Mucho m¨¢s que urnas

Para organizar unos comicios como los del pr¨®ximo 1 de marzo se necesitan m¨¢s cosas que disponer de urnas. De hecho, el Ejecutivo vasco no las tiene; se las cede la Delegaci¨®n del Gobierno central. Hacen falta, claro est¨¢, candidatos y colegios electorales donde acudir a votar. Pero eso no garantizar¨ªa por s¨ª mismo unos comicios democr¨¢ticos. Meses antes de que comiencen las elecciones se pone en marcha una amplia maquinaria administrativa para garantizar la limpieza y la seguridad de los comicios.

La preparaci¨®n de la cita electoral comenz¨® el d¨ªa 6 de enero, cuando se public¨® el decreto de convocatoria de los comicios en el Bolet¨ªn Oficial del Pa¨ªs Vasco. Tres d¨ªas despu¨¦s se constitu¨ªan las Juntas Electorales de los territorios hist¨®ricos y de zona, que se coordinan con la Junta Electoral de la Comunidad Aut¨®noma. Eduardo Mancisidor, secretario de este ¨²ltimo organismo, explica que la finalidad de las juntas electorales es "garantizar el pluralismo y la neutralidad".

Las reclamaciones por ser presidente o vocal concentran las quejas ante la Junta Electoral

La Junta Electoral s¨®lo trabaja en periodo electoral -y cuando se produce una iniciativa legislativa popular-, pero es un ¨®rgano permanente; una peque?a administraci¨®n que funciona, por as¨ª decirlo, de prestado. "La infraestructura es la del Parlamento de Vitoria; su presidente es el del Tribunal Superior de Justicia del Pa¨ªs Vasco y su secretario, por disposici¨®n legal, el letrado mayor de la C¨¢mara", explica Mancisidor.

Despu¨¦s de constituirse las juntas, el siguiente hito en el proceso electoral se produjo el 12 de enero, con la publicaci¨®n en los boletines oficiales provinciales del n¨²mero y la ubicaci¨®n de las mesas en los respectivos colegios electorales. "Hay que aclarar", precisa Itziar Lizeaga, directora de Procesos Electorales del Gobierno vasco, "que la denominaci¨®n correcta es 'locales electorales' ya que pueden ser instalados en sedes sociales, culturales o deportivas, dependiendo de las infraestructuras que tengan los diferentes ayuntamientos". La direcci¨®n de la que es titular Lizeaga depende del Departamento de Interior y se ocupa de desarrollar las competencias auton¨®micas en materia electoral, coordinando a las administraciones implicadas.

Casi al mismo tiempo que se proclamaban las candidaturas de los partidos (el 2 de febrero), se celebraban los sorteos para elegir a los miembros de las mesas electorales. Este sorteo lo realizan los ayuntamientos y siempre, seg¨²n reconoce Mancisidor, la Junta Electoral recibe un gran n¨²mero de quejas de aquellos que repiten como vocal o presidente de mesa en varios comicios consecutivos. "Esto sucede por mero azar", explica el secretario y letrado mayor. Aunque unas personas tienen m¨¢s posibilidades que otras: "Para ser presidente hay que tener el t¨ªtulo de bachillerato o FP II y para ser vocal, el graduado escolar, y los ayuntamientos no disponen siempre estos datos de toda la poblaci¨®n", apunta.

Todas los consultas, quejas o denuncias que surjan estos d¨ªas sobre los comicios deben dirigirse a las juntas electorales. Los casos m¨¢s complejos a los que deben hacer frente sus magistrados, cuenta Mancisidor, tienen que ver con campa?as institucionales que son denunciados como propaganda electoral encubierta. Suelen derivar en recursos ante la justicia ordinaria. La Junta se ocupa tambi¨¦n de vigilar el seguimiento de los partidos por parte de los medios de comunicaci¨®n p¨²blicos.

Llegado el d¨ªa de las elecciones, los ayuntamientos, con personal contratado a tal efecto, se ocupar¨¢n de distribuir las m¨¢s de 2.700 urnas que cede la Delegaci¨®n del Gobierno. Unos 5.000 ertzainas velar¨¢n por la seguridad del a lo largo de esa jornada. Llegada la noche, el llamado Centro de Recogida y Procesamiento de la Informaci¨®n, ubicado en Vitoria, comenzar¨¢ a traducir en porcentajes y esca?os la voluntad del electorado.