Propuestas inoportunas
J¨®venes que deber¨ªan aportar competitividad a la econom¨ªa no logran trabajo; ¨¦se es el gran reto
El Gobernador del Banco de Espa?a, Miguel ?ngel Fern¨¢ndez Ord¨®?ez, y el presidente de la patronal CEOE, Gerardo D¨ªaz Ferr¨¢n, han coincidido durante los ¨²ltimos d¨ªas en proponer una reforma del mercado laboral, con especial insistencia en el abaratamiento del coste del despido. El argumento del Banco de Espa?a, que compite en ortodoxia con el servicio de estudios de la CEOE, es que el sistema actual, con un coste de entre 20 y 45 d¨ªas por a?o, desincentiva la creaci¨®n de empleo y no estimula el crecimiento de las empresas m¨¢s competitivas. Las razones de fondo del presidente de la CEOE son similares, aunque ayer lanz¨® una propuesta encaminada a unificar la contrataci¨®n para que se reduzca la temporalidad.
No es de extra?ar que el Gobierno haya visto la oportunidad de beneficiarse pol¨ªticamente rechazando la propuesta de abaratar el despido. Porque tal discurso puede parecer, en estos momentos, innecesario e inoportuno. Despu¨¦s de que en 2008 se hayan destruido m¨¢s de 600.000 empleos y las previsiones m¨¢s optimistas indiquen que este a?o habr¨¢ 850.000 nuevos parados, la percepci¨®n generalizada entre la opini¨®n p¨²blica se inclina a considerar que el despido en Espa?a no tropieza con grandes dificultades. Puede argumentarse que es m¨¢s caro que en los pa¨ªses de su entorno, con los que se compite en los mercados; pero como el 30% de la contrataci¨®n en Espa?a es temporal y su coste de despido es muy inferior al que se aplica en la contrataci¨®n fija, es f¨¢cil deducir que el coste real del ajuste de empleo est¨¢ por debajo del que se desprende de aplicar el abanico te¨®rico de los 20 a 45 d¨ªas por a?o trabajado.
La reforma del mercado laboral resulta necesaria, pero requiere m¨¢s reflexi¨®n que discursos gen¨¦ricos y declaraciones apresuradas. Y, sobre todo, debe hacerse cuando sea beneficiosa para los empresarios y los trabajadores; es decir, cuando existan expectativas de creaci¨®n de nuevo empleo. Un abaratamiento del despido en estos momentos tendr¨ªa si acaso como consecuencia un indeseable aumento de los ajustes de plantillas, pero tendr¨ªa escaso efecto en favorecer nuevos empleos. Porque es la actividad econ¨®mica la que crea puestos de trabajo y no las regulaciones sobre este o aquel aspecto del mercado. Por cierto, para que esa actividad se recupere, una receta muy aconsejable es que la banca vaya normalizando la corriente del cr¨¦dito.
El problema principal del mercado de trabajo es su car¨¢cter dual. Por una parte, trabaja con contratos fijos una poblaci¨®n defendida por los sindicatos mayoritarios; por otra, trabajan cuando pueden centenares de miles de j¨®venes muy preparados, con contratos temporales y sin protecci¨®n sindical. Sus despidos cuestan apenas ocho d¨ªas por a?o y rara vez llegan a cumplir ese plazo. Cuando toque, la reforma tendr¨¢ que acabar con esa dualidad. Entre otras cosas, porque los j¨®venes castigados hoy por los contratos basura son los que deben aportar a la econom¨ªa espa?ola la mejora en competitividad.
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