Que din os rumorosos?

Cerrando el ciclo de los compromisos y haciendo un hueco entre los apasionantes debates sobre tramas, cacer¨ªas y circos medi¨¢ticos sobre asesinatos, Alberto N¨²?ez Feij¨®o cerr¨® ayer las entrevistas de Los desayunos de TVE. Logr¨® colarle alguna bola a la entrevistadora ("en Galicia siempre ha habido menos paro que en Espa?a" o "el sector l¨¢cteo est¨¢ ahora muy afectado por la crisis" -cuando se subvencionaba el cierre de las explotaciones parece que no-, pero como ciudadano y como periodista me di con un canto en los dientes.

Al candidato para Galicia que se presenta circunstancialmente por el PP le lograron hacer despu¨¦s de casi una semana de campa?a la pregunta sobre la trama de corrupci¨®n que se cierne sobre su partido en Madrid y Valencia. Otra cosa es que, con su envidiable habilidad de cintura, respondiera. Lo hizo con otra bola y una desgraciada verdad: "Quienes est¨¢n aqu¨ª investigados son varios altos cargos de la Xunta por delitos ecol¨®gicos y contratos p¨²blicos" (el mismo d¨ªa en que este peri¨®dico desvelaba ilegalidades en las contrataciones del Xacobeo en 2004 y 2005) y "lo que pase en Madrid no va a influir en Galicia".

La mayor¨ªa de los candidatos no dan opci¨®n a que los periodistas les pregunten

Porque quiz¨¢s ustedes se pregunten cu¨¢l es el papel de los medios de comunicaci¨®n en unas elecciones. Yo tambi¨¦n, incluso he llegado a alguna conclusi¨®n despu¨¦s de varios a?os de campa?ear, pero no se las pienso contar por una cuesti¨®n de aprecio. A ustedes y a mis colegas. Quien siga inocentemente las campa?as a trav¨¦s de los medios posiblemente cree que son los periodistas quienes dan la informaci¨®n. En realidad, lo que ven en televisi¨®n son las im¨¢genes que proporcionan los partidos (que, en ocasiones, proh¨ªben que los redactores gr¨¢ficos graben por su cuenta), y el profesional es el que escoge los fragmentos que considera interesantes. En los medios p¨²blicos, ajust¨¢ndose adem¨¢s milim¨¦tricamente a unos tiempos determinados por una junta electoral que quiz¨¢s tenga idea de pol¨ªtica, pero ninguna de informaci¨®n. "Entre la junta electoral, que se atribuye decisiones que competen estrictamente al ¨¢mbito profesional del periodismo, y los directores de las diferentes candidaturas partidarias, que se atribuyen derechos que pertenecen a la ciudadan¨ªa en su conjunto, imponen un modelo de cobertura pol¨ªtica sin garant¨ªas", dec¨ªa el otro d¨ªa el profesor de periodistas Luis ?lvarez Pousa en los peri¨®dicos del grupo La Capital.

No s¨®lo pasa con las televisiones, ese objeto de deseo electoral. Cuando Mar¨ªa Dolores de Cospedal, secretaria general del PP, dijo que "ning¨²n gallego va a morir sin prestaci¨®n como ocurre en estos momentos", a m¨ª, por ejemplo, me hubiese gustado preguntarle por qu¨¦ eso pasa ahora, y no cuando la Xunta de su partido dedicaba la quinta parte de los presupuestos actuales a servicios sociales. Si no lo hice no es porque siga la campa?a desde casa. Es que la mayor¨ªa de los candidatos no da ninguna opci¨®n a ning¨²n periodista a que se les pregunte, ni siquiera sobre lo que han dicho en el estrado. "La democracia gallega, a veces, duerme. Touri?o no admite preguntas si no est¨¢n en el gui¨®n. Feij¨®o recurri¨® a la misma treta cuando salt¨® el esc¨¢ndalo de Carrera con el pago procedente de las islas Caim¨¢n", recordaba Xabier R. Blanco en Xornal de Galicia.

En otros, la informaci¨®n electoral va por un lado y la informaci¨®n para que los electores saquen conclusiones en otro, en casos extremos sin que el presunto autor de la noticia quiera refrendarla con su firma. Jos¨¦ Mar¨ªa Villot citaba hace d¨ªas en El Ideal Gallego a Manuel Rivas: "Gran parte del periodismo act¨²a como m¨¢quina de ocultaci¨®n". Como dijo a comienzos del pasado siglo Paul Val¨¦ry, "la pol¨ªtica fue en principio el arte de impedir a la gente meterse en lo que le importaba. En una ¨¦poca posterior se le agreg¨® el arte de comprometer a la gente a decidir sobre lo que no entiende", es decir, sobre lo que no conviene que entienda.