Los europeos del G-20 abren un nuevo asalto contra la recesi¨®n
Los problemas de Europa del Este amenazan el protagonismo de Londres
La acelerada conversi¨®n al multilateralismo a la que oblig¨® la crisis afronta una prueba casi definitiva. La promesa de una respuesta contundente que dej¨® la cumbre de Washington en noviembre se deshace ante la falta de medidas y la voracidad de la recesi¨®n. La canciller alemana, Angela Merkel, ha citado hoy en Berl¨ªn a los pa¨ªses europeos que participaron en aquella reuni¨®n a debatir iniciativas para recuperar credibilidad ante la opini¨®n p¨²blica y los mercados.
El objetivo es preparar la estrategia europea para la cumbre de Londres que, de nuevo bajo el paraguas del G-20, reunir¨¢ a los l¨ªderes de pa¨ªses emergentes y avanzados. Estrategia que tendr¨¢ que ser refrendada por la UE el 1 de marzo. "Si esta vez no se toman decisiones estructurales, la gente se sublevar¨¢ y tendr¨¢ raz¨®n", advirti¨® hace d¨ªas el l¨ªder franc¨¦s, Nicolas Sarkozy.
La cumbre de Washington logr¨® transformar el G-20 en un organismo internacional de actuaci¨®n r¨¢pida en el ¨¢mbito econ¨®mico. Y con una legitimidad poco cuestionable: intreg¨® a pa¨ªses ricos (EE UU, Alemania o Jap¨®n) con emergentes (China, India o Brasil). La diplomacia permiti¨® adem¨¢s que la delegaci¨®n europea cediera sillas a Espa?a, Rep¨²blica Checa y Holanda, pa¨ªses que no pertenecen al club.
Pero aquel ¨¦xito no vale para la pr¨®xima cita. En Londres se exigir¨¢n resultados. Y lo ocurrido hasta ahora es poco alentador. El compromiso de rebajar barreras al comercio mundial en 2008 fracas¨®. De los cambios en el sistema de regulaci¨®n financiera apenas hay noticias. Los paquetes fiscales y las intervenciones p¨²blicas no tapan a¨²n las brechas de la recesi¨®n y el colapso del sistema bancario. Y las reformas de los organismos internacionales avanzan a c¨¢mara lenta.
La apremiante situaci¨®n de Europa del Este y la elevada deuda p¨²blica que ya alcanzan algunos pa¨ªses de la zona euro amenazan con robar plano en Berl¨ªn. Se repetir¨¢ adem¨¢s la disparidad de intereses de los socios europeos ante la crisis. Merkel quiere poner en primer lugar su carta global de derechos econ¨®micos. Sarkozy y el l¨ªder brit¨¢nico, Gordon Brown, abogan por aprovechar la ocasi¨®n para acabar con los para¨ªsos fiscales; tambi¨¦n, Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero. Brit¨¢nicos y alemanes discrepan en c¨®mo regular los fondos de inversi¨®n especulativos y en qu¨¦ l¨ªmites establecer a la remuneraci¨®n de los ejecutivos en el sector financiero. Volver¨¢ a quedar patente el recelo checo ante las medidas proteccionistas francesas. Y habr¨¢ que comprobar la respuesta a los llamamientos a una intervenci¨®n m¨¢s agresiva en el sistema financiero, lanzados desde Bruselas y el FMI.
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