Lo que dicen

Si una campa?a electoral es como una vuelta ciclista, que lo es en muchos aspectos, estamos en los d¨ªas en que los corredores, despu¨¦s de las primeras etapas corridas con el impulso de la novedad, tienen las piernas agarrotadas de contrarrelojes y puertos de varias categor¨ªas y aguantan el ritmo consolados porque ya han cruzado el ecuador, animados porque nada est¨¢ decidido, pero con la vista en la final y que sea lo que Dios quiera.

A estas alturas, todos han perfeccionando el mitin-tipo, la f¨®rmula que hace m¨¢s llevaderos los puertos de primera, que son los grandes actos de masas, y las etapas llanas de visitar calles y mercados para estrechar manos y repartir propaganda. Yo conoc¨ª a un cronista televisivo que a mediados de la primera semana segu¨ªa los actos electorales desde el bar. En cuanto escuchaba un aplauso enfervorizado murmuraba: "Esto es lo de los maletines" y anotaba el minuto. Nunca fallaba. En las anteriores auton¨®micas, el modelo patr¨®n de mitin era el de Manuel Fraga. Comenzaba con una loa hist¨®rica al lugar, segu¨ªa con alg¨²n recuerdo local propio y enfilaba con desgana la retah¨ªla de logros -si all¨ª gobernaba el PP- o de carencias -si no lo hac¨ªa- que le hab¨ªan pasado. A continuaci¨®n recordaba cuanto se hab¨ªa avanzado desde que s¨®lo se com¨ªa caldo y no hab¨ªa hospitales, y que votar a cualquier otra opci¨®n era en realidad optar por la cat¨¢strofe. Al final recordaba a los asistentes que, adem¨¢s de estar all¨ª sentados, hab¨ªa que ir puerta por puerta para conseguir votos. En su intervenci¨®n en Pontevedra, lleg¨® a pedir cinco votos por cabeza.

A estas alturas todos tienen un mitin-tipo, que hace m¨¢s llevaderos los actos de masas y de calle

Sin llegar a la perfecci¨®n mon¨®tona de Fraga, todos tienen ya una escaleta con lo que los comunic¨®logos llaman unas ideas-fuerza y mi abuelo tranganillos. Alberto N¨²?ez Feij¨®o las maneja como la baraja un jugador de cartas. Dependiendo. Son la del lujo y el despilfarro, que quiere un gobierno democr¨¢tico (es decir, del que saque m¨¢s votos que los otros por separado), que con ¨¦l habr¨¢ un gobierno y no dos y que est¨¢ comprometido con la crisis y el paro. Por si hay que utilizar alg¨²n comod¨ªn de actualidad, un ayudante llamado Lucas lo tiene al tanto.

Touri?o tiene un archivo de temas generales (las pol¨ªticas de igualdad, la ordenaci¨®n del territorio, las mejoras en sanidad y educaci¨®n) y otro de temas locales: las infraestructuras que se han hecho, que se est¨¢n haciendo o que est¨¢n a punto de hacerse. Y promete hacerlo para todos y todas, sin hipotecas de nadie, ni siquiera del partido y menos de los socios que necesita para volver a ser presidente. Quintana, entre alertas contra la abstenci¨®n, centra sus bater¨ªas en el PP, sin aludir al PSOE, reivindica la gesti¨®n de gobierno, -"?quer¨¦is que los r¨¦ditos de la energ¨ªa e¨®lica sirvan para comprar a Ronaldo o para los gallegos?"- y se queja de tener que remar contra ciertos elementos informativos.

Azacaneados por las encuestas, todos se han embarullado un poco. Mientras Rajoy anda desterrado por los pueblos contestando a preguntas de ¨¢mbito madrile?o y denunciando el abandono del rural, Feij¨®o eleva el tono, exigiendo el cese de Quintana "por secuestro de ancianos", o rebaj¨¢ndolo diciendo que la ley de dependencia que no puso en marcha ninguno de los gobiernos en los que particip¨® "es una buena idea, pero mal gestionada". Quintana comienza a dar la ca?a que no ven¨ªa dando y el PSOE recurre a los pesos pesados que aporten titulares frente al discurso profesoral de Touri?o, como Felipe Gonz¨¢lez y Alfonso Guerra, y que ayuden a distanciarse del BNG.

"Tarde piaches". Para zorros viejos, como Xos¨¦ Luis Barreiro, "los apoyos que llegan de Madrid para calentar los m¨ªtines de PP y del PSOE son de tal pobreza intelectual y tal soberbia pol¨ªtica que hunden bajo tierra toda la esperanza de una regeneraci¨®n inmediata", escrib¨ªa ayer en La Voz de Galicia. Es un consuelo saber que el discurso plano y el desencanto no forman parte de nuestra idiosincrasia.