Medidas preventivas ante la deflaci¨®n
Una cuesti¨®n de inter¨¦s es si la depresi¨®n econ¨®mica en la que estamos generar¨¢ una situaci¨®n deflacionista. Para responder a la pregunta vamos a recurrir a los ¨²ltimos datos sobre precios y a las predicciones tomadas del Bolet¨ªn de Inflaci¨®n y An¨¢lisis Macroecon¨®mico (BIAM), e intentaremos analizar c¨®mo est¨¢n evolucionando en Espa?a, en la zona euro y en EE UU. En el cuadro adjunto se da, para las tres econom¨ªas consideradas, el valor observado de la inflaci¨®n en enero y diciembre de 2008, y en negrita, la predicci¨®n para la media de 2009 y 2010. Para Espa?a tambi¨¦n se dan, entre par¨¦ntesis, los valores observados en enero. Todos estos valores se dan para el total del ¨ªndice de precios de consumo (IPC) y para sus componentes: energ¨ªa, bienes industriales no energ¨¦ticos, alimentos y servicios.
Si se mantienen los precios de la energ¨ªa, la inflaci¨®n dejar¨¢ de ser negativa en la segunda mitad de 2009
En el cuadro se observa que la desaceleraci¨®n m¨¢s importante se ha producido en EE UU por una mayor desaceleraci¨®n de los precios energ¨¦ticos. Adem¨¢s, los precios de los bienes duraderos, que no aparecen en el cuadro, ven¨ªan registrando tasas de variaci¨®n negativas durante aproximadamente una d¨¦cada -debido a la innovaci¨®n tecnol¨®gica y a las importaciones-, y en el ¨²ltimo trimestre han experimentado ca¨ªdas m¨¢s fuertes, lo que parece indicar que la falta de demanda est¨¢ influyendo en una ca¨ªda m¨¢s acentuada de los precios de ese sector. Con ello, el IPC para el conjunto de los bienes industriales no energ¨¦ticos, que incluye los bienes duraderos, ha alcanzando la tasa negativa de 0,6% en diciembre. En los servicios, que en EE UU suponen el 54,95 del IPC, se ha producido una moderaci¨®n, ligera, de 0,7 puntos porcentuales a lo largo del a?o.
En la zona euro la moderaci¨®n de la inflaci¨®n durante 2008 ha sido menor debido principalmente a las mayores tasas de imposici¨®n indirecta sobre los bienes energ¨¦ticos y a una relativa estabilidad en el crecimiento de los precios de los otros bienes industriales. En la econom¨ªa espa?ola la moderaci¨®n de la inflaci¨®n global durante 2008 ha sido superior a la de la zona euro debido a que se consume mayor proporci¨®n de productos energ¨¦ticos caros. El dato de enero, que ha supuesto una sorpresa a la baja importante como quiz¨¢ ocurrir¨¢ tambi¨¦n con las otras dos econom¨ªas cuando publiquen sus datos, se observa una ca¨ªda en los precios de los bienes industriales no energ¨¦ticos que abarca pr¨¢cticamente a todos sus componentes. En enero tambi¨¦n se han desacelerado considerablemente los precios de muchos servicios.
Las previsiones para 2009 indican que la inflaci¨®n en EE UU ser¨¢, sin conocer todav¨ªa los datos de enero, negativa -como ya se empez¨® a avanzar en el BIAM del mes de octubre- de enero a octubre y de una magnitud del 3% en julio. Esto ser¨¢ debido a ca¨ªdas de precios limitadas a los sectores energ¨¦ticos y de bienes duraderos. En la zona euro no se predicen por el momento tasas de inflaci¨®n total negativas en 2009. Para Espa?a no disponemos todav¨ªa en el BIAM de predicciones definitivas con los datos de enero, pero se puede avanzar una correcci¨®n importante sobre las predicciones del cuadro adjunto. As¨ª, es de esperar que la inflaci¨®n total en Espa?a sea negativa durante varios de los meses centrales de 2009 debido a tasas negativas en los precios de la energ¨ªa y de los bienes industriales no energ¨¦ticos y a una importante moderaci¨®n de los crecimientos de los precios de los servicios y de los alimentos.
Con respecto a los precios de los alimentos, conviene recordar que crecieron de forma dr¨¢stica entre finales de 2007 y mediados de 2008. Un ajuste importante a la baja en la evoluci¨®n de la inflaci¨®n de este sector era previsible y no puede interpretarse exclusivamente como debido a falta de demanda. Lo mismo vale para la energ¨ªa. Con respecto a los bienes industriales hab¨ªa y hay en el mundo un exceso de capacidad que, en un periodo de fuerte contracci¨®n de la demanda, est¨¢ presionando los precios a la baja. En todo el mundo este exceso de capacidad se est¨¢ corrigiendo r¨¢pidamente con recortes enormes en las plantillas y en la producci¨®n, que puede hacer que las empresas sean rentables de nuevo. En ese contexto, una ligera deflaci¨®n en este sector no ser¨ªa un fen¨®meno dram¨¢tico. Finalmente, los precios de los servicios, la partida m¨¢s importante en todos los pa¨ªses desarrollados, moderar¨¢n de forma importante su crecimiento sin entrar en tasas negativas, con lo que si se mantienen estabilizados los precios internacionales de la energ¨ªa, la inflaci¨®n total espa?ola dejar¨¢ de tener tasas negativas en la segunda mitad de 2009.
El an¨¢lisis que antecede describe una situaci¨®n de ca¨ªda de precios en la energ¨ªa y en los bienes industriales, pero de subidas moderadas en alimentos y servicios, lo cual no se puede calificar de situaci¨®n deflacionista. No obstante, la aparici¨®n de tal situaci¨®n no es absolutamente descartable, pues intervalos de confianza relativamente holgados alrededor de las predicciones puntuales contenidas en el cuadro adjunto incluyen tasas de inflaci¨®n negativas m¨¢s extendidas sectorialmente. Al mismo tiempo, y esto es m¨¢s importante, los modelos de predicci¨®n empleados hasta ahora pueden estar recogiendo mal los efectos de una depresi¨®n econ¨®mica sobre precios.
En consecuencia, siendo muy peque?a la probabilidad de deflaci¨®n, s¨ª que es un fen¨®meno que es necesario evitar, pero las medidas para ello no son restricciones a la competencia y apoyo normativo a rigideces en los mercados, sino medidas que fomenten la demanda y la confianza entre los agentes econ¨®micos. La falta de competencia y competitividad afecta negativamente a las posibilidades de recuperaci¨®n de la econom¨ªa espa?ola, por lo que la inflaci¨®n que generan no tiene efectos expansivos sobre el crecimiento. Espa?a tiene ahora la oportunidad de hacer las reformas necesarias para eliminar deficiencias estructurales, las cuales no s¨®lo tendr¨¢n efectos a medio plazo, sino tambi¨¦n a m¨¢s corto plazo por el cambio de expectativas que generar¨ªan sobre los agentes econ¨®micos.
Antoni Espasa y Emiliano Carluccio pertenecen al Instituto Flores de Lemus (Universidad Carlos III).
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