Jornada de reflexi¨®n
La jornada de reflexi¨®n deber¨ªa servir no s¨®lo a los votantes. Los dirigentes y candidatos de los partidos pol¨ªticos deber¨ªan utilizarla para pensar en lo que tienen por delante los pr¨®ximos cuatro a?os. Es evidente que la intensidad de la labor diferir¨¢ seg¨²n se acaben convirtiendo en gobierno, oposici¨®n parlamentaria o queden fuera del Parlamento gallego. Pero todos deber¨ªan reflexionar.
En un plano general, los partidos necesitan pensar m¨¢s. En un mundo de complejidad creciente como el actual y en un marco institucional con competencias significativas e in crescendo es sorprendente la endeblez del debate en fr¨ªo y en profundidad sobre pol¨ªticas p¨²blicas auton¨®micas. Ning¨²n partido cuenta con un foro estable y din¨¢mico para hacerlo, y los dirigentes de turno bastante tienen con mantener cosido el traje de la organizaci¨®n. As¨ª las cosas, unos u otros deben improvisar cuando llegan al gobierno y se nombran equipos integrados por personas que nunca antes han tenido oportunidad de reflexionar conjuntamente y en voz alta sobre lo que van a gestionar. Porque ya se sabe que la gesti¨®n del d¨ªa a d¨ªa es muy laboriosa y deja escaso tiempo a la estrategia.
La gesti¨®n del d¨ªa a d¨ªa es muy laboriosa y deja escaso tiempo a la estrategia
En segundo lugar, es fundamental dise?ar una estructura de gobierno funcional, que intercomunique las conseller¨ªas que trabajan de forma paralela en un ¨¢mbito. A mi juicio, es primordial que el nuevo gobierno busque una f¨®rmula (?una vicepresidencia?) que integre las conseller¨ªas estrechamente vinculadas al desarrollo econ¨®mico: industria, econom¨ªa y medio rural; a las que habr¨ªa que a?adir de alguna forma las conseller¨ªas entre cuyas funciones aparecen las infraestructuras, el suelo empresarial y la formaci¨®n.
Vivimos un momento econ¨®mico dif¨ªcil, con importantes desaf¨ªos por delante. Es verdad que las comunidades aut¨®nomas no cuentan con los instrumentos principales para la gesti¨®n del corto plazo (pol¨ªtica monetaria y pol¨ªtica fiscal de estabilizaci¨®n), pero s¨ª son responsables principales de las actuaciones que nos permitan pensar en un modelo productivo para Galicia m¨¢s s¨®lido y din¨¢mico en un horizonte de cinco o 10 a?os. Para ello debemos pensar y ejecutar con amplitud de miras, y no de forma parcelada.
En tercer lugar, y aunque esto resulte especialmente dif¨ªcil, necesitamos que gobierno y oposici¨®n cooperen en algunos asuntos fundamentales; en particular, la reforma del Estatuto de autonom¨ªa. Es verdad que la reforma estatutaria no es la panacea que algunos pretenden, y que es posible avanzar de forma significativa y en muchos frentes incluso en el marco actual. Pero ser¨ªa preferible revisarlo para ponerlo en sinton¨ªa con la realidad actual y abrir nuevos espacios. La experiencia de otros territorios durante la pasada legislatura deber¨ªa servirnos para articular un texto particularmente inteligente y robusto.
A partir de todo lo anterior, podemos comenzar a hablar de numerosos asuntos pendientes que deber¨ªan encauzarse o consolidarse en la pr¨®xima legislatura. Sin duda, las semanas que transcurrir¨¢n entre el d¨ªa de las elecciones y la conformaci¨®n del gobierno deben ser utilizadas para ponerlos encima de la mesa y que sean tenidos en cuenta por el nuevo ejecutivo.
Sin embargo, no me resisto a empezar hablando sobre la revisi¨®n del marco que afecta al sistema financiero gallego; en particular, a las cajas. Creo que lo mejor ser¨ªa que fuese pactada entre todas las partes y fruto de un debate amplio y t¨¦cnicamente bien informado.
Afortunadamente, nosotros tenemos menos prisa que otros. Por tama?o, nuestras dos cajas por separado se sit¨²an en la parte alta de la clasificaci¨®n espa?ola, son eficientes en t¨¦rminos comparativos y existe una relaci¨®n fluida entre el gobierno de las cajas y la administraci¨®n auton¨®mica.
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