Rebelde con matr¨ªcula de honor
A Clara le daban clases particulares de historia. Una tarde, se encontraba en su cuarto con la profesora. Eran los primeros a?os de la transici¨®n. La maestra le pregunt¨® qui¨¦n hab¨ªa sido el dictador que gobern¨® Espa?a. Clara callaba. De repente, de debajo de la cama sali¨® la vocecita:
-Franco. Y Pinochet, en Chile.
Profesora y alumna se quedaron perplejas. ?Qui¨¦n era aquel insolente renacuajo?
Era Pilar, la hermana peque?a de Clara. Una ni?a tres a?os menor que ya apuntaba cualidades extraordinarias que culminar¨ªan con el expediente m¨¢s brillante en el a?o 2000 de todos los estudiantes de Derecho de Espa?a: 25 asignaturas, 25 matr¨ªculas. Una mujer 10.
Todo indicaba que Pilar Navarro Rodr¨ªguez (Almer¨ªa, 1977) se convertir¨ªa en una ni?a sabionda y repipi, encerrada en su cuarto hincando codos. No fue as¨ª.
"Estar toda la vida en pol¨ªtica ser¨ªa un error. Volver¨¦ a ejercer de jurista"
"En una notar¨ªa se gana mucho dinero, pero me aburrir¨ªa much¨ªsimo m¨¢s"
M¨¢s de una vez la echaron de clase, en el instituto y en la facultad, por hablar y enredar con sus compa?eros. Rebelde, inquieta, nerviosa, juguetona. "Un terremoto", concluye la interesada. ?C¨®mo logr¨® entonces finalizar todo el bachillerato con sobresalientes y la carrera con matr¨ªculas de honor? Bueno, todo no. En matem¨¢ticas de 7? de EGB sac¨®, ?horror, un ocho! Y pidi¨® a sus padres que la apuntaran a clases particulares.
-Es que adem¨¢s de todo lo dicho, yo era perfeccionista y muy competitiva.
Aquella baja nota, ?un ocho!, tiene una explicaci¨®n: Pilar s¨®lo segu¨ªa las normas si se las razonaban. Y aquel profesor de matem¨¢ticas "no las razonaba suficientemente".
Todo lo contrario que do?a Ana y don Nicol¨¢s, los dos profesores "m¨¢s importantes para mi futuro", con los que se iba a topar en su primer colegio. El destino quiso que no hubiera plaza en los centros pr¨®ximos a su domicilio. Los tres hermanos Navarro recalaron en el colegio p¨²blico Cruz de Caravaca, ubicado en una barriada obrera de la capital. All¨ª estaban do?a Ana y don Nicol¨¢s, dos pacientes profesores que descubrieron pronto que bajo aquel manojo de nervios se ocultaba un cerebro privilegiado.
Su paso del instituto a la facultad se produjo sin problemas. Hubo un peque?o trauma: dej¨® el baloncesto de competici¨®n, deporte que practic¨® desde los 8 a los 18 a?os. En la universidad, el deporte femenino no se cuidaba.
-Me dio mucha rabia. En el deporte aprendes que unas veces ganas y otras pierdes, algunas de manera injusta. Pero te tienes que aguantar, aunque tambi¨¦n puedes recurrir un mal arbitraje y ganar.
Eso s¨ª, gan¨® el mejor partido de su vida: sacar matr¨ªcula de honor en todas las asignaturas de la carrera. Una proeza al alcance de pocos, aunque ella le quita importancia:
-Con toda modestia, el primer a?o me cost¨® menos esfuerzo que el COU.
?Cu¨¢l era el truco? Porque en el d¨ªa a d¨ªa llevaba la misma vida que cualquier otra chica de su edad. Sal¨ªa de paseo y trabajaba sirviendo copas en las fiestas que se organizaban en la universidad para sacar "alg¨²n dinerillo". En su casa, sobre todo tras el divorcio de sus padres, no sobraba nada. Estudiaba con beca y muchos de sus libros eran prestados por sus amigas.
El truco era sencillo: asistir todos los d¨ªas a clase, estudiar un par de horas y encerrarse en su cuarto un mes antes de los ex¨¢menes. Lo resume en dos palabras: constancia y trabajo. Pero eso daba para tener buenas notas. La matr¨ªcula llegaba tras su particular manera de hacer los ex¨¢menes.
-Me gustaba estudiar en la biblioteca, consultando dos o tres manuales. Cada uno te explicaba el tema seg¨²n la orientaci¨®n de su autor, m¨¢s conservador o m¨¢s progresista. Yo sacaba mis conclusiones, las resum¨ªa en un folio, me lo aprend¨ªa y luego lo explicaba con mis propias palabras. Y relacionaba el tema con lo aprendido en cursos anteriores. Era el valor a?adido de mis ex¨¢menes.
El premio nacional al mejor expediente acad¨¦mico estaba cantado. Pero el jurado, a pesar de tener las mejores notas posibles, se lo dieron a un catal¨¢n que inclu¨ªa otros m¨¦ritos, como ser cintur¨®n negro de taekwondo. Oficialmente, Pilar fue galardonada con el segundo premio, aunque en su coraz¨®n se siente la primera.
Le llovieron ofertas, claro. Porque, entre otros muchos galardones, recibi¨® el de J¨®venes Juristas que otorga el reputado despacho Garrigues & Andersen. ?Por qu¨¦ no acept¨®?
-Me cost¨® decir que no, pero en la vida hay que saber elegir.
Eligi¨® un trabajo mucho m¨¢s modesto, en Cajamar y su filial Hispatec, donde comenz¨® ganando "poquito, 711 euros". Dio clases en la universidad y fue asesora jur¨ªdica del consejero de Innovaci¨®n, Francisco Vallejo.
Pero aprendi¨® un mont¨®n. Los socialistas almerienses hab¨ªan seguido la pelea de Pilar porque reconocieran sus m¨¦ritos acad¨¦micos en el premio fin de carrera. La llamaron. Primero se sum¨® a los grupos que debat¨ªan sobre la segunda modernizaci¨®n y luego, por fin, como afiliada (2002) y concejal (2003). "La m¨¢s joven de Almer¨ªa", clama con orgullo.
El a?o pasado lleg¨® al Parlamento andaluz, con su doctorado en Derecho Administrativo, cum laude, por supuesto, dispuesta a comerse el mundo, aunque consciente de que la pol¨ªtica no lo es todo:
-No me planteo estar toda mi vida en pol¨ªtica, ser¨ªa un error. Alg¨²n d¨ªa volver¨¦ a mi profesi¨®n de jurista.
Mientras, hace pol¨ªtica. Es consciente de que muchos se preguntan c¨®mo una persona con su curr¨ªculo se dedica a la pol¨ªtica, tan denostada a veces. La respuesta: "Porque desde la pol¨ªtica se pueden hacer muchas cosas por los dem¨¢s y adem¨¢s es muy bonita".
Recuerda cuando al final de la carrera sus profesores le dec¨ªan: "Haz oposici¨®n a notar¨ªa, se gana mucho dinero" y ella contestaba: "En una notar¨ªa me aburrir¨ªa much¨ªsimo".
Y ella era una chica rebelde, inquieta y nerviosa, que contestaba las preguntas que su hermana mayor no sab¨ªa, desde debajo de la cama.
La nieta de Servando el rojo
Pilar Navarro hered¨® los genes del abuelo materno Servando: un republicano que al volver del exilio no logr¨® ser ascendido en el cuerpo de prisiones porque en su expediente pon¨ªa en may¨²sculas ROJO.
-La pol¨ªtica siempre me llam¨® la atenci¨®n. De joven, mis aficiones eran ver deporte en la tele o los debates del Estado de la Naci¨®n, una actividad muy curiosa para una ni?a de instituto.
Una joven nada corriente. Cada actividad que desarrollaba, le serv¨ªa para escribir un libro. En el primero, Mis claves del ¨¦xito para estudiar mejor, del que ha vendido casi 20.000 ejemplares, explicaba su ¨¦xito escolar. De su paso por el ayuntamiento de Almer¨ªa sali¨® Las 100 preguntas m¨¢s frecuentes de los concejales. Lo raro es que escribiera Queco, hacia el talento musical, un libro sobre Manuel Ruiz, el autor de Aserej¨¦.
-El editor me pidi¨® que explicara en forma sencilla a los j¨®venes que quisieran dedicarse a la m¨²sica c¨®mo desarrollar su talento.
?Habr¨ªa que escribir uno bajo el t¨ªtulo C¨®mo ser un concejal incorrupto? Sonr¨ªe y dice que no: "Eso est¨¢ en la dignidad de las personas".
Pilar alterna su trabajo en el Parlamento como secretaria general adjunta del grupo socialista y portavoz de Justicia con la secretaria de Ideas y Programas de la ejecutiva regional del PSOE. ?Han generado ya alguna idea brillante?
-No se trata de una idea en concreto, sino de hacer que muchos compa?eros aporten las suyas propias.
?Ideas para contrarrestar la acusaci¨®n del PP de que los socialistas tienen un proyecto viejo y agotado?
-No hay que ver m¨¢s que las personas que trabajan en uno y otro partido, para saber d¨®nde est¨¢ la juventud, la regeneraci¨®n y las nuevas ideas.
La nieta de Servando el rojo tiene respuesta para todo. Diez.
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