El cambio en Galicia pende de un hilo
La amenaza de abstenci¨®n en la izquierda deja en el aire el desenlace electoral - Juntas electorales de Ourense permiten papeletas del PP con tachaduras
Emilio P¨¦rez Touri?o se cans¨® de repetir el pasado oto?o -y todo el mundo estaba de acuerdo con ¨¦l- que una coincidencia de las elecciones gallegas y las vascas sacar¨ªa la contienda por la Xunta de Galicia fuera del foco de atenci¨®n nacional. El presidente gallego eligi¨® el 1 de marzo en la certeza de que el lehendakari dejar¨ªa sus comicios para unas semanas m¨¢s tarde. Pero Ibarretxe se la jug¨®. Y -primera paradoja- el efecto fue el contrario del que preve¨ªan Touri?o y la mayor¨ªa de analistas. La batalla en Galicia ha adquirido una dimensi¨®n para el conjunto de Espa?a sorprendentemente mayor que la vasca. As¨ª lo entendieron los dos grandes partidos, que se han empleado a fondo: el aparato federal del PSOE y el n¨²cleo dirigente del PP, con Mariano Rajoy a la cabeza, se han pasado casi toda la campa?a en Galicia.
La batalla m¨¢s complicada para los populares es la de Ourense
Socialistas y BNG creen que los insultos de final de campa?a les benefician
La segunda paradoja es que, mientras la atenci¨®n de la pol¨ªtica espa?ola se volcaba en su comunidad, los propios gallegos han seguido el pulso con bastante indiferencia. La campa?a empez¨® mortecina y acab¨® con el ventilador esparciendo basura a los cuatros vientos. La primera semana, los dos partidos que gobiernan la Xunta, PSdeG-PSOE y Bloque Nacionalista Galego (BNG), tuvieron serios problemas para llenar sus m¨ªtines, mientras las encuestas detectaban que la marea estaba creciendo en las filas populares.
El plant¨®n del l¨ªder del PP, Alberto N¨²?ez Feij¨®o, al debate con Touri?o y el nacionalista Anxo Quintana contribuy¨® a mantener la temperatura baja. En la segunda semana, sin embargo, conforme el PP sub¨ªa el tono de sus acusaciones, la militancia socialista y nacionalista empez¨® a desperezarse. Como ya advert¨ªan al principio de la campa?a, los dos socios de la Xunta se enfrentan al peligro abstencionista.
En 2005, la izquierda y el nacionalismo arrebataron el poder a Fraga por los pelos -el PP logr¨® 37 diputados, uno menos que la mayor¨ªa absoluta- con un r¨¦cord hist¨®rico de participaci¨®n, el 67% (tras el recuento de la emigraci¨®n, baj¨® al 64%). Eran momentos de movilizaci¨®n progresista, despu¨¦s de dos a?os en los que se encadenaron las reacciones ciudadanas a la cat¨¢strofe del Prestige y a la guerra de Irak. Hoy estamos en plena crisis econ¨®mica. Y todas las encuestas apuntan a que una parte del electorado de los dos partidos en el poder no encuentra muchos est¨ªmulos para acercarse a las urnas. Tal vez, calculan los analistas de PSdeG y BNG, los puedan hallar en la inusitada ferocidad de los ataques del PP durante la ¨²ltima semana.
Las encuestas son, por lo general, poco fiables para predecir el grado de participaci¨®n. La mayor¨ªa, en todo caso, calcula que la abstenci¨®n subir¨¢ entre tres y cuatro puntos porcentuales. Si se mantiene en esos l¨ªmites, puede bastarle a Touri?o y a Quintana para retener la Xunta. Por encima de ese umbral, los estrategas electorales calculan que aumentan mucho las posibilidades de Feij¨®o. Con una baja participaci¨®n, el PP estar¨ªa en condiciones de alcanzar la mayor¨ªa absoluta incluso con menos apoyo que cuando Fraga perdi¨® el poder.
Est¨¢n llamados a las urnas 2,6 millones de ciudadanos -335.000 de ellos, el 12,7%, residentes en el extranjero- y unos pocos miles de votos pueden decidir la balanza.
El PP tiene que defender primero dos esca?os muy amenazados en Lugo y Ourense, las provincias m¨¢s rurales y en las que m¨¢s desgaste ha sufrido en los ¨²ltimos a?os el partido de Rajoy. Especialmente complicada para los populares est¨¢ la batalla de Ourense, donde cerraron la campa?a, el pasado viernes, Feij¨®o y su l¨ªder nacional, y donde los socialistas ya lograron ganar un diputado en las ¨²ltimas elecciones generales.
La tensi¨®n en esa provincia est¨¢ a flor de piel y ayer sigui¨® dispar¨¢ndose ante una desconcertante decisi¨®n de algunas juntas electorales de zona, que enviaron a los presidentes de las mesas instrucciones en las que dejan en sus manos la decisi¨®n de dar o no por v¨¢lidas las papeletas con tachaduras. Hace dos semanas, el PP hab¨ªa preguntado a la Junta Electoral gallega si se pod¨ªan contabilizar los votos con el nombre de algunos de los candidatos borrado. Los populares tem¨ªan tachaduras sobre el cabeza de lista que a¨²n figura en su papeleta, Luis Carrera, que renunci¨® antes de la campa?a cuando la Cadena SER iba a revelar que hab¨ªa ingresado un cobro de 240.000 euros en una cuenta en el para¨ªso fiscal de Islas Caim¨¢n. Entonces, la Junta Electoral Gallega dej¨® claro que la ley obliga a anular las papeletas con tachaduras. A esa controversia, en plena jornada de reflexi¨®n, se a?adi¨® la denuncia de un militante del BNG agredido por el teniente de alcalde del PP en la peque?a localidad de Mui?os.
Si el PP consigue retener los esca?os de Ourense y Lugo, sus opciones pasan por ganar dos en A Coru?a y Pontevedra, las circunscripciones m¨¢s urbanas, en las que la izquierda tiene mayor implantaci¨®n pero tambi¨¦n menor margen de crecimiento. En esas dos provincias podr¨ªa haber reajustes en el reparto entre socialistas y nacionalistas, que tendr¨ªan su importancia, en caso de reeditarse el bipartito, al afectar al equilibrio de poder en la Xunta.
Como ya ocurri¨® en 2005, un desenlace muy apretado impedir¨ªa dar por definitivo el resultado electoral hasta dentro de una semana, cuando acaben de llegar los votos del extranjero, especialmente de Am¨¦rica.
Alberto N¨²?ez Feij¨®o
- Naci¨® en Os Peares-Ourense, en 1961. Es soltero. Licenciado en Derecho. Se afili¨® al PP en 1999 y en 2003 fue nombrado consejero de Pol¨ªtica Territorial de la Xunta, cargo al que a?adi¨® luego el de vicepresidente. L¨ªder del PP gallego desde 2006.
Anxo Quintana
- Enfermero, nacido en Allariz (Ourense) en 1959. Logr¨® la alcald¨ªa de Allariz en 1989. Su pueblo se convirti¨® en emblema de la gesti¨®n del BNG y le propuls¨®, en 2003, al liderazgo de la organizaci¨®n. Fue senador dos a?os y desde 2005 es vicepresidente de la Xunta. Tiene dos hijos
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.