El temporal que viene del Este
Varios pa¨ªses centroeuropeos se enfrentan a riesgos de quiebra por la crisis de sus sistemas bancarios, que amenaza tambi¨¦n a entidades occidentales
Una de las singularidades de la sensacional crisis financiera del ¨²ltimo a?o y medio es que se ha ensa?ado con el mundo desarrollado, pero apenas ha afectado a los pa¨ªses emergentes. En Europa, eso se acab¨®. La recesi¨®n y la crisis del cr¨¦dito han llegado al centro y al este del continente con una virulencia enorme, convirtiendo la regi¨®n en el segundo epicentro del hurac¨¢n financiero, tras los destrozos causados por la basura hipotecaria de EE UU. Los especuladores revolotean ahora sobre los sistemas financieros, las monedas y la propia solvencia de los Estados de la regi¨®n. Los bancos de Europa occidental, que financiaron el gran crecimiento del Este en los ¨²ltimos a?os, sufren, contaminados por sus inversiones en la zona. M¨¢s y m¨¢s sombras sobre el horizonte.
Los bancos griegos y austriacos son los m¨¢s expuestos en la regi¨®n
"Las ayudas s¨®lo amortiguar¨¢n el desplome", declara Daniel Gross
Europa quiere combatir el miedo con dinero: los pa¨ªses europeos del G-20 plantearon ayer incrementar hasta los 500.000 millones de d¨®lares los recursos del FMI para manejar la sangr¨ªa financiera que supone el riesgo de colapso en el Este de Europa. El Banco Central Europeo ha advertido de que las normas permiten que la Uni¨®n "en su conjunto" ayude a pa¨ªses en apuros. Alemania y Francia no descartan salir al rescate de los pa¨ªses en riesgo para evitar una nueva espiral negativa en el sistema bancario, una segunda vuelta del hurac¨¢n financiero que puede ser devastadora y que la semana pasada provoc¨® fuertes ca¨ªdas en Bolsa de los bancos m¨¢s expuestos al Este.
Bucarest y Varsovia no est¨¢n en Asia, pero el pinchazo de las econom¨ªas del antiguo bloque sovi¨¦tico recuerda peligrosamente a los episodios que sufri¨® el sureste asi¨¢tico en 1997. O los de Argentina en 2001. O los de M¨¦xico en 1994. La lista es extensa. Y en todos los casos se repite la misma -o muy parecida- historia de juguete roto: econom¨ªas que vivieron un boom espectacular y acumularon grandes desequilibrios no resisten ahora la combinaci¨®n de crisis financiera mundial y ralentizaci¨®n econ¨®mica global. El Este de Europa se tambalea.
Con una peligrosa diferencia: esta vez puede ser a¨²n peor que la crisis asi¨¢tica. "Los pa¨ªses del Este no cuentan con la fortaleza del resto del mundo para recuperarse v¨ªa exportaciones, como sucedi¨® hace 10 a?os con Asia", afirma Daniel Gros, director del Centro de Estudios de Pol¨ªtica Europea en Bruselas. "A las puertas de Europa se est¨¢ cociendo algo grave, y si no llegan las ayudas el problema bancario en Europa occidental va a ser m¨¢s y m¨¢s severo", explic¨® a este peri¨®dico el economista belga Paul De Grauwe. El pesimismo se cierne sobre Europa. Aunque las ayudas lleguen, "probablemente los Estados de la Uni¨®n no tienen ya los recursos suficientes para prevenir un colapso en el Este", asegur¨® ayer el profesor de la London School of Economics, Willem Buiter. "A estas alturas, un descalabro europeo como el del sureste asi¨¢tico en 1997 es posible", concluy¨®.
Se trata de algo parecido a otra burbuja que pincha. "Durante los a?os del boom, llegaron monta?as de dinero del exterior y tanto las familias como las empresas acumularon grandes endeudamientos en moneda extranjera (euro y franco suizo), y los pa¨ªses presentan d¨¦ficit comerciales enormes", explica el economista Jiri Pehe, director de la Universidad de Nueva York en Praga. Ahora que la crisis desnuda todas las carencias, la desconfianza de los mercados act¨²a sin misericordia sobre las monedas de esos pa¨ªses, sobre los bancos que est¨¢n all¨ª y, sin contemplaciones, sobre todo lo que tiene que ver con el Este.
"No parece que vaya a haber un colapso general en la regi¨®n, pero algunos pa¨ªses s¨ª pueden entrar en quiebra: los que asumieron m¨¢s riesgos en forma de deuda y d¨¦ficit exterior, y los que tienen bancos m¨¢s fr¨¢giles: como las hipotecas se hac¨ªan en divisas y ahora las monedas pierden valor, muchos propietarios no podr¨¢n pagar. Hungr¨ªa, Letonia y Rumania pueden ser los m¨¢s golpeados", vaticina Pehe.
Leandro Arias lleg¨® a Bucarest hace poco m¨¢s de un a?o para dirigir un proyecto de una constructora espa?ola en Rumania. "La crisis del cr¨¦dito ha llegado tarde, pero una vez aqu¨ª ha hecho mucho da?o", indica. "Hay cr¨¦dito, pero a precios estratosf¨¦ricos: hipotecas con intereses al 16%, y financiaci¨®n empresarial con tipos muy elevados, varios escalones por encima del Eur¨ªbor. A eso se a?ade un problema pol¨ªtico: las elecciones se celebraron hace unos meses, pero desde noviembre no se ha aprobado ni un solo proyecto de obra p¨²blica. El sector financiero sufre y la moneda est¨¢ siendo atacada, pese a los esfuerzos del banco central por controlar su ca¨ªda", apunta.
Rumania no es un caso aislado. Europa del Este es un concepto pol¨ªtico difuso, pero en lo econ¨®mico las cifras son parecidas: van del insuficiente al muy deficiente. El PIB de Letonia caer¨¢ este a?o m¨¢s de un 10%. La deuda de Hungr¨ªa se acerca al 100% de su riqueza. Ambos pa¨ªses, junto con Ucrania, tienen d¨¦ficit externos muy importantes. La catarata de datos es espeluznante: las principales monedas de la regi¨®n han perdido bastante terreno respecto al euro en poco m¨¢s de un a?o.
El ¨²ltimo episodio de volatilidad se ha producido hace pocos d¨ªas, detonado por uno de los sospechosos habituales de esta crisis: las agencias de calificaci¨®n crediticia. Los ataques especulativos contra las divisas se sucedieron a partir del martes, tras un informe demoledor de Moody's, que advirti¨® del deterioro econ¨®mico de los pa¨ªses del Este y sus bancos, y de las consecuencias potencialmente nefastas para la banca occidental. S&P public¨® un informe en los mismos t¨¦rminos y las especulaciones no han cesado desde entonces. La primera v¨ªctima lleg¨® el viernes, con la dimisi¨®n en pleno del Gobierno let¨®n.
Las graves dificultades financieras son la principal preocupaci¨®n en Europa. Especialmente en Austria y Grecia, con bancos expuestos en los pa¨ªses m¨¢s golpeados. Pero en el horizonte hay m¨¢s dudas que las financieras. En los a?os dorados, el Este se convirti¨® en la f¨¢brica de Europa: ahora las exportaciones se desploman. Las remesas de los emigrantes se hunden. La demanda interna se contrae a toda velocidad. "La recesi¨®n es inevitable y golpear¨¢ de lleno al sector financiero, pero la profundidad de la crisis depender¨¢ de las ayudas que lleguen del FMI y sobre todo de la UE, cuyos bancos est¨¢n muy expuestos y pueden ser una correa de transmisi¨®n al resto del mundo", asegura el h¨²ngaro Sandor Richter, del Instituto de Estudios de Econom¨ªa Internacional de Viena.
Los pa¨ªses del Este han respondido rebajando tipos de inter¨¦s, acerc¨¢ndose m¨¢s a la UE y, en lo posible, gastando para paliar el frenazo del consumo. "No es suficiente. Hay una serie de pa¨ªses con serios apuros: Estonia, Letonia, Lituania, Hungr¨ªa, Bielorrusia y Ucrania", dispara el gran gur¨² de la crisis, Nouriel Roubini. El comisario europeo de Asuntos Econ¨®micos, Joaqu¨ªn Almunia, asegur¨® el viernes que la UE est¨¢ ayudando "con todos los instrumentos que Bruselas tiene en sus manos", y reclam¨® que el sector privado "apoye sus propias inversiones", en clara referencia a la banca. Pero la banca no est¨¢ para fiestas, y el optimismo no es una de las caracter¨ªsticas de los ¨²ltimos coletazos de la crisis. "Las ayudas van a llegar, seguro, pero s¨®lo que har¨¢n menos abrupto el desplome", cierra Daniel Gros.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.