Aguirre: "Si todos fueran funcionarios, habr¨ªa hambre, miseria y corrupci¨®n"

Los debates parlamentarios en la Asamblea de Madrid se han convertido en episodios de alto voltaje. Desde finales de enero, cuando se destap¨® la trama de espionaje a altos cargos del PP, los diputados han endurecido su lenguaje con insultos y acusaciones cruzadas. Algunas de ellas muy graves, como la que lanz¨® ayer el consejero de Presidencia e Interior, Francisco Granados. Acus¨® a tres ex consejeros de mentir en la comisi¨®n que investiga los espionajes celebrada el d¨ªa anterior. El socialista Virgilio Cano y los populares Carlos Mayor Oreja y Pedro Calvo, responsables de la seguridad madrile?a entre 1983 y 2003, negaron que el cuerpo de agentes de seguridad auton¨®mica realizara labores de escolta o contravigilancia en sus mandatos.

El PP se enfrent¨® a la oposici¨®n sobre la comisi¨®n de los esp¨ªas

El consejero salt¨® airado tras la petici¨®n de dimisi¨®n del grupo socialista y proclam¨®: "Afirmo categ¨®ricamente que en el gobierno del se?or Leguina (entre 1983 y 1995) se prestaban servicios de seguridad por parte de los t¨¦cnicos de seguridad, que se compraron pistolas, que se les prestaba ese servicio y que adem¨¢s hac¨ªan de escolta de los miembros del gobierno; lo afirmo y lo puedo acreditar; por lo tanto, alguien ayer minti¨®". Granados dirigi¨® su primer golpe hac¨ªa Virgilio Cano, titular de Seguridad con Leguina. Pero lo extendi¨® con sutileza a los otros dos ex consejeros: "Las competencias y las funciones que ha desarrollado ese cuerpo en la anterior legislatura es la misma que se ejerc¨ªa con el se?or Leguina y la que se ejerci¨® con Gallard¨®n". El debate continu¨® con un agrio cruce de acusaciones entre Granados y el diputado socialista Adolfo Navarro, que acus¨® al consejero de tener intereses urban¨ªsticos en Valdemoro. Granados se revolvi¨® y lanz¨®: "Si todos los miembros de su partido que est¨¢n encausados se fueran del partido cab¨ªan ustedes en un taxi".

La tensi¨®n en el hemiciclo no descendi¨®. Esperanza Aguirre afirm¨® ayer que "si todos los espa?oles fueran funcionarios, habr¨ªa colas, escasez, hambre, miseria y corrupci¨®n". La frase dej¨® perpleja a los grupos de la oposici¨®n, que le hab¨ªan cuestionado si considera que el trabajo p¨²blico es un factor de calidad y estabilidad en el conjunto del empleo. La respuesta fue taxativa: "No". Los sindicatos criticaron ayer a Aguirre.