Triunfo de Toni Manero

Con toda probabilidad estamos ante el mejor de cuantos musicales se han visto y producido en Espa?a desde que queremos emular a Broadway o a Londres con desigual fortuna. Fiebre... es muy dif¨ªcil en s¨ª mismo, pues parte de iconos musicales y est¨¦ticos muy establecidos en el consciente colectivo. Aqu¨ª el trabajo ha sido serio y a fondo, partiendo de convertir en teatro lo que realmente admite un vertido dramat¨²rgico cre¨ªble, y ah¨ª est¨¢ la clave de que se pasen las m¨¢s de dos horas de la obra sin que decaiga el ritmo y el control de la acci¨®n, tanto bailada como de escena y di¨¢logo.

La puesta en escena es potente y acertada, con una escenograf¨ªa funcional que recrea a la perfecci¨®n la ¨¦poca y la trama urbana de la degradada gran manzana. Los elementos escenogr¨¢ficos se adecuan a la t¨¦cnica de hoy, a la electr¨®nica y a la luminotecnia de proyecciones; envuelven la trama, la recrean. Tiene m¨¦rito, y mucho, la pericia del equipo t¨¦cnico del teatro Coliseum, con cambios vertiginosos nada f¨¢ciles. Pero el vestuario falla estrepitosamente: no es cre¨ªble. Los setenta tienen una crom¨¢tica muy particular que distingue la d¨¦cada y sus efectos (pensemos en los trajes de Ossie Clark o Mary Quant), y el ambiente que refleja Fiebre... posee se?as que no son solamente los pantalones de campana.

La plantilla roza a veces lo impecable, desde el cuerpo de baile hasta los solistas. Es muy evidente que han trabajado duro y la core¨®grafa ha reglado la lectura de baile, la ha metido en m¨²sica con tal exactitud que emociona la organicidad y ajuste. Naturalmente que hay quien destaca: la energ¨ªa y sensualidad de Carlos Bonno (especialmente su baile latino junto a Vanesa Bravo, otra revelaci¨®n); el ritmo de Arneys Rubio o el convincente Christian S¨¢nchez.

El protagonista es otra cosa. Juan Pablo di Pace (argentino residente en Londres y hallazgo principal de esta fiesta) es un animal esc¨¦nico seductor. Buen bailar¨ªn, mejor actor y cantante de oficio, se dir¨ªa que lo tiene todo. Su magnetismo en las distancias cortas, en los adagios y en la media voz, son de una verdadera estrella. Su Toni Manero no ser¨¢ f¨¢cil ni de olvidar ni de superar, pues a las intensidades de que dota al personaje suma una credibilidad que le da una gran categor¨ªa actoral. Fiebre... eleva el list¨®n de lo que vemos en la Gran V¨ªa madrile?a y justifica tanto ne¨®n y marquesinas de reclamo.