Patines a ritmo de 'hip-hop'
La madrile?a Vanexxa mezcla su m¨²sica 'rapera' con un toque m¨¢s bohemio
Tiene algo de esa tierna fiereza en la expresi¨®n que comparte con su admirada Christina Rosenvinge. S¨®lo que Vanessa Fern¨¢ndez de C¨®rdova, esta descendiente lejan¨ªsima de El Gran Capit¨¢n que apura un caf¨¦ junto a la fuente de Neptuno, es a¨²n mucho m¨¢s menuda. Cae la tarde, encoge y balancea el cuerpo a cada sorbo y entran ganas de extenderle una mantita por los hombros, pero aclara que sus movimientos no tienen nada que ver con escalofr¨ªos. "Son las culebras interiores, que no me dejan parar quieta". La temperamental Vanexxa, esta madrile?a hip-hopera del rock con alma de cabar¨¦, lleva dos meses preparando a diario la gira de Ser y vencer, su segundo disco bajo esta encarnaci¨®n. Y anoche, en la Galileo Galilei, volvi¨® a calarse las ligas y el sombrero.
"He vendido camas plegables, toallas de bid¨¦ y balones del Atleti"
Siempre ha sido un poco bicho, pero a su manera. Recuerda que de chiquilla, primero en Ant¨®n Mart¨ªn y luego en Delicias, no frecuentaba en exceso las aceras. "Que era un trasto se notaba m¨¢s en las llamadas de los profesores a mis padres", concede entre risas. El veneno del artisteo se le meti¨® en la sangre de muy joven: ocho a?os de ballet cl¨¢sico con Rosario Escudero, la escuela de interpretaci¨®n de Cristina Rota... "En realidad, luch¨¦ contra la vocaci¨®n con todas mis fuerzas. He vendido camas plegables, toallas de bid¨¦ y balones del Atleti. Incluso fui la mejor en una sucursal del Citibank, aunque no s¨¦ si se merecen que les menciones...". Eran trabajos de "persona normal", pero la llamada de la bohemia fue m¨¢s fuerte.
Ahora reside por Cea Berm¨²dez y cada ma?ana toma el metro hasta Antonio Machado, en la l¨ªnea 7, para asistir a las clases de Rodrigo, su profesor asturiano de canto. "Ya soy una vocalista francamente buena, ?eh?", avisa con esa autoestima que nunca le ha abandonado, "pero me considero perfeccionista y necesito mejorar. En todo: como artista y como persona. Mi canci¨®n La verdadera revoluci¨®n habla un poco de eso, de atreverse a amar, perdonar y crecer".
Ensaya en El Templo del Rock -donde conoci¨® a dos viejos moteros que han inspirado gran parte de Ser y vencer- y anda ya contando los d¨ªas para que asome el solete primaveral y pueda consagrarse a su otra gran pasi¨®n: el patinaje en l¨ªnea por los senderos del Retiro. Parece un pasatiempo demasiado finolis para una rapera, pero Vanessa, lectora compulsiva de Shakespeare, conserva una vena ensimismada que Vanexxa jam¨¢s consentir¨ªa. "Me gusta la soledad. Ni siquiera soy aficionada a las copas, los garitos o el trasnoche. Prefiero perderme por la Luna. Paso muchas horas all¨ª, s¨®lo que no dir¨¦ con qui¨¦n...".
?Los chicos? "Eran lo ¨²nico que me rondaba la cabeza con 16 a?os. Ahora tambi¨¦n, pero lo disimulo mejor". Presume de conocer bien el universo masculino: tiene dos hermanos mayores (un inspector de trabajo y un secretario judicial) que eran ejemplo dom¨¦stico de abnegaci¨®n. Y confiesa: "Los hombres siempre me han tenido, injustamente, por una mujer inquietante y temible. Quiz¨¢s les asuste mi feminismo radical. Mis grandes referentes son mujeres: Juana de Arco, Lady Macbeth, mi madre. Y, por supuesto, me halaga tener mucho ¨¦xito entre ellas". En eso, por cierto, tambi¨¦n se parece a la Rosenvinge.
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