Embajadas catalanas a contracorriente
La Generalitat dedica 2,2 millones a sus locales y abrir¨¢ m¨¢s pese a la crisis
Las nuevas tecnolog¨ªas, las facilidades en las comunicaciones y las estrecheces econ¨®micas est¨¢n obligando a replantear la red diplom¨¢tica de muchos pa¨ªses. Francia, Italia, Reino Unido, Suecia y Austria est¨¢n en proceso de cerrar varias embajadas y consulados. Espa?a, infrarepresentada en el extranjero, sigue abriendo legaciones. Y Catalu?a, aunque a otro nivel, sigue la estela espa?ola.
El debate sobre este despliegue va desde las cr¨ªticas por una costosa operaci¨®n simb¨®lica soberanista a la necesidad de dotar a Catalu?a de rostro pol¨ªtico y cultural en determinados pa¨ªses o instituciones.
La Generalitat, adem¨¢s de las 38 oficinas comerciales desplegadas por todo el mundo desde hace a?os, ha inaugurado en los ¨²ltimos dos ejercicios cinco delegaciones pol¨ªticas en Par¨ªs, Londres, Berl¨ªn, Bruselas y Nueva York. Las seguir¨¢n otras en Buenos Aires, Casablanca, M¨¦xico y en una capital asi¨¢tica. No son embajadas, porque s¨®lo los Estados pueden acreditar embajadores, pero s¨ª son embajadas, en tanto que asumen funciones de representaci¨®n pol¨ªtica.
Catalu?a es la comunidad con m¨¢s oficinas pol¨ªticas en el extranjero
La de Bruselas tiene una larga tradici¨®n y unas funciones precisas e indiscutibles. Anna Terr¨®n es la delegada de la Generalitat ante la Uni¨®n Europea. La oficina tiene su origen en el Patronat Catal¨¤ Pro Europa, que en la etapa de Pujol presidi¨® el eurodiputado de CiU Carles Gas¨°liba. La socialista Terr¨®n, eurodiputada entre 1994 y 2004, es una gran conocedora del tejido institucional europeo.
La de Par¨ªs tiene como objetivo meter a Catalu?a en la Unesco, organismo internacional donde podr¨ªa tener la condici¨®n de "miembro asociado", aunque para ello debe primero conseguir que el Gobierno espa?ol lo proponga y despu¨¦s que lo aprueben dos tercios de los miembros de la Conferencia General de la Unesco. En 2004, ERC present¨® una proposici¨®n no de ley en el Congreso para instar al Gobierno a que lo propusiera, algo que no ha ocurrido. Fuentes diplom¨¢ticas espa?olas reconocen que su titular, hermano de Carod, mantiene una excelente relaci¨®n con la embajada y no se ha extralimitado en sus tareas.
Berl¨ªn, es una inc¨®gnita. En tiempos de Jordi Pujol, Alemania, y m¨¢s concretamente algunos l?nder como el de Baden-W¨¹rttemberg, ocupaban un espacio referencial. El espejo b¨¢varo, por m¨¢s que en realidad el estatuto de Baviera no se diferencie en nada del de los dem¨¢s Estados federales, siempre ha sido utilizado como reclamo. Pero la capital alemana no alberga ninguna instituci¨®n internacional y es dif¨ªcil saber cu¨¢l es la tarea del embajador catal¨¢n.
Tambi¨¦n es dif¨ªcil distinguir el inter¨¦s que Londres tiene en estos momentos para Catalu?a. Un eventual proceso de independencia de Escocia explicar¨ªa el inter¨¦s soberanista de disponer de una sede en la capital brit¨¢nica, que tampoco alberga ninguna organizaci¨®n internacional de inter¨¦s para Catalu?a.
Por su parte, Nueva York, como centro cultural y neur¨¢lgico del planeta, parece una elecci¨®n inevitable. Otra cosa es que, desde all¨ª, se pretenda, como se ha dicho, introducirse en las esferas de las Naciones Unidas.
El coste de estas delegaciones, sobre todo la de Nueva York, no se conoce en su detalle. En los presupuestos hay consignados 2,2 millones de euros para este a?o, lo que incluye los locales y los gastos de mantenimiento. Los sueldos van aparte. En ellas trabajan entre cinco y diez personas adem¨¢s del delegado, que tiene rango de director general y cobra 87.500 euros anuales.
Josep Llu¨ªs Carod Rovira considera plenamente justificado el gasto. La crisis econ¨®mica no justifica, en su opini¨®n, el repliegue.
"Ning¨²n pa¨ªs cierra embajadas en momentos de crisis econ¨®mica", repite en contra de las evidencias cada vez que sus planes son cuestionados. Carod mantiene que con las delegaciones se ahorrar¨¢n costes, pues ayudar¨¢n a unificar oficinas ahora dispersas de organismos comerciales como el Copca o el Cidem y del Instituto de Industrias Culturales.
Catalu?a es la comunidad con m¨¢s oficinas en el extranjero, pero otras no se quedan atr¨¢s, algunas de ellas gobernadas por el Partido Popular. La Comunidad Valenciana, por ejemplo, tiene 31 oficinas comerciales y una quincena de agentes repartidos por todo el mundo; Castilla y Le¨®n tambi¨¦n tiene una quincena de oficinas. En la ¨®rbita del PSOE, Andaluc¨ªa tiene 24 oficinas. Eso s¨ª, todas estas comunidades se desmarcan del proyecto pol¨ªtico de Carod Rovira.
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