Los medios
Ya se sabe que las cosas s¨®lo existen si salen en las noticias, pero este axioma medi¨¢tico parece ser cada d¨ªa m¨¢s verdadero. Por ejemplo, me pregunto por qu¨¦ el caso de Marta del Castillo se ha convertido en un acontecimiento de semejante magnitud. Desde luego es una tragedia y, para los padres, un infierno absoluto. En su lugar, todos estar¨ªamos igual de convencidos de que no ha sucedido nada m¨¢s atroz. Pero, por desgracia, la vida abunda en atrocidades. A juzgar por los indicios, en el drama de Marta no parece haber habido el horror a?adido que hubo en otras muertes, como, por ejemplo, la de Sandra Palo. Quiero decir que hay demasiadas historias espantosas, adolescentes violadas y asesinadas, mujeres apaleadas y quemadas, ni?os torturados hasta dejarlos inv¨¢lidos, y ninguna de estas brutalidades se convierte en un asunto de prioridad nacional ni los familiares de las v¨ªctimas son recibidos por Zapatero como ocurre con Marta. ?Qu¨¦ ha pasado en esta ocasi¨®n? Puede que una pura casualidad informativa: alguien de la prensa local que se fija en el tema, alguien de la nacional que lo recoge porque tal vez est¨¦ flojo de noticias... As¨ª se va formando una pelota hist¨¦rica. Los medios construyendo la realidad.
M¨¢s a¨²n: los medios suplantando nuestra vida. La brit¨¢nica Jade, disparatada concursante de Gran Hermano y enferma de c¨¢ncer terminal, piensa morir ante las c¨¢maras previo pago de un past¨®n. En esta sociedad somos capaces de chatear en directo con Australia, pero puede que no sepamos que nuestro vecino est¨¢ moribundo. Cada vez huimos m¨¢s de nuestras responsabilidades personales: nos escaqueamos del cuidado de nuestros enfermos y de sus agon¨ªas. Pero el final de Jade ser¨¢ contemplado por millones. Es como convertir la experiencia de la muerte en un descafeinado y manejable tamagotchi. Qu¨¦ mundo tan raro.
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