Paisajes en el tiempo

La pel¨ªcula se inicia con un encuadre grabado desde detr¨¢s de una ventana. La exuberante naturaleza, las humildes arquitecturas y los rostros curtidos, que hablan de un lugar ex¨®tico y lejano, discurren en la pantalla pr¨¢cticamente en tiempo real. Desplazarse a un pa¨ªs extranjero, conocido s¨®lo por referencias medi¨¢ticas o literarias, grabarlo sin mediaciones, con largos planos fijos, que se proyectan concadenados, sin casi editarlos, es la forma elegida por la barcelonesa Patricia Dauder para plasmar su obsesi¨®n: la idea de que estamos rodeados de realidades desconocidas, completamente diferentes de la nuestra. La obra, Les maliens, forma parte de Los tiempos de un lugar, una exposici¨®n concebida por Neus Mir¨®, para el Centro de Arte y Naturaleza de Huesca. Por lo que se refiere a las obras de arte, a menudo la denominaci¨®n site specific responde m¨¢s a cierto oportunismo medi¨¢tico, que a las cualidades de una pieza creada para y por un sitio determinado. Sin embargo, la exposici¨®n de Mir¨® es realmente una exposici¨®n site specific, pensada para un centro situado entre la ciudad y el campo, que estudia la relaci¨®n entre arte y naturaleza, empezando por el propio edificio, construido por Rafael Moneo pensando en los cercanos Mallos de Riglos, unas formaciones rocosas milenarias.

La muestra trata de c¨®mo transcurre el tiempo en un paisaje, de c¨®mo lo perciben los seres humanos y c¨®mo se puede trasmitir a trav¨¦s de t¨¦cnicas audiovisuales. El recorrido, extremadamente medido en sus propios tiempos, permite que el espectador finalmente disfrute del v¨ªdeo, un formato dif¨ªcil, a pesar de su gran difusi¨®n, que no se puede mirar con el recogimiento y la atenci¨®n que se dedica al cine y al que a menudo se lanza una ojeada como si fuera un cuadro en movimiento. Las ocho obras elegidas no responden a una voluntad cronol¨®gica ni exclusivamente tem¨¢tica, "son como muebles que se han ido ubicando en el espacio, dialogando entre ellos", afirma Mir¨®. Todas ellas parten del paisaje para hablar del lugar, entendido como espacio que incorpora el tiempo y un conjunto de vivencias y memorias, que unas veces le otorgan originalidad y unicidad y otras le convierten en un s¨ªmbolo universal.

Las piezas de los a?os sesenta y setenta (Robert Smithson, Stan Brakhage y Chris Welsby) recuperan las premisas de la primera ¨¦poca del cine: dinamizar la representaci¨®n est¨¢tica del paisaje, registr¨¢ndolo para que transcurra paralelamente al tiempo del espectador. Las de las d¨¦cadas de 1990 y 2000 (Tacita Dean, Darren Almond, Beryl Korot y Dauder), fruto de la sociedad de la imagen, rechazan la tendencia dominante del ritmo videoclip, desacelerando la imagen para recuperar un espacio que logra reconciliar la contemplaci¨®n rom¨¢ntica con la visi¨®n cr¨ªtica. Todas son como c¨¢psulas del tiempo, acumulaciones de diversos estados, que se hacen especialmente evidentes en dos obras. La primera, de James Benning, es una simulaci¨®n en 80 minutos de la evoluci¨®n a lo largo de 30 a?os de la c¨¦lebre Spiral Jetty de Robert Smithson, pieza cumbre del land art. En la segunda, el franc¨¦s Melik Ohanian se apropia de una m¨ªtica pel¨ªcula de 1971, Punishment Park, de Peter Watkins, y la repropone en el presente, plasmando la censura que padeci¨® durante 25 a?os en una instalaci¨®n aleg¨®rica, que separa el audio de las im¨¢genes, impidiendo de facto la visi¨®n del filme.