Golpear al m¨¢s d¨¦bil
La industria discogr¨¢fica y audiovisual lleva a?os hecha polvo por el incesante crecimiento de la pirater¨ªa. Y por eso mismo, cuando se hizo la reforma del C¨®digo Penal en 2003, las sociedades de gesti¨®n de derechos musicales y audiovisuales (SGAE, Egeda, ACAM), con el apoyo de algunos artistas (como Ramonc¨ªn o Mar¨ªa Jim¨¦nez), presionaron cuanto hizo falta para convertir la vulneraci¨®n de la propiedad intelectual en un delito p¨²blico, que ahora recoge el art¨ªculo 270 del C¨®digo Penal. En este momento, y por haber quebrantado ese art¨ªculo, hay 62 personas presas. La mayor¨ªa, seg¨²n Instituciones Penitenciarias, son manteros. Varios juristas afinan m¨¢s y consideran que en la pr¨¢ctica son el 100%.
Manteros: es decir, casi siempre inmigrantes sin papeles que tienen que buscarse la vida como sea y a los que les ofrecen la posibilidad de vender unas cuantas copias pirateadas en la calle, sobre cualquier pedazo de tela, para conseguir entre 10 y 15 euros al d¨ªa. Son el ¨²ltimo eslab¨®n de una larga cadena, pero son los ¨²nicos a los que la polic¨ªa ha conseguido echar el guante.
Una ¨²nica cifra sirve para darse cuenta del problema de fondo: la venta de discos ha bajado un 75% desde el a?o 2000. Pero lo cierto es que cada vez m¨¢s las p¨¦rdidas en el negocio hay que apunt¨¢rselas a las descargas de pel¨ªculas y canciones por Internet, que no se persiguen por la v¨ªa penal, y no tanto a los esforzados inmigrantes que no tienen otra que desarrollar un sexto sentido para oler a la pasma y salir zumbando.
Cierto es que vulneran la ley. Pero tambi¨¦n es cierto que son el chivo expiatorio contra el que se descarga la furia que deriva de la impotencia de combatir un mal que act¨²a desde varios frentes y contra el que es muy dif¨ªcil combatir. Los manteros est¨¢n ah¨ª: de todos los que atentan contra los derechos de autor son los ¨²nicos que, por as¨ª decirlo, pueden tocarse.
As¨ª que se los puede agarrar, juzgar, condenar. El mal que hacen es, comparativamente, min¨²sculo. Pero debe de ser may¨²scula la satisfacci¨®n de aquellos que tienen alguna responsabilidad en este asunto. Esos inmigrantes presos s¨®lo sirven para dar publicidad a un ¨ªnfimo logro: que venden copias piratas, ?pues a la c¨¢rcel con ellos!
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