El Athletic se llena de dudas
El Recreativo, tan aseado como ingenuo, perdon¨® la vida al cuadro bilba¨ªno tres veces
Se mov¨ªa por la catedral el fantasma de Llorente, como en una novela g¨®tica, aireado a los cuatro vientos y negado por los protagonistas como dicta el ritual. No jugaba el mocet¨®n rubio, es decir, la orfandad se adivinaba en el entorno que empieza a creer que sin los 195 cent¨ªmetros del delantero riojano la porter¨ªa rival est¨¢ mucho m¨¢s lejos de lo que est¨¢. El mar de dudas no lo resolvi¨®, desde luego, el Athletic frente a un Recreativo que fue tan superior como misericordioso. Basta un dato psicol¨®gico para advertir su superioridad: el equipo de Lucas Alcaraz, con 1-1 en el marcador, perd¨ªa menos tiempo que el Athletic ansioso por ganar a un rival que apenas jug¨® cinco minutos y someti¨® a su p¨²blico a un tost¨®n s¨®lo comparable al grado de impotencia que desalojaba.
ATHLETIC 1 - RECREATIVO 1
Athletic: Iraizoz; Iraola, Aitor Ocio, Amorebieta, Balenziaga; David L¨®pez, Orbaiz, Javi Mart¨ªnez, Gabilondo (Del Olmo, m. 68); Etxeberria e Ion V¨¦lez. No utilizados: Armando; Garmendia, Gurpegui y Etxeita.
Recreativo: Riesgo; Bouz¨®n, Morris, Arzo, Poli; Barber; Camu?as, Nayar (Javi Fuego, m. 74), Jes¨²s V¨¢zquez, Aitor (Maidana, m. 70); y Colunga (Marcos Rub¨¦n, m. 82). No utilizados: Roberto; Casado, Javi Guerrero y Nef.
Goles: 0-1. M. 33. Aitor bate a Iraizoz con la izquierda. 1-1. M. 49. Falta que cabecea Javi Mart¨ªnez al alim¨®n con Toquero.
?rbitro: ?lvarez Izquierdo. Amonest¨® a Camu?as, Poli, Aitor, Toquero y Amorebieta.
Unos 35.000 espectadores en San Mam¨¦s. Un minuto de silencio por la muerte de la joven sevillana Marta del Castillo.
El problema de Caparr¨®s es que ning¨²n jugador puede suplir a Llorente
La ausencia de Llorente explica algunas cosas. Sabido es que ning¨²n jugador de la plantilla es como Llorente. El problema es que ning¨²n jugador del Athletic puede suplir a Llorente. Ion V¨¦lez ni es ni ser¨¢ un delantero centro nato ni un goleador. Ayer se volvi¨® a desacreditar en esa faceta en la ¨²ltima jugada del partido, que pudo dar un inmerecido triunfo al Athletic a la salida de un injusto c¨®rner. Etxeberria ya no puede suplir a nadie que no sea a s¨ª mismo. Toquero es otro fajador (como Ion V¨¦lez) sin la personalidad suficiente para liderar desde arriba a un equipo. La evidencia es obvia: no hay m¨¢s delantero centro que Llorente y m¨¢s le valdr¨ªa a Caparr¨®s pensar en alternativas radicales para cuando su hombre gol no est¨¦ en el campo porque la sustituci¨®n hombre por hombre s¨®lo puede acabar hundiendo a sus sustitutos.
En esos debates internos estaba el Athletic, y as¨ª se tir¨® tres cuartas partes del partido, cuando el Recreativo decidi¨® quedarse con la pelota, manejarla con mimo, a la espera de que Colunga, su hombre punta, pillara la espalda a la defensa rojiblanca. Bien es cierto que entre el psicoan¨¢lisis rojiblanco y el exceso anal¨ªtico del Recreativo, la primera mitad fue lo m¨¢s parecido a una pel¨ªcula muda sin argumento ni m¨²sica de piano. Jugaba el Recreativo para nada, bien, pero para nada, y el Athletic, simplemente, no jugaba. Aunque el conjunto andaluz, en su primera combinaci¨®n en el ¨¢rea, marc¨® un gol precioso, de tiral¨ªneas. Nada m¨¢s, y nada menos, ocurri¨® en 45 minutos.
La entrada de Toquero y Susaeta en la segunda mitad revolucion¨® el partido m¨¢s por car¨¢cter que por juego y a los cinco minutos la revoluci¨®n tir¨® el port¨®n de Riesgo. Ah¨ª se vio la ausencia de Llorente: se necesitaron dos cabeceadores al alim¨®n para llevar a la red el centro de Gabilondo. Ah¨ª resurgi¨® y ah¨ª volvi¨® a morir el Athletic. Y a partir de ah¨ª cav¨® su fosa Colunga, el goleador del Recre, que no olvidar¨¢ f¨¢cilmente San Mam¨¦s; no por la historia del m¨ªtico estadio, sino por los tres mano a mano errados con Iraizoz, bien es verdad que el primero saldado con un penalti del portero que el ¨¢rbitro no quiso ver, el segundo con una vaselina mal ejecutada y el tercero con una ingenuidad pasmosa.
El ba?o del Recre agot¨® el agua y a punto estuvo de quedarse seco en el ¨²ltimo segundo. Pero Ion V¨¦lez no es un goleador, sino un ayudante de goleador, que no es lo mismo, y malgast¨® la ¨²ltima bala del Athletic m¨¢s plano de la temporada. Llorando se fue el chico, y el p¨²blico -otra vez en el div¨¢n de las dudas-, pensando en Llorente. En lo que pudo ser una derrota y una victoria y se qued¨® en nada.
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