Acostumbrados al fuego
Las comunidades de montes de Carnota se blindan contra las llamas
Una imagen habitual del verano reproduce el monte Pindo, en Carnota, envuelto en llamas. La legendaria monta?a -la tradici¨®n popular habla de conexi¨®n celta en el lugar-, que enmarca por el norte la playa m¨¢s larga de Galicia, sirve de fondo a la foto fija y peri¨®dica de los incendios. "Estamos familiarizados con los fuegos, por desgracia", reconoce Jos¨¦ Domingo Oreiro, alcalde de la localidad por el PP.
"Los a?os tambi¨¦n me van afectando a m¨ª", explica, "pero recuerdo que en 1995 hubo una tremenda ola de incendios". Aunque no conoce los datos de memoria, Oreiro sabe de las "innumerables" veces que el fuego "arras¨® las monta?as que rodean la franja costera". En a?os como 1998 o 2001, ardi¨® m¨¢s del 80% de la masa forestal del municipio. El pasado, lluvioso y con nuevas pol¨ªticas de protecci¨®n en marcha, no alcanz¨® las 400 hect¨¢reas "en el sur, lindando con Muros".
En Carnota, 71 kil¨®metros cuadrados de extensi¨®n, confluyen viento y aprovechamiento maderero del monte, una opci¨®n econ¨®mica emergente ante la sangr¨ªa migratoria. "Evidentemente, el monte arde menos cuando est¨¢ limpio y no cuando est¨¢ emboscado", explica Oreiro, que forma parte de la comunidad de montes de la parroquia de San Mamede.
Ochocientas cuarenta hect¨¢reas y 254 comuneros constituyen esa uni¨®n de propietarios. Pioneros en ensayar alternativas de explotaci¨®n del monte -en 1989, tras quemarse casi 4.000 hect¨¢reas en todo el t¨¦rmino municipal, introdujeron ovejas para reestablecer el equilibrio natural-, su presidente desde hace tres a?os, Jos¨¦ Manuel Blanco, apunta una regularidad de las llamas: cada cinco a?os, alguien prende fuego.
"Sin entrar en colores pol¨ªticos, el trabajo de la conseller¨ªa es acertado; el enfoque, correcto", afirma Blanco. La prevenci¨®n y la vigilancia son factores que han contribuido a mejorar la situaci¨®n. "Desde la modestia de nuestras posibilidades, ayudamos", dice, antes de exponer la importancia del silvopastoreo.
"Tenemos 30 caballos, y queremos que la caba?a crezca en el monte". Donde hay caballo salvaje, no crece el tojo. "Primero probamos con la oveja, pero el caballo desbroza". Buscan que la rentabilidad del monte, a largo plazo, no dependa del azar de la lluvia estival.
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