De Von Clausewitz a la modernidad
"Quienes nos instruyeron en el arte de la conducci¨®n fueron los oficiales alemanes (...). Para mis maestros, los nombres de Von Clausewitz, de Schlieffen y de Von der Gorz eran una leyenda (...). En 1914, el general Jos¨¦ F¨¦lix Uriburu regres¨® de Berl¨ªn, donde hab¨ªa sido incorporado a la guardia personal del Kaiser. Vino con una fiebre tan german¨®fila que los cadetes lo llam¨¢bamos Von Pepe", recuerda Juan Per¨®n en sus memorias. Fue justamente con Uriburu en 1930 cuando se inici¨® la serie de golpes de Estado y dictaduras militares en Argentina, que se extender¨ªan hasta 1983. Fue tambi¨¦n bajo el mandato de este general, cuando el C¨®digo de Justicia castrense que ahora desaparece abri¨® la v¨ªa a los fusilamientos por la v¨ªa r¨¢pida de la ley marcial, entre ellos los de los anarquistas italianos Severino Di Giovanni y Paulino Scarf¨®.
La influencia prusiana en el Ej¨¦rcito argentino es clave para entender el sentimiento de superioridad con el que se forjaron la mayor¨ªa de los militares argentinos y tambi¨¦n latinoamericanos durante casi todo el siglo XX. Queda patente esa altaner¨ªa en una escena de la pel¨ªcula La Patagonia Rebelde, en la que el teniente coronel Benigno Varela (H¨¦ctor Alterio) mira con admiraci¨®n al soldado Mayer y estalla de ira cuando los trabajadores rebeldes lo matan en una escaramuza. El verdadero Varela encabez¨® en 1921 una represi¨®n militar que se cobr¨® 1.500 vidas. Muchos fueron fusilados sumariamente.
El Ej¨¦rcito, que durante el siglo XIX tuvo como objetivo doblegar al gaucho y ampliar el territorio en la guerra contra el indio, en el siglo XX tiene como misi¨®n inculcar el apego patri¨®tico a los hijos de los inmigrantes. La disciplina germ¨¢nica, regada con una alta dosis de nacionalsocialismo, fue un instrumento clave para lograr ese cometido. "Los oficiales que formaban parte de ese renovado Ej¨¦rcito se sintieron portadores de una misi¨®n purificadora de la nacionalidad que los particularizaba, en clave de prepotente supremac¨ªa (...). Pertenecer a la oficialidad del Ej¨¦rcito argentino fue siempre una manera de plantarse ante el pa¨ªs y sus instituciones desde una atalaya vigilante", concluyen los autores de El dictador, una exhaustiva historia sobre Jorge Rafael Videla, el m¨¢ximo jefe de la ¨²ltima dictadura (1976-1983), en la que 30.000 personas desaparecieron. Videla hered¨® de su padre, tambi¨¦n militar, esa tradici¨®n mesi¨¢nica del Ej¨¦rcito. "Padre e hijo tomaron de la doctrina militar la grandilocuencia y las consignas totalizadoras, como si se trataran de instrumentos fijos para ordenar tanto un pa¨ªs como el destino personal y la cotidianeidad".
Amparados por el C¨®digo de Justicia Militar que desaparece -aunque data de 1951, es pr¨¢cticamente el mismo que redact¨® Jos¨¦ Mar¨ªa Bustillo en 1898-, Videla y muchos como ¨¦l cometieron gran cantidad de abusos y atropellos durante casi un siglo. Tambi¨¦n lo utilizaron para salir impunes. La normativa, como lo expres¨® el juez de la Corte Suprema Eugenio Zaffaroni ante el Congreso en 2007, es un "resabio" que en algunos momentos de la historia del pa¨ªs lleg¨® a ser considerada al margen de la Constituci¨®n. La reforma otorga al militar argentino los mismos derechos que a cualquier otro ciudadano y mete al Ej¨¦rcito en el siglo XXI.
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