Fren¨¦ticas historias del m¨¦dico loco
El grupo Doctor Explosi¨®n trae a Madrid su delirante 'rock and roll'
Para tratar asuntos tan delirantes como los que afectan a Doctor Explosi¨®n lo m¨¢s pr¨¢ctico es recurrir a sus delirantes historias. Hoy mismo, por ejemplo. A eso de la medianoche las prostitutas de la calle de la Montera pueden vivir una gran noche de rock and roll. Y t¨®mese la definici¨®n ortodoxa del t¨¦rmino rock and roll: o sea, la m¨²sica que invent¨® Chuck Berry.
Existen grandes posibilidades de que los Explosi¨®n monten hoy el n¨²mero que ejecutaron, con tremenda notoriedad, en sus legendarios conciertos en la sala El Sol en los noventa. Atenci¨®n al relato. El guitarrista, cantante y l¨ªder del tr¨ªo gijon¨¦s, Jorge Mu?oz, empujado por la emoci¨®n, se bajaba del escenario, alcanzaba la puerta del local y sal¨ªa a la calle de la Montera (a 20 metros del local) para tocar su guitarra inal¨¢mbrica ante las sorprendidas prostitutas. S¨ª, sorprendidas, y mira que han visto cosas estas chicas. Se armaba parda, claro est¨¢, porque el p¨²blico, cual conga, se acoplaba a la espalda del guitarrista por todo este alambicado trayecto. "No s¨¦ si vamos", explica Jorge, "a repetir este n¨²mero. Todo es posible. Recuerdo que a los porteros de El Sol no les hac¨ªa mucha gracia ver salir a tanta gente del local, y luego volver a entrar. Era un poco caos. Ya veremos lo que pasa esta noche. S¨®lo hay una cosa segura: antes del concierto, jugaremos unos cartoncitos al bingo".
Jorge Mu?oz recibe con bata blanca de hospital en su estudio de m¨²sica
Un 23-F se subieron al escenario vestidos de guardias civiles
As¨ª es el loco mundo de esta banda. Como aquel d¨ªa que el grupo irrumpi¨® en el escenario vestido de guardias civiles, incluidos tricornios en la cabeza. As¨ª lo recuerdan: "Era un 23-F, y en las entradas pon¨ªa: 'Doctor Explosi¨®n te invita a dar el golpe'. Invit¨¢bamos a un golpe de tequila, pinchaban los Benem¨¦ritas DJ, y el concierto terminaba con una llamada del Rey". Vi¨¦ndolo sentado en una cafeter¨ªa de Gran V¨ªa, desayunando t¨¦ y zumo de naranja, Jorge no parece ser el mismo salvaje que advierte su leyenda. "Ya ver¨¢s esta noche", anuncia.
El concierto, adem¨¢s, tiene bastantes frentes de inter¨¦s: llevan seis a?os sin tocar en la capital, estrenan nuevo disco despu¨¦s de media d¨¦cada (se llama ??Chupa aqu¨ª!!), el grupo celebra su 20? cumplea?os, y esta vez no ir¨¢n disfrazados. Despu¨¦s de comparecer vestidos de colegialas, de monjas o de romanos, se toman un respiro. "Bueno, iremos disfrazados de nosotros mismos, que ya es bastante llamativo", informan.
Cuando habla de m¨²sica a Jorge le da el telele y coloca las manos como si estuviese tocando una guitarra. La gente, claro, le echa un ojo. "Me siguen gustando los sesenta, grupos como los Kinks, los primeros Stones, Chuck Berry, Bo Diddley, que es fundamental, pero no estoy anclado. Intentamos actualizar ese sonido, revitalizarlo. As¨ª es nuestro nuevo disco. Y en directo sonamos mucho mejor, pero igual de desmadrado. Fundimos pasi¨®n con control", comenta.
Militante de la religi¨®n del vinilo y de los instrumentos sesenteros, Jorge hace una mueca cuando se le pregunta si puede vivir de Doctor Explosi¨®n: "Del grupo no, pero de la m¨²sica s¨ª, gracias a un estudio que tengo en Gij¨®n". Como no pod¨ªa ser de otra forma con este tipo, su cuartel general tiene sus peculiaridades. Por ejemplo, este a?o ha grabado 40 discos (?tres mensuales!). "La inmediatez es lo que importa", argumenta. Claro que los grupos deben alucinar cuando abren la puerta del estudio (con el pintoresco nombre de Estudios Circo Perroti) y se tropiezan con este hombre ataviado con una bata blanca de m¨¦dico. "Es para marcar las distancias", dice el m¨²sico, 39 a?os, sin hijos y soltero, que esto del rock and roll es muy duro.
Pero como lo que mola en esta banda son sus rocambolescas travesuras, ah¨ª va la ¨²ltima. Era la ¨¦poca en la que se disfrazaban de adolescentes colegialas. Jorge se emocion¨®, salt¨® del escenario con unos timbales, sali¨® a la calle y comenz¨® a aporrear su instrumento hasta que despu¨¦s de recorrer 200 metros divis¨® una cafeter¨ªa. "Iba casi desnudo porque alguien me hab¨ªa arrancado la falda. Entr¨¦ all¨ª y me puse a tocar encima de la barra, con toda la gente del concierto detr¨¢s. Imag¨ªnate a los clientes de la cafeter¨ªa, que estaban all¨ª tranquilamente sentados tom¨¢ndose su caf¨¦". El espect¨¢culo se acab¨® cuando irrumpi¨® la polic¨ªa. ?Y aqu¨¦lla cuando el grupo llen¨® el escenario de lechugas? Esta es otra gran historia... S¨®lo descubrimos el final: Jorge acab¨® dando una patada a una lechuga con tan mala suerte que impact¨® en la cabeza de su novia de aquella ¨¦poca. La monda...
Doctor Explosi¨®n act¨²a hoy en El Sol (Jardines, 3). 23.30. 12 euros.
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