Canciones y cerdos
Llovi¨® a ratos el domingo y llovi¨® el lunes. Y, como ocurre a menudo en esos casos, me acord¨¦ de una cancioncilla que enton¨¢bamos los ni?os de la ikastola de mi pueblo cada vez que llov¨ªa (la transcribo tal cual se pronuncia, no en batua): "Euriya, euriya! Oiyan azpiyan txerriya!" Es un estribillo de lo m¨¢s misterioso, al que yo, desde luego, no he conseguido encontrarle un sentido en todos estos a?os: "?Lluvia, lluvia! ?Bajo la cama, un cerdo!" ?Qu¨¦ hace un cerdo bajo la cama y qu¨¦ tiene que ver con la lluvia? Ni se sabe, pero la cant¨¢bamos entusiasmados, supongo que seducidos tanto por la sonoridad de la rima como por el absurdo de la letra.
La memoria es un laberinto fascinante. Maravilla observar c¨®mo la lluvia abre un caj¨®n que contiene un estribillo que a su vez abre un caj¨®n que guarda retazos de infancia... Cuando Josu Erkoreka dijo eso de que ver ganar a los socialistas ser¨ªa como ver volar a un cerdo, ?qu¨¦ cajones remover¨ªa? Est¨¢ claro que la memoria del pasado no le proporcionaba muchos datos a favor de esa hip¨®tesis y que no se fiaba tampoco de las encuestas que daban esa opci¨®n como posible. Parece que s¨®lo mediante la imaginaci¨®n fantasiosa de un mundo al rev¨¦s -con cerdos volando y p¨¢jaros nadando, por ejemplo- pod¨ªa llegar a prefigurarlo.
Tras los resultados electorales, los cajones de la memoria y los vuelos de la imaginaci¨®n de Erkoreka y de otros muchos y muchos no tendr¨¢n m¨¢s remedio que ampliarse. Comienza para ellos un periodo del que esperamos puedan sacar buenas lecciones. Un poco de humildad, por ejemplo. Algo que le vendr¨ªa tan bien, sin ir m¨¢s lejos, a Andoni Ortuzar, presidente del PNV vizca¨ªno, quien afirma que su partido considerar¨ªa una "agresi¨®n pol¨ªtica" que el PSE, junto con el PP y UPyD, les desalojara de Ajuria Enea. Es decir, claro est¨¢, de su casa. Tambi¨¦n sostiene que tal acuerdo entre los partidos constitucionalistas ser¨ªa "antinatura". Cada vez que oigo esa expresi¨®n, de moda ¨²ltimamente en la pol¨ªtica, no puedo evitar imaginarme a las personas que lo pronuncian como te¨®logos medievales, vestidos con sus largos ropajes, intentando descifrar los signos divinos inscritos en la naturaleza. Vamos, que si lo que quieren decir es que les parece una opci¨®n ileg¨ªtima que se esfuercen en argumentar por qu¨¦.
Mundo al rev¨¦s, cerdos volando, antinatura. C¨®mo les cuesta comprender a algunos que la sociedad vasca es plural y que tanta legitimidad tienen unos sectores ideol¨®gicos como otros para recabar los apoyos parlamentarios suficientes y acceder al Gobierno vasco. Por fin existe la oportunidad real de cambio, es decir, de que esa pluralidad se visualice, tome forma, florezca. Y dentro de cuatro a?os, nadie dir¨¢ que un Gobierno no nacionalista es tan raro como ver volar a un cerdo (o como que un cerdo se esconda bajo la cama cuando llueve). Ser¨¢ una opci¨®n normalizada en nuestros cajones mentales.
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