Dos a?os reclamando y la cara rota
El Ayuntamiento rechaza indemnizar a una mujer de 82 a?os accidentada en unas obras municipales porque no cree su versi¨®n
El trompazo que debi¨® darse fue de campeonato, porque a Mar¨ªa Regla (82 a?os) se le puso la cara como un mapa. Claro que podr¨ªa hab¨¦rselo hecho en su propia casa, o incluso podr¨ªa haberse golpeado ella misma para provocarse las heridas. Pero para eso habr¨ªa que ser muy mal pensado. Lo que le ocurri¨® a Mar¨ªa, que entonces ten¨ªa 80 a?os, fue que baj¨® a tirar la basura. Se tropez¨® con una de las zanjas que ten¨ªa debajo de casa, en el barrio de Chamart¨ªn, se dio de morros contra el suelo y se tir¨® dos a?os reclamando como una peonza entre el Ayuntamiento y la Comunidad. Todo para que, finalmente, el gobierno municipal dudara de la veracidad de su testimonio y se negase a indemnizarla. Si esto fuera EE UU, Mar¨ªa tendr¨ªa ya una cuantiosa indemnizaci¨®n. O al menos los 6.000 euros que reclamaba. Pero como no lo es, su Ayuntamiento la llam¨® mentirosa.
"Saben c¨®mo dejar al ciudadano indefenso", dice el hijo de Mar¨ªa Regla
El 27 de junio de 2006, Mar¨ªa Regla fue a tirar la basura. Pero al tratar de cruzar una zona empantanada por unas obras que se hac¨ªan en el t¨²nel que pasa por debajo de la estaci¨®n de Chamart¨ªn, tropez¨®, perdi¨® el equilibrio y se dio de cara contra el suelo. Su hijo Javier llegaba en ese momento a casa y presenci¨® la secuencia. "Hab¨ªa m¨¢s testigos, pero en esa situaci¨®n no pensamos en pedirles los nombres, claro", explica.
Seg¨²n el parte de lesiones, que le hicieron en el hospital de La Paz, Mar¨ªa sufri¨® un "traumatismo craneoencef¨¢lico", un "hematoma" en el ojo y "heridas en las manos". Las fotos de aquel d¨ªa son un poema.
Comenzaron entonces las reclamaciones. Primero al Ayuntamiento, que dijo que necesitaba m¨¢s documentaci¨®n, para terminar alegando que las obras eran de la Comunidad. "Ve¨ªamos que desde el principio echaban balones fuera. Fuimos a un abogado y nos dio las primeras pautas, pero vimos que iba a ser imposible competir con sus gabinetes jur¨ªdicos. El Ayuntamiento dijo que no ten¨ªa nada que ver con esas obras", explica su hijo.
Luego acudieron al Gobierno regional que, tras investigarlo, decret¨® que las zanjas pertenec¨ªan a una obra del Ayuntamiento y la constructora OHL y que no comprend¨ªan por qu¨¦ reclamaban ah¨ª. As¨ª que de vuelta al mundo municipal y a presentar una y otra vez m¨¢s documentos.
Hab¨ªan pasado ya dos a?os. La familia de Mar¨ªa hab¨ªa visitado todas las ventanillas del Ayuntamiento posibles. "Ella estaba ilusionada con el tema, era una especie de lucha contra el mal funcionamiento de la Administraci¨®n. Yo le hac¨ªa los papeles, pero ella empujaba para continuar. Hab¨ªa que reclamar, por si hab¨ªa luz al final del t¨²nel. Y tambi¨¦n para que la Administraci¨®n supiera que lo hab¨ªa hecho mal", cuenta Javier.
Y entonces lleg¨® la resoluci¨®n definitiva de la mano de un decreto del concejal de Hacienda, Juan Bravo. Primero, obviamente, tuvo que admitir que las obras eran suyas. Pero esta vez encontr¨® una excusa mejor para no atender la demanda. "Desestimar la reclamaci¨®n al no haber quedado acreditada la necesaria relaci¨®n de causalidad entre los da?os y el funcionamiento de los servicios p¨²blicos municipales, no existiendo el nexo causal preciso para el nacimiento de la responsabilidad patrimonial".
Este cuasi poema jur¨ªdico ven¨ªa a decir que Mar¨ªa pod¨ªa haberse hecho las heridas en cualquier otro sitio; que, en resumen, pod¨ªa estar tratando de darle gato por liebre al Ayuntamiento, y que, por tanto, de los 6.000 euros pod¨ªa ir olvid¨¢ndose. Lo dijo la misma instituci¨®n que durante meses insist¨ªa en que las obras no eran suyas.
Mar¨ªa sufre hoy una enfermedad degenerativa, que no tiene ninguna relaci¨®n con el accidente, y est¨¢ ingresada en una residencia para mayores con este tipo de dolencias. "Nos contentar¨ªamos con que el Ayuntamiento hubiera mandado una carta pidiendo perd¨®n, admitiendo que hab¨ªan metido la pata. No queremos la indemnizaci¨®n. Te queda la sensaci¨®n de que no hay nunca responsables. Se hacen las cosas mal, pero luego se diluye todo entre papeles. Saben c¨®mo dejar al ciudadano indefenso sin posibilidad de salir adelante", concluye su hijo Javier.
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