Menos autopistas y m¨¢s ense?anza

Nos vanagloriamos de ser uno de los pa¨ªses europeos con m¨¢s autopistas por habitante, pero estamos a la cola en el sistema educativo. Hasta los economistas m¨¢s conspicuos reclaman inversiones para mejorar nuestro maltrecho nivel de ense?anza como paso necesario para hacer nuestra econom¨ªa m¨¢s competitiva.

El inexistente debate sobre la ense?anza se limita a discutir sobre educaci¨®n para la ciudadan¨ªa, religi¨®n con crucifijo por medio y el peso de las lenguas, entre las que no est¨¢ el ingl¨¦s precisamente. Mientras tanto, los padres nos gastamos cantidades ingentes en academias para complementar una ense?anza que, como el informe PISA, consideramos deficiente. En el ¨¢mbito universitario, el debate es a¨²n menos alentador si cabe. Y ante la oportunidad que propicia el proceso de Bolonia para mejorar el sistema educativo, los meg¨¢fonos los han tomado unos colegios profesionales peg¨¢ndose por la tarta de las competencias y unos estudiantes preocupados en si la ense?anza ser¨¢ m¨¢s privada que p¨²blica.

Me pregunto si lo importante no ser¨¢ la calidad de la ense?anza, sea ¨¦sta p¨²blica o privada, siempre y cuando se garantice la igualdad de oportunidades. Hay excelentes universidades privadas y p¨²blicas, y lo contrario.

Nada sobre contenidos, materiales y m¨¦todos de ense?anza, profesorado competitivo, permeabilidad a los mejores profesionales y a las empresas m¨¢s innovadoras, intercambio de profesores extranjeros y exigencias de mayor presupuesto para la ense?anza, aunque con ello las grandes constructoras se resientan del negocio de las autopistas, las cuales ¨²ltimamente se hacen en tramos que s¨®lo las usan cuatro coches mal contados.

Recordando una an¨¦cdota hist¨®rica, dan ganas de encerrar con llave a nuestros diputados en el Parlamento y no dejarles salir hasta que alumbren una ley consensuada y bien dotada sobre la educaci¨®n.