Joseph Ndiaye, s¨ªmbolo de la memoria de los esclavos

"Entre todas las lecciones que se pueden extraer de la historia de la trata de seres humanos, la m¨¢s importante es ¨¦sta: 'No hubo revancha". Tal vez por eso, el autor de esta frase, el gu¨ªa mayor de la Casa de los Esclavos de Gor¨¦e, en Senegal, decidi¨® consagrar su vida a mantener viva la memoria de los que no conocieron compensaci¨®n por los agravios sufridos. Joseph Ndiaye, fallecido el pasado 6 de febrero, ten¨ªa 86 y era un s¨ªmbolo de la conservaci¨®n de la historia del pueblo africano.

En Gor¨¦e, isla situada frente a la costa de Dakar, considerada punto de partida para el comercio de esclavos, sol¨ªan decir que siempre desprend¨ªa serenidad y ten¨ªa "la fuerza de un baobab, cuyas ramas resisten los vientos m¨¢s fuertes". Nacido en 1922 en la ciudad senegalesa de Rufisque, Ndiaye trabaj¨® como tip¨®grafo antes de participar en la liberaci¨®n de Francia durante la II Guerra Mundial. Tras combatir en el frente de Indochina y regresar a Senegal, se encarg¨® por m¨¢s de 40 a?os de la conservaci¨®n de la Casa de los Esclavos, un edificio de finales del XVIII con capacidad para unos 200 reclusos.

All¨ª, contaba a los visitantes la historia de la trata atl¨¢ntica, rememoraba el sufrimiento y la desesperaci¨®n de sus protagonistas, de los que "hab¨ªa o¨ªdo hablar toda la vida". Y trazaba, en opini¨®n de los que le escucharon, una narraci¨®n fascinante y dram¨¢tica que abarcaba las ra¨ªces del mestizaje, el concepto mismo de lo afroamericano, el crisol de lenguas, tradiciones, y el nacimiento de nuevos estilos musicales: el jazz, el soul o el blues... Lo hac¨ªa ante visitantes an¨®nimos o ilustres, como el primer presidente de Sur¨¢frica elegido en unas elecciones democr¨¢ticas, Nelson Mandela, Bill Clinton o el papa Juan Pablo II.

Ndiaye, adem¨¢s, luch¨® por el reconocimiento del patrimonio hist¨®rico de Gor¨¦e y consigui¨® que la Unesco reformara la Casa de los Esclavos y la declarara Patrimonio de la Humanidad.