa presagiar que, a partir de ese momento, el municipio iba camino de un enfrentamiento civil. Sin embargo, ha ocurrido lo contrario. "La tensi¨®n en el pueblo ha bajado de cien a cero", asegura un militante nacionalista que presenci¨® la trifulca vecinal en el sal¨®n de plenos.

Juli¨¢n Eizmendi, el nuevo alcalde del PNV: "Las cosas van por el buen camino"

"Algo se nos escapa de la calma de los radicales", afirma un votante nacionalista

El nuevo regidor, el peneuvista Juli¨¢n Eizmendi, tambi¨¦n opina que el ambiente se ha apaciguado, aunque prefiere ser prudente: "Todav¨ªa es temprano, pero las cosas van por el buen camino". No quiere hacer m¨¢s declaraciones para "no prender la chispa" de la crispaci¨®n.

Azpeitia se hab¨ªa resignado en los ¨²ltimos a?os a convivir con un "choque permanente entre nacionalistas", apunta este militante. El asesinato de Uria puso el altavoz a esas rencillas. Destap¨® la traici¨®n de EA al PNV en 2007, cuando impidi¨® que Eizmendi repitiera como alcalde y puso el cargo en manos de ANV. EA se rompi¨® en dos, el PNV pas¨® a la oposici¨®n por primera vez y los radicales tomaron las riendas p¨²blicas.

Todo salt¨® por los aires cuando Errazkin no se atrevi¨® a condenar el atentado de ETA. Comenz¨® a fraguarse entonces el desalojo de ANV, que EA acept¨® a rega?adientes y termin¨® apoyando, seg¨²n el edil Manuel Unanue, "por imperativo" de sus superiores.

A Errazkin le quitaron el bast¨®n de mando a menos de 48 horas de las fiestas patronales. La tumultuosa sesi¨®n hac¨ªa presumir una jornada conflictiva. Pero la tamborrada fue "la m¨¢s tranquila de los ¨²ltimos a?os", se sorprende un vecino: "Hay algo que se nos escapa de la reacci¨®n de la izquierda abertzale. A lo mejor es porque quieren estar en las elecciones".

Antes de sonar la Marcha de San Sebasti¨¢n a medianoche, el momento cumbre de la fiesta, se guard¨® un minuto de silencio por "todos los sufrimientos del conflicto vasco". Fue un acuerdo adoptado por todos los partidos cuando el regidor era Errazkin. En esta ocasi¨®n, rompiendo una costumbre muy consolidada, no subi¨® ning¨²n tamborrero al balc¨®n consistorial para echar en falta a los presos de ETA. "No se registr¨® ning¨²n incidente en todo el d¨ªa y hubo menos pancartas y carteles que nunca", asegura el mismo vecino. El alcalde, I?aki Eizmendi, decidi¨® no salir como tamborrero, despu¨¦s de 30 a?os seguidos haci¨¦ndolo, para "poner algo de mi parte y contribuir a rebajar la tensi¨®n", explica.

En el consistorio tambi¨¦n se nota la calma. De las 30 localidades guipuzcoanas con m¨¢s de 5.000 habitantes, Azpeitia es la ¨²nica donde PSE y PP no est¨¢n representados. Los 17 concejales son nacionalistas. Eizmendi est¨¢ empe?ado en "recuperar la convivencia" y anunciar¨¢ la pr¨®xima semana cu¨¢les ser¨¢n sus l¨ªneas de actuaci¨®n.